Christian Meunier es el presidente de Nissan en la tierra de las hamburguesas, y ha traído una noticia que os hará el día: el Z Nismo incorporará por fin un cambio manual que muchos esperaban desde el lanzamiento en 2023. A ver, un coche que carga un motor VR30DDTT biturbo de 420 caballos y una carrocería que exige pista merece mucho más que un automático de nueve velocidades. A mí me parecía un error de cálculo que ignoraba la esencia de Nismo, que es la conexión cruda entre conductor y máquina. Algo que no se mide en décimas, sino en sensaciones al volante. No es que la caja de Mercedes no fuera impecable, porque a nivel técnico es una maravilla y quien diga lo contrario, no tiene ni idea, pero creo que somos muchos los que preferimos palanca y embrague a levas o incluso la nada. Tiene su gracia el parecido de esta situación con la del Toyota GR Supra, que también tropezó con la misma piedra y salió fortalecido.
Un Z con tres pedales no es nostalgia barata, sino la clave para que el coche deportivo se mantenga vivo y no se convierta en un electrodoméstico, algo tan ignorable como una tele ahora que los cambios manuales están extinguiéndose. Hiroshi Tamura, el “Míster GT-R” detrás del proyecto, defendió el automático con lógica técnica (hasta él se equivoca), pero ahora, con el manual en camino para 2027, parece que Nissan ha entendido que el Z vende emociones, no solo specs, y el eco con el Supra de 2023, que añadió su iMT tras años de quejas, nos hace pensar que los japoneses están sincronizados en esta vuelta a las raíces.
El origen de la controversia: La velocidad se impuso a la emoción
El Z Nismo llegó en agosto de 2023 prometiendo gloria, pero la ausencia de palanquita mientras el Z base la mantenía nos puso nerviosos a muchos, porque Nismo siempre había sido sinónimo de coches hardcore con palanca, no de una comodidad automatizada que prioriza tiempos sobre tacto y que contradice la tradición de modelos como el 370Z NISMO, donde el manual era el alma de la bestia. Por un momento parecía que se habían dado un golpe en la cabeza.
Hiroshi Tamura justificó el automático con crudeza: el Z base con dos pedales era más rápido que un Nismo manual, y era una verdad técnica que encajaba con el motor de 420 CV y 520,63 Nm, pero que ignoraba el valor de esa interacción física que define la marca. Esta filosofía marcaba un giro en Nismo, de la conexión sensorial a la eficiencia pura, y aunque el cambio de Mercedes, retocado con embragues reforzados, brillaba en pista con 0-60 en 3,9 segundos, no compensaba la falta de ese compromiso que hace que un coche como el Z sea adictivo en carreteras sinuosas.

La bronca se extendió por foros y Reddit (que es el submundo de internet), pero donde les dolió fue en las ventas que no despegaban como esperaban, y que dejaron claro que el premium de 66.890 dólares se justifica con emociones, no solo con potencia. Nissan defendía su postura con datos internos y autismo ingenieril, y la comunidad respondía que el Nismo sin manual era como un GT-R sin GT y sin R: un coñazo.
Al final, esta controversia fue el empujón que necesitaba Nissan para rectificar, y la promesa de Meunier de un manual específico valida que, incluso en 2025, la presión de los puristas pesa más que las métricas corporativas.
El paralelismo con la evolución del Toyota GR Supra
Ya he mencionado que el GR Supra que fue relanzado en 2019 pecó del mismo mal que el Z Nismo, les dio por ofrecerlo sólo en automático de ocho velocidades para su 3.0 de 382 CV, una decisión que sonó a traición para los fans del A80 y que Toyota justificó con aceleraciones más rápidas y eficiencia como si nos estuviese vendiendo un Prius, pero que subestimaba a lo bestia el tirón emocional del manual. El #WeWantTheManual obligó a la marca a desarrollar en 2023 una iMT de seis velocidades con componentes hechos a medida, desde un embrague recalibrado hasta un diferencial de 3.460:1, sacrificando 0,3 segundos en 0-60 millas/hora (0 a 96 kilómetros/hora), pero ganando en esa respuesta directa que hace al Supra un coche para pilotar y no para flipártelo cuando no sabes conducir.
¿Veis? Ambas marcas tomaron mal el pulso de su público, y les dio por priorizar cifras sobre la herencia japonesa de deportivos accesibles y táctiles, y la respuesta que recibió Toyota, que agotó las ediciones A91-MT en tiempo récord, mostró que invertir en manual no es un lujo, sino una necesidad para fidelizar al cliente apasionado. En el Z se espera algo similar: una caja reforzada que libere los 420 CV con crudeza, no con filtros automáticos.

