En el Salón del Automóvil de Los Ángeles de 2016, Jaguar mostró un concepto que prometía abrir la puerta del futuro para la compañía británica, sería el primer modelo eléctrico de la marca. La versión de producción, finalmente, se dio a conocer en 2018 y el Jaguar i-Pace, denominación que recibió, se convirtió rápidamente en el centro de atención. Muchos lo tildaron del coche que marcaría una época para la marca.
Jaguar se adentraba en el mundo de los eléctricos apostando por un formato que ofrecía, por sí solo, algo de seguridad. Los SUV son el segmento más popular del mercado con diferencia, sí que la mejor solución para afrontar el reto de los eléctricos era hace un SUV que asegurara un cierto número de ventas. Además, ya estaba en liza y totalmente en solitario el Tesla Model X con un éxito notable en ventas, a pesar de no ser precisamente un coche barato.
Hay que reconocer que los británicos, aprovechando el caudal de dinero que llega desde TATA Motors, hicieron un buen trabajo. Aunque la marca lo cataloga como un SUV, su diseño parece no encajar en ningún segmento en particular y presume de ser elegante, pero también dinámico y bastante personal. Un acierto sobre todo comparado con el modelo norteamericano. De hecho, entre los muchos premios que el modelo británico se ha llevado a casa, está el “World Car Design of the Year”, el premio al mejor diseño del año.
Mínimos cambios estéticos, pero sí más tecnología
Tras un par de años en el mercado, el Jaguar i-Pace se somete a un somero restyling que apenas será reconocible a simple vista, a no ser que conozcas al detalle la paleta de colores, pues las únicas novedades en este apartado se centran en las pinturas disponibles. También recibe nuevas llantas con 19 pulgadas de diámetro, así como dos paquetes de equipamiento: Bright Pack y Black Pack (el primero más elegante y con más cromados, mientras que el segundo luce detalles y elementos en negro).
Realmente tampoco requiere de retoques estéticos, ha pasado poco tiempo desde su lanzamiento y los rivales que han ido llegando posteriormente, no han supuesto nada nuevo en este aspecto. Más bien lo contrario, ya que ni el Mercedes EQC400 ni el Audi e-tron arriesgan lo más mínimo en diseño. Ni siquiera el e-tron Sportback y su marcada caída del techo atrás suponen nada del otro mundo.
Tampoco hay cambios visuales en el habitáculo, otra zona del coche cuyo diseño está bastante bien resuelto. Es cierto que los rivales han llegado muy digitalizados (quizá demasiado), pero el aspecto general que presenta el interior del Jaguar i-Pace se mantiene igual de interesante y atractivo que el primer día, ya que, desde nuestro punto de vista, el hecho de incorporar pantallas por doquier no significa que sea mejor en ningún sentido. Veremos que ocurre con una hipotética segunda generación de este SUV eléctrico.
Sin embargo, bajo esa invariable apariencia si se esconde novedades, principalmente tecnológicas y de conectividad, apartados que actualmente importante casi más que la mecánica o la técnica que pueda emplear un coche. Así, adopta el nuevo sistema multimedia Pivi Pro, que incluye funciones de aprendizaje activo para navegación y muestra por defecto los puntos de carga más cercanos disponibles (con precio y tiempo estimado de carga).
Al mismo tiempo, se añade la posibilidad de añadir dos tarjetas SIM 4G y recibe una plataforma de carga inalámbrica para dispositivos móviles, Spotify integrado y conectividad Android Auto y Apple CarPlay. Además, la conectividad Bluetooth admite dos dispositivos al mismo tiempo. Ahora la pantalla central, que tiene 10 pulgadas, puede proyectar las imágenes de las cámaras “Surround 3D” para facilitar las maniobras al crear una representación del entorno. Se incluye el nuevo espejo digital “ClearSight” que elimina virtualmente los obstáculos para mejorar la visibilidad y además, suma una función de control remoto para todos los sistemas.
Para rematar las novedades que esconde el habitáculo del Jaguar i-Pace, estrena una nueva versión del sistema de ventilación con sistema de ionización de aire y filtrado PM2.5, que retiene partículas ultrafinas y alérgenos. Además, el filtrado es programable.
La grupo propulsor está intacto, pero las cargas son más rápidas
Cuando el Jaguar i-Pace comenzó su vida comercial, lo hizo animado por dos motores eléctricos de diseño y desarrollo propios, colocados uno sobre cada eje unidos a una transmisión de una sola relación y capaces de lograr 400 CV y 696 Nm de par (200 CV y 348 Nm de par cada uno). Un rendimiento suficiente para mover sus más de 2.000 kilos con cierta soltura (0 a 100 km/h en 4,8 segundos).
La energía que consumen los motores sigue llegando de unas baterías de iones de litio con 90 kWh de capacidad refrigeradas por líquido y que como mayor novedad, ahora puede cargar a 11 kW gracias a un nuevo cargador de a bordo con toma trifásica. Puede recargar 53 kilómetros por hora, necesitando 8,6 horas para una carga completa. También carga a 50 kW, obteniendo 63 kilómetros de autonomía en 15 minutos o 126 kilómetros si la potencia de carga asciende a 100 kW.
El restyling del Jaguar i-Pace ya está disponible en los concesionarios y los precios arrancan en 80.750 euros.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS