Hace poco más de un año, en diciembre de 2019, se anunciaba por parte del Grupo PSA y el Grupo FCA que habían llegado a un acuerdo para conformar el que en ese momento habría sido el cuarto fabricante mundial por volumen, con una producción anual de unos 8 millones de vehículos en todo el mundo, y unos ingresos de más de 165.000 millones de euros.
Ahora, en enero de 2021, ya se han superado los principales obstáculos, y las propias empresas han puesto fecha a la fusión: el 16 de este mes. Para llegar hasta aquí, el principal obstáculo a superar, como comentábamos en su momento, era lograr la aprobación de la Unión Europea al tratarse de una fusión de empresas muy grandes.
Este organismo tenía serias dudas sobre la unificación, temiendo que Stellantis, la compañía resultante, pudiera tener una posición demasiado ventajosa en el mercado de los vehículos comerciales ligeros. El Grupo PSA presentó en septiembre su propuesta de ampliar su acuerdo con Toyota, y fabricar un mayor número de sus furgonetas a precio de coste en sus fábricas de Vigo y Valenciennes.
Esto convenció a la Unión Europea, que dio luz verde a la fusión apenas unos días después de que se cumpliera un año del mencionado acuerdo para la unión de ambas compañías. Todo quedaba supeditado a la aprobación de los accionistas, por separado, de ambos grupos empresariales. Este proceso no ha supuesto ningún problema, con índices de aprobación superiores al 99 % de los votos emitidos.
PSA y FCA han anunciado que Stellantis empezará a cotizar en Bolsa en Milán y París el 18 de enero, y un día después debutará en la Bolsa de Nueva York. El mayor accionista individual de Stellantis, con una participación del 14,4 %, será Exor, la empresa de la familia Agnelli, quienes actualmente son los máximos accionistas del Grupo FCA. Los actuales inversores de PSA que contarán con una destacada presencia en el nuevo grupo serán la familia Peugeot, el Gobierno de Francia y el fabricante chino Dongfeng.
No obstante, este reparto podría cambiar si en un futuro, el Gobierno de Italia decide seguir los pasos de su homólogo francés e invertir en Stellantis. Según declaró al diario italiano La Reppublica el viceministro de Economía, Antonio Misiani, “una posible presencia del Estado italiano en la capital del nuevo grupo, similar a la del gobierno francés, no puede ni debe ser un tabú”.
Misiani argumentó que esto se debe a que Stellantis es uno de los principales actores en el país transalpino desde el punto de vista del empleo y la industria. Eso sí, puntualizó que una posible inversión debe tener lugar bajo ciertas condiciones “que no existen en este momento”, y de una forma consensuada.
Esta fusión se ha vuelto más necesaria si cabe aún tras el duro golpe que ha significado la crisis del coronavirus para el automóvil. Hecho que se ha acentuado en Europa, donde el Grupo PSA tiene la mayor parte de su mercado, y sufrió un descenso del 39 % de unidades vendidas en los primeros tres trimestres. En total, el Grupo PSA vio bajar sus ventas un 37 % en este período respecto a 2019.
El Grupo FCA, por su parte, acusó menos el varapalo, debido a que su mercado más potente no es el europeo, si no el norteamericano, que ha experimentado una mayor recuperación a lo largo del año. No obstante, perdieron un 30 % en los primeros tres trimestres del 2020. Todo esto son cifras a falta de saber los resultados del último trimestre de ambos grupos, que aún no han sido publicados.
Esta bajada en las ventas significa que Stellantis, ahora mismo, no sería el cuarto fabricante a nivel mundial, sino que caería hasta la sexta posición. Esto no deja de ser más que una mera anécdota, ya que la fusión les va a seguir dando el tamaño y recursos suficientes para competir con los líderes mundiales, es decir, con Toyota, la Alianza Renault Nissan Mitsubishi y el Grupo Volkswagen.
Otro tema importante es definir la estrategia que llevará a cabo el nuevo grupo. Además del problema de tener demasiada capacidad de producción, y del desafío que supone llevar a cabo el desarrollo de modelos menos contaminantes, es imprescindible establecer un plan a nivel mundial para la presencia de Stellantis en los mercados automovilísticos más relevantes.
El grupo nace con una importante posición, como decíamos, en dos mercados clave: Europa, gracias al Grupo PSA, y Estados Unidos, de la mano del Grupo FCA. Pero ninguno tiene apenas fuerza en otro mercado gigantesco como es el de China, algo en lo que deberán trabajar de inmediato.
Para ello, una parte esencial será el definir qué hacer con las 14 marcas con las que se va a encontrar el grupo a partir del día 16. Parecen demasiadas para que puedan convivir todas, aunque según el futuro CEO de Stellantis, Carlos Tavares, no tienen planes de deshacerse de ninguna de ellas.
Jeep parece que será uno de los buques insignia del nuevo proyecto. En solo cuatro años, los que transcurrieron entre la fusión de Fiat y Chrysler en 2014 y el 2018, Jeep ha visto crecer sus ventas un 50 %, convirtiéndose en la marca que más unidades vendía de todo el grupo y la que más beneficios reportaba. La marca de todoterrenos ha tenido una trayectoria gloriosa en la ya pasada década.
Jeep tiene su principal mercado de ventas en Estados Unidos actualmente. No obstante, la popularidad de los SUV no parece que vaya a terminarse a corto plazo, por lo que reforzar la presencia de esta marca en Europa con un modelo más asequible puede resultar todo un éxito para Stellantis.
Otra marca que es seguro que seguirá adelante, y la tercera en volumen del nuevo grupo, es Fiat. No obstante, es necesario redefinir el enfoque de una enseña que actualmente tiene una presencia en el mercado desigual. Domina el segmento de los coches más pequeños en el Viejo Continente con el Panda y el 500, pero en los medianos no tiene apenas presencia más allá del Tipo.
Stellantis podría decidir que Fiat tuviera modelos en todos aquellos segmentos donde no está presente, pero eso podría provocar que la competencia interna con Peugeot, Citroen y Opel fuera demasiado fuerte. Otra opción es reposicionar por completo la marca para que no rivalice con sus nuevas “hermanas” europeas. Lo único que parece claro es que se verá muy beneficiada de poder utilizar las plataformas de PSA, pudiendo ahorrar así costes.
Quien no parece ver su futuro nada claro son algunas de las enseñas estadounidenses más icónicas, como son Dodge y la propia Chrysler. La primera ha visto como ha ido perdiendo terreno con respecto a los SUV. Si a esto le sumamos el endurecimiento de las normativas de emisiones que está por venir, Dodge se encuentra en una posición complicada.
Chrysler, por su parte, lleva ya bastante tiempo escenificando su decadencia. Ahora mismo sólo tiene tres modelos en el mercado, y no se anunció ninguno nuevo para la marca en el plan de futuro publicado por el Grupo FCA en junio de 2018. Sus ventas han caído en picado, hasta situarse por debajo de las 130.000 en 2019.
Otra marca histórica que arrastra problemas desde hace años es Alfa Romeo. Todos los intentos de relanzar a esta empresa por parte de Fiat han fracasado por ahora, a pesar del gran entusiasmo que sigue generando entre los aficionados al motor. Solo cuenta con dos modelos a la venta, Giulia y Stelvio tras la salida del Giulietta del tablero, pero se espera que se sumen dos más en los próximos años.
Precisamente la presencia de Alfa Romeo es lo que podría complicar la subsistencia de la marca Premium del Grupo PSA, DS Automobiles. Esta enseña no ha conseguido los grandes resultados que esperaba Peugeot con su lanzamiento, a pesar de haber recuperado terreno con su primer modelo propio, el DS 7 Crossback.
No obstante, la pregunta está en si Stellantis puede permitirse el lujo de seguir gastando dinero en intentar convertir a DS en un éxito global, o si ese capital estaría mejor invertido en Alfa Romeo, que tiene detrás una historia mucho más fuerte y también se vende en Estados Unidos.
La única marca cuyo final parece más o menos claro es Lancia, a pesar de sus buenos números de ventas en Italia con su único modelo, el Ypsilon. Su posicionamiento en el mercado como marca de lujo choca con DS e incluso con Alfa Romeo, y tampoco hay pensado ningún nuevo coche para esta histórica enseña en los próximos años.
Luis Martínez
Cuando era un niño, no podía pasar una semana sin el nuevo número de mi revista de coches favorita. De adolescente, descubrí que me apasionaba escribir, divulgar y comunicar ideas. Ahora me encuentro dando mis primeros pasos en la profesión que me apasiona de la mano de la afición que ocupó buena parte de mi infancia, toda una suerte que demuestra las vueltas que puede dar la vida.COMENTARIOS