La clave está en que Toyota reconoció su error abiertamente, explicando que la iMT preservaba la esencia del Supra como si fuese un baile con el conductor, y ahora se le suma Nissan. Con suerte, veremos una vuelta fuerte del cambio manual a los deportivos.
Es bueno que la industria descubra que con la lógica fría no nos va a vender un producto aspiracional.
Las especificaciones técnicas que justificaban el automático
El VR30DDTT del Z Nismo, con 420 caballos a 6.400 rpm y par desde las 1.600, exigía una transmisión robusta, y el automático de nueve velocidades de Mercedes, con software Nismo que acorta downshifts a la mitad, lo clavaba en pista, y le permitía 3,9 segundos en el 0-100 que hacen entendible el por qué Nissan lo eligió sobre un manual que podría flaquear bajo ese empuje. Esta caja era una joya reajustada para un cohete del asfalto.
En el caso del Supra, el B58 de 382 CV mantenía potencia idéntica, pero el automático con relación 3.154:1 aceleraba más vivo, aunque Toyota optó por 3.460:1 en manual para equilibrar tacto, y priorizar el control en curvas.
Nissan se va a enfrentar a retos similares al reforzar su caja de seis del Z base para el par extra, posiblemente tenga que meter embragues nuevos también, pero 0,2-0,3 segundos extra en aceleración serán el precio por una experiencia que el automático no iguala.
Si hacemos números, queda claro que el automático gana sobre el papel, pero el manual vence sobre el alma, y para el Z Nismo, esta adaptación técnica será el puente perfecto.

El renacimiento del manual: Tendencias del mercado 2023-2025
Los manuales repuntan al 2-2,5% de cuota entre 2023 y 2025 impulsados por su emocionalidad, y los deportivos como el Z y Supra lideran este nicho donde la escasez suma valor. En mi opinión, es una de las cosas que Nissan hace bien para entrar con pie firme en el 2027.
No es el único ejemplo, porque BMW vio crecer sus ventas con el Z4 manual, y las proyecciones al 4,3% anual hasta 2034 demuestran que existen nichos resistentes en EE.UU y Europa, aunque sean coches alejados del alcance del currito medio. Es decir: Z, Supra, Mustang, 911…
Vale que esta tendencia cultural, no técnica, y que recuerda más a los plastas que defienden el vinilo y al final son cuatro gatos, pero… ¿qué más da?
En resumen, el renacimiento es selectivo, pero por lo menos seguiremos presumiendo de conducir con tres pedales.
La persistencia de la emoción sobre la eficiencia
El eco entre Z Nismo y Supra demuestra que en deportivos, la emoción le pasa por encima a la razón.
Para nosotros, significa un Z que rueda con autenticidad más allá de las hojas de Excel de los ingenieros, y su llegada en 2027 promete momentos que cronos no capturan.
Vídeo: https://youtube.com/shorts/8ROm4tpe_5c?feature=share
Jose Manuel Miana
Ando loco con los coches desde que era pequeño, y desde entonces acumulo datos en la cabeza. ¿Sabías que el naufragio del Andrea Doria guarda dentro el único prototipo del Chrysler Norseman? Ese tipo de cosas me pasan por la cabeza. Aparte de eso, lo típico: Estudié mecánica y trabajé unos años en talleres especializados en deportivos prémium.COMENTARIOS