Guía de compra: Volkswagen Corrado

Guía de compra: Volkswagen Corrado

Fue nombrado el cupé de tracción delantera con mejor comportamiento de su época


Tiempo de lectura: 10 min.

El Volkswagen Corrado es un cupé alemán que fue lanzado al mercado en el año 1989. Inicialmente, el fabricante teutón tenía la intención de que conviviera con el Volkswagen Scirocco en algunos mercados, presentándose como una opción un poco por encima de aquel, con el objetivo de competir con modelos de Alfa Romeo o BMW. Sin embargo, el Volkswagen Scirocco deja de venderse en algunos mercados y este nuevo cupé pasa a ser su sustituto.

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El cupé premium de Volkswagen

El Volkswagen Corrado estaba construido empleando la estructura del Volkswagen Golf de segunda generación, aunque, en realidad parte del subchasis delantero procedía de la tercera generación del compacto, que estaba siendo ya desarrollada, y tomaba a la vez diversos elementos del Volkswagen Passat B3 en su eje trasero, junto con algunas piezas del SEAT Toledo de primera generación. Su fabricación corría a cargo de Karmann en sus instalaciones de Osnabrück.

Todo este batiburrillo de componentes procedentes de otros modelos funcionaba a la perfección en conjunto, hasta el punto de que el Volkswagen Corrado ha sido considerado uno de los cupés de tracción delantera con mejor comportamiento de la historia. Las publicaciones de la época destacaban de este modo un comportamiento dinámico que se situaba muy por encima del que ofrecía el Opel Calibra, uno de los referentes del segmento en aquellos años. Señalaban que la puesta a punto de sus suspensiones ofrecía un equilibrio perfecto entre confort y efectividad, y que permitía conducirlo rápido de forma segura con facilidad.

Uno de los detalles más característicos de este modelo es su alerón de accionamiento automático, cuyo sistema, obviamente, habrá de ser objeto siempre de revisión

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Su interior presentaba una imagen sobria y austera, que lo colocaban un punto por debajo del Opel Calibra en este sentido. En realidad, la mayor parte de los elementos eran tomados de otros modelos de la marca, como el Volkswagen Passat de tercera generación. Homologaba cuatro plazas, solo dos en la banqueta trasera, donde la sensación para los ocupantes de este espacio no dejaba de ser un tanto claustrofóbica.

El G60 como tope de gama inicialmente

En el momento de su lanzamiento, su gama mecánica estaba conformada por dos opciones. Por un lado, se ofrecía un propulsor de cuatro cilindros y 1,8 litros de capacidad, con culata de 16 válvulas y que ya se instalaba en el Volkswagen Golf GTI . Este entregaba 139 CV de potencia máxima. La versión G60 añadía un compresor volumétrico al mencionado motor para situarse como opción más capaz en el inicio de su vida comercial, con una potencia de 160 CV.

Posteriormente, en 1991 y con ocasión del lanzamiento de una actualización estética, el propulsor de 1,8 litros fue sustituido por uno de dos litros de cubicaje, con solo 136 CV de potencia. Como tope de gama, el G60 daría paso a la versión VR6, que incorporaba el propulsor de seis cilindros y uve estrecha —a 15º—, con una sola culata de doce válvulas, propio de Volkswagen. Con 2,9 litros de capacidad —en la versión Europea, 2,8 litros para la estadounidense—, declaraba 190 CV de potencia. Por último, en los momentos finales de su vida comercial estuvo disponible con una versión del propulsor de cuatro cilindros con culata de ocho válvulas, cuya potencia máxima era de 113 CV.

Los 160 CV entregados por la versión G60, con compresor volumétrico, supusieron la versión de mayor rendimiento hasta la llegada, con su actualización estética, del VR6, con 190 CV

Autocar enfrentó una de estas unidades con el VR6 bajó el capó contra el BMW 325i Coupé de la época, en 1992, y determinó que el Volkswagen Corrado, pese a ser un tracción delantera, no tenía nada que envidiar a su rival bávaro en términos de comportamiento. De hecho, lo declararon ganador de la comparativa, destacando la sofisticación y las altas capacidades de su chasis.

