El Praga R1 es uno de esos coches cuya existencia solo entendemos los aficionados. Es radical hasta límites espectaculares, tan radical que muchas personas lo ven como algo sin sentido e innecesario. Y sí, tienen razón, es un coche sin sentido e innecesario, tan innecesario que tendríamos uno en el garaje con mucho gusto. Es un automóvil con auténtico espíritu RACER que además, es legal para circular por vías públicas.
Lo sabemos, usar un coche como el Praga R1 para circular por carretera abierta está un poco fuera de lugar, por mucho que esté homologado para ello, su lugar son las pistas cerradas aunque, ¿de verdad te negarías a recorrer tu carretera de curvas favorita a los mandos de este aparato? Nosotros desde luego que no, aunque nos tendríamos que conformar con el Praga R1 lanzado hace unos años pues su nueva edición no cuenta con homologación para vías públicas.
Praga, un fabricante de raíces checas pero que opera desde Eslovaquia y Gran Bretaña (y que fabrica camiones y aviones) acaba de presentar la última evolución de su espectacular deportivo. Un paso adelante en todo los aspectos del coche, que atesora lo aprendido a lo largo de los años y después de haber ganado siete de las nueves carreras del Britcar Endurance Championship con la generación saliente. Obviamente, Praga se llevó el título a casa y ahora pretende hacer lo mismo con el nuevo R1, el cual, tan solo podrá usarse en pista cerrada.
Desarrollo completamente nuevo
La nueva generación del Praga R1 será única y exclusivamente para circuitos, al menos de momento, siendo más radical que antes y contando con la ayuda de Romain Grosjean para su desarrollo. También han contado con la ayuda de Cosworth para poner a punto el motor y es que el nuevo Praga R1 es un coche totalmente nuevo que destaca especialmente por ser muy, muy ligero, más ligero que la versión saliente y eso es decir mucho.
“Si bien la silueta del R1 sigue siendo muy similar a primera vista, prácticamente todas las partes del automóvil se han optimizado o perfeccionado” – Jan Martinek, director de ingeniería de Praga Cars
Todo o casi todo en este nuevo Praga R1 está fabricado con fibra de carbono, desde la carrocería hasta el chasis monocasco. Además, todo, como se ha comentado, es nuevo: chasis, difusor y alerón trasero, paneles de la carrocería, piso, monocasco… de hecho, el chasis monocasco es especialmente resistente, pues junto a la fibra de carbono se ha usado zylon, la fibra sintética más resistente del mundo. Se trata de un material ultrarresistente que puede soportar grandes cambios de temperatura.
El piso y el divisor se han optimizado para mejorar el flujo de aire y el alerón trasero es más ancho, generando un 15 % más de carga aerodinámica al tiempo que reduce la resistencia un 5 %. La carrocería, por su parte, también es totalmente nueva y consigue que sea un coche bastante pequeño. Mide 4,13 metros de largo, 1,80 metros de ancho, solo un metro de alto y una batalla de 2,53 metros. El peso total del conjunto es de únicamente 643 kilos.
Motor y electrónica revisados
Siendo tan ligero no requiere de un motor muy potente para ser muy rápido. Es más, su relación peso-potencia de 1,74 kilos por caballo es la misma que ofrece el McLaren 765LT. El Praga R1 está animado por un bloque de cuatro cilindros y dos litros turboalimentado, derivado del 2.0 turbo de Renault-Alpine. Rinde 370 CV y 395 Nm de par y toda la electrónica es nueva, obra de Cosworth junto a los ingenieros de Praga Cars, para lograr un comportamiento y una entrega de potencia más lineales y dosificables gracias a una nueva curva para el acelerador. El cambio, de tipo secuencial con mandos en el volante, lo suministra Hewland y tiene seis relaciones.
Las suspensiones con doble horquilla en los dos ejes, con elementos “push rod” y totalmente ajustables. El depósito de combustible es un 50 % más grande, ofreciendo como cabe esperar una mayor autonomía para carreras de resistencia y los faros son LED.
Una vez sentado en su puesto de mando, el hipotético conductor se encontrará con una ambiente espectacularmente racing. Todo es fibra de carbono visto, no hay aislante de ningún tipo y la visibilidad es casi exclusivamente hacia delante. No hay apenas nada en el habitáculo, que además solo tiene un asiento. El volante incorpora diferentes controles y una pantalla para la instrumentación, mientras que sobre la cabeza del piloto se colocan el resto de botones.
El asiento es una simple carcasa fabricada con fibra de carbono, que cuenta con arneses de seis puntos Schroth y un sistema de extinción de incendios a bordo.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS