La marca gala aterrizaba con el Citroën C6 en 2005, situándole como buque insignia del momento dentro de sus filas. Cinco años tendrían que pasar desde que se comercializara el ultimo Citroën XM, antecesor de este, para que los clientes más exigentes de la marca de los Chevrones pudieran volver a disfrutar de eso que también se les da a estos: el confort de altos vuelos.
Todo ello iba aderezado con un equipamiento y nivel de tecnología nunca visto en uno de sus vehículos, además de recurrir a materiales de primera calidad en cualquiera de los rincones de esta inigualable berlina, al menos respecto a lo que Citroën nos tenía acostumbrados. Aquel C6 (conocido en código interno como Proyecto X6), retomaría la mítica nomenclatura del primer C6 presentado al Salón de París de octubre de 1928, que además fue el primer vehículo con motor de seis cilindros fabricado por la marca.
En cualquier caso, el nuevo C6 sería presentado en el Salón Internacional del Automóvil de Ginebra de 2005 y lanzado de manera definitiva al mercado el 16 de noviembre de aquel mismo año. Obra de Marc Pinson, hombre fuerte dentro del departamento estilístico de la marca, el nuevo C6 seguiría las líneas ya vistas en el concept car C6 Lignage, presentado en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1999.
La estética del C6 es más bien atemporal por su belleza; del concept se aprovechó gran parte del diseño
La realidad es que, desde que en 1955 apareciera el primer Citroën DS, habían pasado 50 años. Tras ellos, la marca francesa había tenido al icónico Citroën CX y luego al mencionado XM como estandartes en sus respectivas gamas en cada época.
En 2005 se esperaba mucho del C6, que debería seguir manteniendo la misma filosofía que sus antecesores, pero mejorando exponencialmente en todos los niveles si quería competir de tú a tú contra flotilla germana compuesta por el BMW Serie 5, Mercedes-Benz Clase E o Audi A6 del momento, algo que no parecía fácil en ningún aspecto.
El Citroën C6 llegaba a la marca francesa en el año 2005, posicionándose como el vehículo de referencia, en cuanto a lujo y refinamiento, dentro de su gama
Dentro de la gama que se presentó de esta inconmensurable y a la vez desconocida berlina, Citroën puso una sola mecánica de gasolina dentro de ella, además de estar asociada únicamente a un cambio automático, pero que sin lugar a dudas si ya de por si el C6 parecía una alfombra voladora sobre la carretera, gracias a su avanzado sistema de suspensión neumática, el 3.0 V6 de gasolina seria la guinda del pastel a nivel sonoro y de suavidad de marcha.
El propulsor era ya un viejo conocido que, aunque actualizado para la ocasión, venía de estar asociado a los anteriores Xantia y XM, y por supuesto al Citroën C5 de primera generación. Aun así, el bloque francés reunía todas las condiciones necesarias para ser el encargado de llevar en volandas a este nuevo C6.
El V6 de 2.946 cc quedó situado de manera transversal en su vano motor, con unas cotas internas de 87×82,6 mm y culata en fundición de aluminio de 24 válvulas, capaz de desarrollar una potencia final de 211 CV a 6.000 RPM y un par máximo de 290 Nm a 3.750 RPM. Se encontraba por encima de la oferta mecánica de acceso de sus rivales alemanes con motores de cuatro cilindros.
Las prestaciones finales, sin ser estratosféricas, movían de una manera muy decente al buque francés, llevándolo hasta los 230 km/h, logrando hacer el 0 a 100 km/h en 8,4 segundos y empleando algo más de 30 segundos en recorrer el kilómetro desde parado. La suspensión iba reduciendo su altura según aumentaba la velocidad.
Estas cifras serían encauzadas mediante el ya citado cambio automático de seis relaciones, enviando la potencia al eje delantero de una manera suave y fluida, ayudando de este modo al buscado comportamiento por parte de la marca, que no haría sino acrecentar aún más el confort a bordo.
La única variante de gasolina dentro del modelo fue el 3.0 V6 de 24 válvulas, sinónimo de suavidad y refinamiento y enfocado claramente a largos viajes a ritmos altos por cualquier autovía o autopista
En el plano de cotas, el nuevo Citroën C6 medía 4.910 mm de largo, 1.464 mm de alto y 1.860 mm de ancho, disponiendo de una batalla de 2.900 mm y una gran distancia para las piernas atrás. El peso final se tradujo en 1.891 kilogramos, disponiendo de una capacidad de maletero de 421 litros y de un depósito de combustible capaz de albergar hasta 72 litros. Con esta motorización los consumos medios en conducción mixta eran del orden de los 10,8 litros a los 100 km, daba para medias por encima de los 600 kilómetros sin tener que parar a repostar.
Pero si en algo destacaba esta exótica berlina del segmento E era, además de en su carga tecnológica y confort, en una línea totalmente diferente y muy particular, que sin duda hacía un guiño a sus antecesores (en especial al CX) con detalles como la luneta trasera cóncava o los amplios faros delanteros, que en esta ocasión iban dispuestos longitudinalmente.
Otros, como la suspensión neumática Hidractiva regulable de última generación, ventanas de puertas sin marco, o un alerón retráctil trasero para mejorar la aerodinámica, serían señas de identidad del nuevo modelo.
Una vez dentro, y echando solamente un vistazo, éramos conscientes de la calidad y dedicación que atesoraba aquel automóvil. Cuero por doquier en cualquiera de sus versiones, terminaciones en madera o una infinidad de gadgets electrónicos, como una pantalla de visualización frontal proyectada en el parabrisas delantero (HUD), o un completo sistema de sonido y navegación.
Otros sistemas de seguridad, como la advertencia de cambio de carril mandando señales de vibración al asiento del conductor, eran parte del equipamiento opcional dependiendo de la versión (Business, Palas, Premier o Exclusive).
El equipamiento y nivel tecnológico en este Citroën C6 eran una de sus bazas más potentes, posicionándose como una de las opciones mejor terminadas dentro de la categoría
El C6 se comercializó en tres variantes distintas con acabados Base, Business, Palas y Exclusive, y entre ellos teníamos una variación de precio de más de 10.000 euros dentro de esta opción de 3 litros de gasolina. Las tarifas fueron de los 44.820 euros del C6 base hasta los 55.670 euros en su primer año a la venta.
Dentro de los opcionales de las versiones más altas en cuanto a equipamiento, podríamos incluir llantas de 18 pulgadas, asientos con memorias y calefactables o techo solar entre otros. También pudimos decantarnos por equipar a nuestro C6 con asientos eléctricos y calefactables en las plazas traseras o un equipo de audio JBL específico.
La realidad de aquel Citroën C6 es que fué el mayor fracaso comercial de la marca en décadas. Lo que se proyectó como un automóvil del que se venderían en torno a las 30.000 unidades anuales, terminó con unas ventas totales -a lo largo de las ocho temporadas que se mantuvo en el mercado- de 23.384 ejemplares.
Para el año 2010 recibió un pequeño restyling facial, con luces de circulación diurna LED integradas -ante su inminente obligatoriedad- y espejos más grandes. También se incorporó la mecánica 3.0 HDi de 240 CV, quedando como única motorización disponible para el modelo. No solo se vendió poco, se vendió muy muy poco con mecánicas de gasolina. El segmento E estaba fuertemente “dieselizado”.
En la actualidad, y como podéis imaginar, no son muchos los Citroën C6 que ocupan la sección de clasificados en páginas de anuncios vía online. Entre los que más podemos encontrar está sin duda la variante de 2.7 V6 Hdi, siendo el 3.0 V6 de gasolina un rara avis con muy poca presencia en nuestro país, y que a buen seguro y dadas las pocas unidades fabricadas, irá incrementando su precio en el mercado de ocasión.
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J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.Un saludo a todos c6 v6 2,7 diesel 204 cv una alfombra voladora 100/100 con cerca de 300000 km .
Muy buen vehículo, muy confortable y un rompecabezas en nuestros días para adquirir piezas y repuestos . Pese a las adversidades sigo en posesión de un C6 encantado . Piezas cambiadas bomba electrohidraulica, tubo del intercooler al turbo y etc… pero el placer de conducción y su suspensión valen la pena . Tengo por delante un largo etc.. para mantener en carretera a este buque insignia de Citroën, pero , palos a gusto no duelen .
Sin duda en cuanto te montas en uno de estos te quedas prendado 👍👍👍
Uno de esos coches que siempre me han encantado. Si la pasta no es un problema, ese 3.0 HDI es el motor a comprar, pero si te quieres dar un capricho siendo pobre, el 2.2 HDI era la opción racional.
El problema son los recambios. La suspe hidroneumática es un dolor de pelotas en cuanto a mantenimiento, mientras que las piezas de carrocería y faros específicas de este coche… prepara la cartera, porque tienen tarifas premium.
Y luego los botones del volante se podían pelar en menos de un año. No me lo han contado en un foro, le pasó a una unidad ¡de prensa!
Es que es un automóvil premium…Un buen amigo posee uno con el propulsor de gasolina y es simplemente sublime el rodar que tiene. Ya ni hablemos del nivel de equipamiento y tecnología con el que cuenta.