Muy raras veces se diseña un automóvil como el Ariel Atom 4 pensando única y exclusivamente en la diversión del conductor. Nada de concesiones al confort, a la ergonomía u otros factores que siempre están presentes en el diseño de cualquier automóvil en serie. En este caso no es así, aquí solo prima que la persona que esté a los mandos del volante sienta las mejores y más enérgicas sensaciones pilotando este Maxi car.
Pero lo cierto es que dentro de esa aparente sencillez conceptual hay un trabajo intenso y meticuloso de los solo 19 empleados de la marca, que se encargan de la fabricación para conseguir un automóvil tan efectivo. Partiendo de la base de rebajar su peso a la mínima expresión, pareciera que los ingenieros del Atom tuvieran órdenes de quitar todo aquello que no es totalmente imprescindible, al punto de ser el primer automóvil en serie sin tan siquiera una carrocería.
Aquí no hay puertas, ni techo, ni ventanas, ni nada que no sea necesario para la conducción. Tan solo un chasis tubular de acero fabricado de manera artesanal con soldaduras de bronce que envuelve a sus dos ocupantes, y un motor de origen Honda en su parte posterior. Con 320 CV de potencia a 6.500 RPM, el K20C de 2 litros, cuatro cilindros y sistema de distribución VTEC Turbo, asociado a un cambio manual de seis relaciones, consigue transferir toda la potencia hasta su eje trasero y mover al Ariel Atom de una manera vertiginosa.
El Ariel Atom 4, con un motor de 320 CV proveniente de la versión más deportiva del Honda Civic Type R, es capaz de unas aceleraciones vertiginosas gracias ademas a un peso final que no llega a los 600 kilogramos en su versión estándar
La aceleración de 0 a 100 km/h se fija en 2,7 segundos, siendo capaz de alcanzar en su nueva versión los 261 km/h, cifras simplemente demoledoras y que muy pocos automóviles -sean o no deportivos- consiguen superar en la actualidad. Buena culpa de ello es su relación peso/potencia, estableciendo un valor de 4 libras/CV.
Evidentemente se ha dotado al coche de todo lo necesario para poder gestionar las cifras que emite. Desde un kit de frenado con discos delanteros autoventilados de 278 mm en su parte delantera y 253 mm en la trasera, todos ellos mordidos por pinzas de dos pistones, pasando por infinidad de reglajes de su chasis y suspensiones gracias a su doble sistema de trapecio articulado. Bilstein es el encargado de suministrar el conjunto de amortiguadores, junto con unos muelles helicoidales firmados por Eibach.
Con unas medidas finales de 3.520 mm de longitud, 1.122 de altura y 1.880 mm de alto, su distancia entre ejes queda fijada en 2.390 mm. El equipo de llantas y neumáticos está formado por llantas de 16 pulgadas delante y de 17 en el tren trasero, con neumáticos específicos Avon ZZR en medidas 195/50 R16 para el eje anterior y 255/40 R17 en el posterior.
Su habitáculo sigue la tónica del coche, con unos asientos tipo backet derivados directamente de la competición, con cuatro puntos de anclaje gracias a un arnés específico para el modelo. Delante del piloto tan solo el volante de tres brazos forrado en Alcantara y un tablero de instrumentos presidido por una pantalla TFT. Es lo más similar a un Fórmula 1 en lo que te podrás sentar.
En el túnel central tan solo encontramos la palanca de cambios rematada en aluminio y encima de nuestras cabezas una toma de aire de generosas proporciones, que insufla aire fresco al propulsor nipón cuando este gira en la zona más alta del cuentavueltas, llegando a regímenes por encima de las 8.000 RPM.
Pero si esto te parece poco, la marca británica pone a disposición de sus clientes más exigentes una serie de extras para conferir un carácter aún más radical al Ariel Atom, pudiendo equipar de modo opcional diferentes kits, que van desde un equipo de llantas fabricadas por BST en carbono, logrando bajar un 50 % el peso total respecto a las de serie, conjunto de frenado sobredimensionado o suspensiones Ohlins de primer nivel.
También han dejado a libre elección del comprador el incorporar el control de tracción y el programa Launch control, queriendo de este modo darle al coche en su versión base la mayor radicalidad posible. Con un precio base en torno a los 45.000 euros y no más de 100 unidades al año, no hay nada en el mercado similar que ofrezca una mejor relación potencia/precio. Teniendo en cuenta todo el trabajo que hay detrás de esta mini Fórmula 1, pareciera incluso hasta barato.
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J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.Yo que veo los coches como algo puramente pasional, he de decir que este Ariel desde sus primeras versiones me tiene “loco”, aunque creo que si tuviera los €€ suficientes terminaría con una Caterham, un coche que también me apasiona desde crío.
Estoy contigo, aunque tal vez me dacantaria por este: