Qué lejos queda aquel McLaren MP4-12C, con el que la compañía británica comenzaba su andadura en el mundo de los coches de producción. Sin embargo, se trata de una sensación, pues aquel deportivo que sentó las bases de los actuales modelos (chasis monocasco de carbono. motor V8 biturbo…) se lanzó al mercado en 2011. Ni siquiera han pasado 10 años y ya tenemos aquí al McLaren 765LT.

La evolución de McLaren ha sido meteórica y ha dejado, casi en el olvido, al único modelo diseñado para las vías públicas que ha usado la misma denominación que la empresa usa en sus monoplazas de Fórmula 1. Es más, la evolución de los deportivos de McLaren ha sido tal, que el MP4-12C resulta anodino y falto de personalidad al lado de sus nuevas creaciones, sobre todo la última, el McLaren 765LT (sí, LT de “long tail“).

Un McLaren 720S venido a más

Para dar forma a su nuevo “long tail“, los de Woking han tomado como base de partida lo más avanzado y especial de la gama “Super Series”: el McLaren 720S. Esta espectacular máquina se dió a conocer en el salón del Automóvil de Ginebra de 2017, hace ya tres años aunque parece que fue ayer mismo. Sustituía al McLaren 650S y es el heredero de aquel MP4-12C que se ha mencionado anteriormente, dando inicio a la segunda generación de la gama Super Series, siendo uno de los deportivos más avanzados, rápidos y espectaculares de cuantos han fabricado la marca. Una base perfecta para una nueva edición de los “long tail“.

Hay muchos cambios respecto al 720S, como una longitud que llega a los 4,60 metros desde los 4,54 del modelo de partida. Esto se debe a que el voladizo delantero crece 48 milímetros y el trasero 9 milímetros. Chasis, conjunto de motor- transmision y suspensiones (el bastidor) es compartido pero con bastantes modificaciones, tanto en lo referente al motor, como en carrocería y puesta a punto.

Básicamente el McLaren 765LT es una profunda evolución del 720S, que se ofrecerá en edición limitada a 765 unidades con la posibilidad de hacerse con un ejemplar totalmente personalizable.

Aerodinámica activa revisada y más eficiente

Desde varios años los deportivos de cierto nivel adoptan soluciones casi de ciencia ficción, como una carrocería con elementos móviles. Las ventajas de esta solución son sobradamente conocidas y raro, muy raro es encontrarse a un automóvil de altas prestaciones sin aerodinámica activa.

El McLaren 765LT toma alguna cosas del 720S, como el alerón móvil con un nuevo diseño. Este cuenta con tres posiciones: Driver Downforce, parcialmente elevado en función de la velocidad y especialmente en curvas; DRS, que baja el alerón en momentos de máxima aceleración en línea recta; High Speed Braking, que se despliega totalmente al frenar para hacer de aerofreno (apenas tarda medio segundo) .

Según McLaren, la eficiencia aerodinámica ha mejorado un 20% respecto al 720S, con mayor apoyo aerodinámico pero sin aumento de la resistencia al avance. El alerón trasero es más grande, con un 20% más de superficie, y tiene un diseño que ha permitido montar muelles delanteros más blandos. ¿Que tendrá que ver el alerón con los muelles delanteros? pues gracias a su mayor superficie y a sus formas, el efecto aerofreno evita que haya mucha transferencia de masas al eje delantero y permite montar muelles más blandos, haciendo de la conducción menos crítica al límite y que sufra menos con asfalto degradado.

En opción se puede solicitar una toma de aire sobre el techo para alimentar mejor el motor. Se encuentra totalmente aislado del habitáculo y está fabricada con fibra de carbono, al igual que muchos otros elementos.

Obsesión por la fibra de carbono

No solo es más eficiente aerodinámicamente, también es más ligero. Para ello, el McLaren 765LT emplea fibra de carbono por doquier y prescinde de elementos superfinos que solo suman peso. Así el habitáculo apenas tiene revestimientos, con unos asientos que son prácticamente una estructura de fibra de carbono con pequeñas zonas acolchadas estratégicamente colocadas, pilares A parcialmente tapizadas y un suelo sin moqueta. No tiene equipo de sonido ni aire acondicionado, aunque se pueden solicitar sin coste.

Por otro lado, la fibra de carbono da forma al túnel de transmisión con paredes más finas, a los pasos de rueda o al soporte de la matrícula (se rebajan en total 1,4 kg). También se logra una reducción de kilo y medio al montar “helpers” en la suspensión, un sistema que evita que se pierda contacto con el soporte al producirse movimientos de extensión muy rápidos y que consiste en un segundo muelle más blando en la base del muelle principal.

No acaba aquí la profusión de fibra de carbono, ya que también es el material empleado en los paragolpes, en el piso (de una sola pieza), los deflectores aerodinámicos, los marcos de los botones para elevalunas, el soporte del volante y el de la pantalla central.

V8 biturbo con 765 CV

En lo referente al corazón en este apartado británico, encontramos el propulsor característico de la marca, pero con algunos cambios creados para la ocasión. La base es el mismo V8 de 3.994 centímetros cúbicos y dos turbos (con cojinetes de baja fricción) que monta un cigüeñal plano, lubricación por cárter seco y válvulas de descarga electrónicas, pistones forjados con tres segmentos diferentes y seguidores de levas con tratamiento de carbono para reducir la fricción.

Para el McLaren 765LT, además, se añaden nuevas bombas de aceite y gasolina, así como soportes de motor más rígidos (para intensificar el ruido y las vibraciones que se cuelan en el habitáculo) y se ha revisado la caja de cambios automática. Ahora es un 15 % más rápida que en el McLaren 720S y cuenta con un piñón de ataque y una corona fabricados en una aleación de cromo-níquel (tecnología procedente de la Fórmula 1 y poco visto en modelos de producción).

Algunas cifras del motor McLaren 765LT son las que dan nombre al modelo. Rinde 765 CV a 7.500 rpm y el par asciende hasta los 800 Nm a 5.500 rpm. Puede completar el sprint desde parado en 2,8 segundos y realizar el 0-200 km/h en 7,2 segundos. La velocidad máxima es de 330 km/h.

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