Además de su indiscutible carácter deportivo, el posicionamiento más premium de este Volkswagen Corrado implicaba opciones de equipamiento por encima de la media. De este modo, se ofrecía con aire acondicionado, techo solar y posibilidad de incorporar una tapicería de cuero, junto con unos asientos delanteros provistos por Recaro y con ajuste en altura eléctrico.

Este modelo fue retirado del mercado en el año 1995, después de 97.521 unidades producidas. Existieron algunas versiones especiales, disponibles según mercado, de un Volkswagen Corrado cuyo atractivo para los compradores se vio negativamente afectado por su elevado precio. Ahora bien, cuando prácticamente todas las unidades han cumplido ya 30 años, quizás sea un buen momento para plantearse la adquisición de un ejemplar del que fuera el cupé con mejor comportamiento dinámico de la época.

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Sus debilidades

En primer lugar, cuando hablamos de coches de esta edad, es conveniente realizar una revisión exhaustiva del estado de los paneles de la carrocería y de otros componentes para buscar cualquier indicio de corrosión. Algunas unidades son conocidas por presentar óxido en la zona del bastidor donde descansa la batería. Por lo que respecta a su carrocería, aunque Volkswagen empleaba paneles galvanizados en la época, conviene fijarse en las zonas adyacentes a las puertas, debajo del parabrisas, los faldones laterales o el guardabarros delantero, zonas donde suelen aparecer los primeros rastros de óxido. Al levantarlo, como modelo construido sobre la base del Volkswagen Golf II, se ha de estar atento a las zonas de apoyo del gato y al interior de los pasos de rueda, así como a los soportes de la suspensión, tanto los delanteros como los traseros.

Además, los tiradores de las puertas de los Volkswagen Corrado tienen cierta tendencia a romperse. Sin embargo, tal y como sucede con muchos de sus componentes, no deberíamos de tener problemas en caso de necesitar sustituirlos, puesto que disponibilidad de piezas como estas es relativamente elevada en el mercado de segunda mano, toda vez que son compartidos con otros modelos de Volkswagen de la época. En su caso, con el Volkswagen Passat (B3) de la época.

Cuestión diferente es el alerón de accionamiento automático, que se trata de un elemento especial, como hemos visto, del Volkswagen Corrado. Al interesarse por una unidad de este modelo, conviene comprobar que funciona su sistema, ya que, en caso de tener que utilizar el botón disponible en el interior para su activación por encima de 90 km/h, estaremos hablando de que existe algún problema con el módulo electrónico o con el cableado. También el mecanismo de su techo solar merece ser inspeccionado con detenimiento.

Los paneles galvanizados de su carrocería no evitan que exista la posibilidad de que presenten óxido, por lo que habrá que realizar una revisión exhaustiva

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Por lo que se refiere al interior, las unidades con tapicería de tela tienen un peor envejecer que las que están acabadas en cuero, aunque estas últimas son más bien escasas. Las primeras pueden presentar abundante desgaste en las orejas o los pétalos de sus asientos, propias de los inevitables roces con el cuerpo al entrar y salir del automóvil. También puede presentar un tapizado del techo descolgado, cuestiones que sin duda habremos de tener en cuenta a la hora de hacer una oferta, o de aceptar o no el precio anunciado por el vendedor.

Asimismo, habrá que prestar atención al estado de la caja de cambios. Se recomienda comprobar que la primera y la segunda marchas entran sin dificultades, puesto que este modelo es propenso a presentar problemas en este sentido. Su sistema de antibloqueo de frenos también es origen de averías en el Volkswagen Corrado. Será conveniente asegurarse de que no se enciende el testigo del ABS en la instrumentación antes de adquirir una unidad, incluso se recomienda verificar su correcto estado en una prueba de conducción.

Bajo el capó

A la hora de decantarse por uno de los propulsores que se ofrecieron en su momento para el Volkswagen Corrado, habrá que seguir diferentes precauciones en función de cuál sea el elegido. Las versiones de cuatro cilindros, tanto con 1,8 como con 2 litros de cilindrada, quizás no sean las opciones más rápidas, pero su fiabilidad está más que probada, a poco que se hayan realizado los mantenimientos previstos. En este sentido, su correa de distribución debe haberse sustituido cada 100.000 kilómetros, o cinco años.

El compresor volumétrico de las versiones G60 presenta a veces sellos en mal estado, que pueden requerir una reconstrucción completa de este elemento, una operación cuyo coste habrá que tener en cuenta a la hora de establecer nuestro presupuesto

Volkswagen Corrado (1988 1995) 10

Debemos prestar atención, asimismo, a la posible existencia de humo azul al encender el motor, puesto que esto sería un síntoma indicativo de un desgaste excesivo en las guías de las válvulas. Especialmente en las unidades con culata de 16 válvulas, también es necesario comprobar que el ralentí sea estable, puesto que, en caso contrario, estaríamos ante una unidad cuyo regulador se encuentra en mal estado. Por otro lado, la junta de la tapa de balancines puede presentar fugas que provocan problemas de encendido, debido a que el aceite se cuela hasta las bujías.

En el caso concreto de las versiones G60, el compresor volumétrico debe ser el protagonista de cualquier revisión. Sus sellos tienen cierta tendencia a fallar, sobre todo en las unidades a las que no se les hayan efectuado los cambios de aceite con la frecuencia suficiente, o que se haya utilizado uno de mala calidad. Habrá que prestar atención a la posible existencia de aceite en los tubos del intercooler, que de darse sería indicativa de que una reconstrucción del compresor será necesaria más pronto que tarde.

Quizá el motor más deseado de todos, tanto en su época como ahora, sea el VR6. A decir verdad, pasa por ser un propulsor relativamente fiable, siempre y cuando se hayan realizado los mantenimientos indicados. Eso sí, en el mercado de segunda mano son abundantes las unidades preparadas, de las cuales lo conveniente sería huir, sobre todo si no existe la posibilidad de conocer con exactitud qué modificaciones se llevaron a cabo.

El VR6 podría considerarse la opción más fiable de todas, aunque, como siempre, dependerá de que se hayan respetado los tiempos establecidos para las operaciones de mantenimiento y, sobre todo, que no se hayan realizado modificaciones que comprometan su fiabilidad

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Su cadena de distribución es una de las razones que explican la fiabilidad atribuida a este propulsor. Sin embargo, esta no está exenta de requerir su periódica sustitución cada 100.000 kilómetros, junto con los tensores. Ante cualquier duda, se recomienda realizar esta operación nada más adquirir una unidad. Además, puede resultar conveniente verificar que el código de su motor es ABV, el de la versión europea, puesto que es relativamente frecuente que el propulsor de algunos Volkswagen Corrado VR6 haya sido sustituido por arquitecturas de 2,8 litros.

Por lo que se refiere a sus precios, tras una búsqueda en uno de los portales en internet más habituales para la compraventa de vehículos de segunda mano, nos hemos encontrado con apenas una decena de unidades, algunas en proceso de restauración. Los precios para un Volkswagen Corrado de 1,8 litros en buen estado rondan los 10.000 euros a día de hoy en nuestro país, el mismo precio del que parten los G60, sobre los que en algunos casos se especifica que ya se ha reconstruido su compresor. Las versiones VR6 escasean en el mercado y solo hemos encontrado una por un precio de 14.000 euros. Si ampliamos la búsqueda al continente europeo, nos encontramos con algunos de estos modelos de 190 CV en estado de colección que alcanzan los 25.000 euros.

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David García

No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.

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