Hay coches que nacen para ser leyendas y otros que nacen para ser secretos bien guardados. El Siata 208S Motto Spider pertenece a la segunda categoría, y eso lo hace aún más fascinante. No es el típico clásico que aparece en cada subasta millonaria ni el que tiene un póster en Displate, pero cuando lo descubres, no puedes dejar de mirarlo. Es como si te topases con el primo elegante, enigmático y bien vestido de un Ferrari clásico.
Hagerty lo ha vuelto a poner en el radar con una unidad bellísima subastada por Broad Arrow durante el evento de Villa d’Este. Y sí, podrías pensar que se trata de otro descapotable italiano más con nombre largo, producción corta y chapa roja. Pero no. Aquí hay algo más. Algo que huele a historia, a carreras clásicas, a Goodwood, a Mille Miglia, a película de James Dean.
Este coche no solo es bonito. Es raro, muy raro. Y cuando un coche es raro, rápido, tiene pedigrí de carreras y viene con una historia digna de novela, lo raro pasa a ser codiciado. Por eso este Spider se mueve hoy en cifras que asustan, pero también enamoran a quien entiende lo que tiene delante. Esto no es un juguete, es una obra de arte que ha pasado de ganar carreras a vencer a la muerte. A ver si tu Model 3 hace eso.
No estamos hablando de hype pasajero ni de un Ferrari escondido en una nave de Japón, que al lado de estees hasta vulgar. Hablamos de un deportivo artesanal, con alma, con carácter, y con el tipo de exclusividad que no se compra, se persigue y si tienes suerte, lo mismo la pillas por un riñón y medio.

¿Siata? Tu prima por si acaso
El primer problema del 208S es su nombre. “Siata” suena a mueble del IKEA o a marca de sillas de oficina. Pero detrás hay una historia curiosa. SIATA, que en realidad se llamaba Società Italiana Auto Trasformazioni Accessori, nació en los años 20 como taller especializado en mejorar modelos de Fiat. Sí, mejorarlos. No tenían complejo de segunda marca y hacían verdaderas virguerías con lo que caía en sus manos. El Brabus del momento.
Después de la Segunda Guerra Mundial, SIATA se animó a fabricar coches propios. Pequeños, rápidos, con buena técnica y gran diseño. Sin embargo, jamás dejaron de ser lo que eran: una empresa de ingenieros locos con buen gusto. Su público era limitado, sus medios también, pero su ambición no. Querían medirse con los grandes… y a veces lo lograban.
De hecho, SIATA tuvo la suerte (o la picardía) de colaborar con Fiat en el desarrollo de un motor muy peculiar: un V8 de dos litros que acabó dando vida al Fiat 8V (ese que no se llamó V8 porque Ford se ponía tontorrona con el nombre). Aquel motor era una joya compacta, avanzada y difícil de domar. Vamos, justo lo que a los de SIATA les gustaba.
Así que se lo quedaron y construyeron a su alrededor coches como el 208CS y luego este 208S Motto Spider. Vehículos ligeros, eficaces, con suspensión independiente en las cuatro ruedas y esa pinta de deportivo serio pero bien educado. Como si quisieras correr la Mille Miglia en traje de lino y gafas de sol redondas.

Del coupé a la joya descapotable
El 208CS fue la primera criatura seria de SIATA con motor V8 propio. Un coupé elegante, con carrocería moderna y prestaciones más que dignas. Pero pronto decidieron que era hora de ir un paso más allá. Contactaron con Carrozzeria Motto, un pequeño carrocero de Turín que hacía magia con el aluminio, y juntos dieron forma al 208S Motto Spider.
Este Spider no era solo un descapotable bonito. Era un coche de carreras camuflado de gentleman driver. Conservaba el chasis tubular y la suspensión sofisticada, pero añadía una carrocería liviana, proporcionada, con líneas fluidas y ese aire contenido de los coches italianos bien hechos. Esos que no necesitan alardear para dejar huella.
El motor V8 de dos litros rendía entre 110 y 125 CV según versión. Puede que hoy suene a poco, pero en 1953 eso era más que suficiente para ponerle las cosas difíciles a más de un Ferrari en carreteras reviradas. Además, la caja de cambios era de cinco marchas… en una época en que la mayoría aún iba con tres o cuatro. Detalles de artesano.
No hablamos solo de paseo dominguero. El 208S compitió en Le Mans en 1953 logrando una meritoria primera posición en su clase y séptima absoluta. Eso no se consigue solo con una cara bonita. Este coche era un verdadero deportivo vestido con esmoquin. Un caballero con malas pulgas.

Solo 35: exclusividad de la buena
De este Spider se fabricaron solo 35 unidades, lo cual lo convierte en una de esas criaturas exóticas que no aparecen dos veces en la vida (sería más fácil ver un gamusino). El ejemplar subastado por Broad Arrow es el último que se construyó con carrocería Motto, una especie de broche final a una etapa corta pero gloriosa en la historia del automóvil italiano.
Este coche vivió mucho. Fue vendido nuevo en Italia en 1954, y más tarde viajó a Estados Unidos, donde pasó por varios estados: Arizona, Nuevo México, Nueva Jersey… En los años 70 u 80 alguien, probablemente harto de buscar piezas para el V8 original, lo sustituyó por un motor Ford. Un sacrilegio para unos, una solución práctica para otros.
Afortunadamente, en 2006 alguien con más buen gusto que prisas decidió devolverle el alma. El coche fue restaurado íntegramente en Berkeley, California, incluyendo la reinstalación de su motor original, y el resultado fue espectacular. Más de 200.000 dólares invertidos, facturas, fotos y todo documentado como Dios manda.
Desde entonces, este 208S ha sido tratado como lo que es: una pieza de colección. Ha estado en Pebble Beach, Villa d’Este y Amelia Island, ganando respeto y miradas. Hoy luce una carrocería color crema con interiores en cuero rojo. Clásico, elegante, casi perfecto. Como un Martini bien mezclado a las seis de la tarde.
¿Un Ferrari sin pretensiones?
Hay quien dice que el Siata 208S es como un Ferrari sin postureo, y no les falta razón. Tiene diseño italiano, motor con historia, comportamiento deportivo y una exclusividad que haría sonrojar a más de un 250 GT. Pero no lleva cavallino en el capó, ni tuvo pilotos famosos, ni aparece en camisetas. Por eso mola más.
También se puede comprarar con el AC Ace, el inglés ligero que acabaría dando origen al Shelby Cobra. Y sí, en cierto modo hay paralelismos: son coches pequeños, rápidos, con motores vivos y estética limpia. Pero el 208S tiene algo más refinado. Más culto. Como si fuera el primo que estudió Bellas Artes en lugar de boxear en Londres.
En el mundo de los coches clásicos, eso es oro, porque mientras todos se pelean por los mismos Ferrari y Porsche de siempre, hay joyas como esta que pasan desapercibidas solo para quien no tiene ni idea. Los entendidos, en cambio, saben que un SIATA bien conservado es tan raro como valioso.
¿Y el precio? Broad Arrow estima que este coche alcanzará entre 1,6 y 1,9 millones de dólares. Sí, lo has leído bien. Esa cantidad por un coche con nombre de marca de aire acondicionado coreano. Pero es que en el mundo de los clásicos no pagas por la chapa. Pagas por la historia, la rareza, el diseño… y el privilegio de conducir algo que nadie más tiene.
Jose Manuel Miana
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