Te acercas, recibes desprecio, vuelves y, motivado por la venganza y la inevitable rivalidad, te pones en campaña para crear uno de los fabricantes de automóviles más respetados. El clásico entre Ferrari y Lamborghini es a esta altura un cliché, pero es difícil no revisar aquellos orígenes de la primera mitad de los años sesenta cuando alguien decide comprar uno de aquellos primeros deportivos hechos en Sant’Agata Bolognese.

Tras el inaugural 350 GT, Lamborghini lanzó su hermespano crecido en cilindrada y potencia: el 400 GT y su versión con doble fila de asientos. Y aquí permítanme abrir un breve paréntesis, ya que da la casualidad que uno de los Ferrari 330 GT 2+2, quizás el más especial de todos por haber sido el coche de empresa de Enzo Ferrari durante dos años, está buscando nuevo dueño. En su época de producción, fue ese cavallino el rival del Lamborghini 400 GT 2+2, que para no dar lugar a dudas hasta lucía la configuración frontal de doble faro por lado.

Que me digan dónde y cuándo, que me encargo de la cobertura. Me alisto para ser testigo de un duelo, si es que alguien se interesa por ese prototipo del 330 que supo ser conducido por Il Commendatore, porque por uno de los 224 toros con motor V12 de cuatro litros y plazas extras –esa fue la producción del 2+2, del total de 247 unidades del 400 GT– algún anónimo amante de los clásicos de Lamborghini pagó en las últimas horas casi 300.000 dólares.

El Lamborghini 400 GT 2+2 vendido: Urgencia de taller

Fue en la subasta de Dubái y se pagó por él la suma exacta de 297.500 dólares. No, no hay manera que un coche de estos no sea objeto de deseo. Devoción eterna a esas líneas italianas de época. ¿Los modelos más bellos de Ferrari y Lamborghini salieron en los sesenta? Da para debatirlo, para que opinen abajo en los comentarios, pero, de mínima, aquellos deportivos se sientan en la mesa chica.

Un ejemplar del 400 GT 2+2 que tendrá sus imperfecciones, que de aquí en adelante deberá ser enviado por su nuevo dueño a una restauración de carrocería, de interior y de mecánica. Así lo advierte en su reseña RM Sotheby’s, a quien doy crédito por las imágenes y doy gracias por su infinita galería de fotos. Una galería que revela lo dicho. Por ejemplo, está muy claro que el revestimiento del techo merece algunas horas de trabajo en taller. Ahora bien, no alteraría en absoluto la combinación de acabados. El tapizado negro de y la pintura gris recibidos por quien lo acaba de vender –cuero Tabacco y exterior en Grigio St. Vincent, para ser exacto– no deben ser reemplazados. Algo así como una transferencia material y simbólica de propietario a propietario.

Modelo 1966, en su odómetro se registra un acumulado de 49.755 km, aunque no se informa si ese es su kilometraje real. De California, su mercado original y en donde estuvo bajo dos cocheras diferentes, a Alemania y una posterior posesión en Medio Oriente. Ahora, su futuro, sus condiciones, su manejo, están en manos de este quinto dueño.