Llevamos desde el año 2018 pendientes de si Ferrari, finalmente, pondrá un motor V6 en circulación. Para ser una de esas cosas que se comentan una vez y luego nadie se vuelve a acordar de ellas, hasta que vuelven a surgir rumores o supuestas filtraciones. Fue por entonces cuando el ex CEO de Ferrari, Louis Camilleri, confirmó que la marca estaba trabajando en un seis cilindros, que estaría listo para 2022 y que llegaría con hibridación asociada.
No dijo más y todo se quedó ahí, un poco eclipsado por la llegada de un SUV a las filas de la marca, aunque en teoría, podría ser el modelo que estrenara el híbrido con motor V6. Pero ahora, desde la revista CAR -en su edición británica- nos llegan nuevos datos sobre este propulsor de seis cilindros que dará vida a una nueva saga de modelos en casa de Maranello. Es decir, no será el reemplazo de ningún modelo actual y según parece, tampoco será el Purosangue el encargado de estrenar este motor.
El nuevo Ferrari se le conoce internamente como “F171” y estará animado por un bloque 3.0 V6 biturbo, con un enorme ángulo de 120 grados entre bancadas para mantener el centro de gravedad a ras de suelo. Estaría colocado en posición central-trasera y ocuparía un escalón de mercado justo por debajo del Ferrari F8 Tributo. Solo tendrá un motor eléctrico apoyándole, al contrario que -por ejemplo- el Ferrari SF90 Stradale, y actuará directamente sobre las ruedas traseras, al igual que el motor de combustión interna.
No será un híbrido diseñado para reducir consumos y emisiones (que también), como cabe esperar, y la autonomía eléctrica será reducida. El motor eléctrico estará ahí para asistir al V6 a bajas revoluciones y garantizar una respuesta instantánea y lo más poderosa posible. Podrá mover el coche, como en cualquier otro semihíbrido, aunque durante trayectos cortos. Es decir, como si fuera un híbrido convencional (no enchufable), pero con el objetivo de ofrecer las máximas prestaciones.
Según los informes que manejan los británicos de CAR, la potencia debería rondar los 700 CV, 590 CV de los cuales corresponder al 3.0 V6 biturbo. Contará con la misma plataforma multimaterial que emplea el Ferrari SF90 Stradale fabricada con fibra de carbono y varias aleaciones de metales. Esto explicaría porque se han visto diferentes unidades de desarrollo con la carrocería del mencionado “supercoche” italiano. También se han visto unidades de desarrollo con la carrocería del Ferrari 488 GTB.
Adoptar una configuración V6 para dar entrada a la electrificación en la gama “normal” de Ferrari, más allá de los modelos más prestacionales, tiene toda su lógica. Un bloque V6 es más pequeño y es más compacto que el V8 actual de la marca. También es más ligero y más eficiente, contrarrestando el aumento de peso que supone todo el grupo híbrido (sobre todo las baterías) y la necesidad de espacio.
La gran amplitud entre las bancadas servirá, según dicen desde CAR, para posicionar los turbos, junto a los catalizadores y todas las tuberías de escape, dando lugar a un conjunto vagamente “cuboide” que resultaría muy sencillo de colocar en el chasis. Esto es importante, porque al parecer el Ferrari “F171” tendrá una batalla más corta que la del F8 Tributo
Es curioso ver que los datos son muy similares a los que anuncia el nuevo McLaren Artura, el primer híbrido enchufable de la compañía británica presentado recientemente. Esto situaría al nuevo F171 en la parcela de mercado que ocuparía el tan deseado regreso del Dino, un nombre que se ha mencionado mil y una veces pero que nunca deja de ser un rumor. Ahora con la cercana puesta en marcha del motor V6, el nombre de Dino vuelve a ser protagonista, aunque ha sido rechazado por la marcas tantas veces como ha sido protagonista de las habladurías de Internet.
Se espera que Ferrari de a conocer este nuevo retoño a lo largo de 2021, aunque no hay fecha oficial ni comentarios al respecto desde Ferrari, que ahora está enfrascada en el desarrollo del Ferrari Purosangue, el cual muy seguramente llegará antes que este V6 híbrido.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS