Opulent Velocity. Si hay un nombre más ostentoso que este, por favor, decídnoslo, porque no lo conocemos. Velocidad opulenta, así se puede traducir la denominación del último prototipo presentado por Cadillac durante Pebble Beach. Y tiene su porqué, obviamente, aunque a muchos, cuando digamos que se trata de un coche eléctrico, pensarán que la velocidad es puro postureo.
Los coches eléctricos no acaban de convencer a los usuarios, hay algo que falle en la tecnología aunque, dado su juventud, tienen todavía un potencial evolutivo abismal. Quizá sea el planteamiento que han tomado los fabricantes con los coches eléctricos, que son más electrodomésticos que coches –mucha eléctrica de asistencia, pantallas hasta en las puertas, conducción autónoma, sistemas de confort por doquier, diseños un tanto peculiares, tacto de conducción un poco artificial, falta de sonido… –.
No queremos faltar a todo aquel al que le gusten los coches eléctricos, eso que quede claro, pero no podemos evitar deja clara nuestra opinión: a los coches eléctricos les falta muchísima pasión y resultan meras herramientas para desplazarse, y para colmo, herramientas que no cumplen con lo que ya ofrece un vehículo con motor de combustión –da igual lo que digan los acérrimos defensores de los coches eléctricos, no cumplen–. Es un apartado en el que trabajan constantemente los fabricantes y por supuesto, no podemos obviar ese hecho.
Para muestra, obviamente, un botón, y el Cadillac Opulent Velocity es un claro ejemplo. Con este proyecto, la firma yankee pretende demostrar que un coche eléctrico puede ser elegante, puede presentar una imagen agresiva y además, puede ser muy rápido. Este último apartado nunca lo hemos puesto en duda, en realidad nunca se ha puesto en duda ninguno de los que pretende destacar Cadillac, un coche eléctrico puede ser muy rápido, puede ser elegante y puede ser agresivo, pero como decíamos, siempre se apuesta por diseños un tanto peculiares, aunque en esta ocasión, esa peculiaridad se transforma en líneas muy logradas, con una presencia impactante y una clara “elegancia agresiva” que solo las marcas de alta gama parecen saber desarrollar.
No obstante, la línea peculiar de todo coche eléctrico sigue presente cuando echas un vistazo al coche desde un lateral. Ahí nos encontramos con un perfil claramente influenciado por el túnel de viento, que presenta un largo voladizo trasero, con un curioso trabajo aerodinámico en la zona de la rueda trasera que marca claramente la imagen que desprende el coche. Todas las superficies son lisas, con una ausencia total de elementos de tensión y exageración de las formas, en busca de evitar todo lo posible la creación de turbulencias. La parte trasera es, quizá, lo más futurista y hollywoodiense de todo el coche, con una serie de tiras lumínicas que le otorgan una presencia diferente a lo visto hasta el momento.
Lo mejor, sin duda, es el frontal, que se conforma de una sola pieza de gran tamaño, con musculatura, pero también con sutileza y elegancia, con un enorme logo de Cadillac como foco central y una aparente falta de faros, que en realidad están camuflados al ser dos tiras de LED ubicadas en las tomas de aire laterales.
Sin embargo, lo más llama la atención es la ausencia de superficie acristalada, que realidad se ha camuflado y reducido en gran parte, pues al parecer, según cuentan desde Cadillac, el Opulent Velocity emplea un sistema de realidad aumentada, lo que permite prescindir, teóricamente, de vidrios para ver el exterior del coche. La presencia de la realidad aumentada se acompaña, de nuevo en teoría, de un sistema de conducción autónoma de nivel 4, lo que permitiría que las personas presentes en el interior pudieran viajar sin prestar la más mínima atención al desplazamiento del vehículo.
Cadillac no ha publicado ni un solo dato sobre la motorización, tan solo ha comentado que se trata de un coche eléctrico que puede ser muy, muy rápido y que se basa en la plataforma Ultium. Por otro lado, se ha descrito lo que Cadillac entiende como Velocidad opulenta. Por un lado, la “experiencia opulenta” se centra en la relación y la tranquilidad, un modo en el que solo funciona con el nivel 4 de conducción autónoma, mientras que la pantalla de la realidad aumentada sumerge al conductor en “experiencias multisensoriales” mediante luz y sonido.
Y la “experiencia veloz” o “experiencia de velocidad”, es la destinada a ofrecer las máximas sensaciones. La marca afirma que es comparable a las sensaciones que ofrece un superdeportivo. Solo funciona con conducción manual –la de toda la vida, vamos… – y los asientos cambian su configuración para ofrecer una mayor sujeción al conductor. En este modo, la pantalla de realidad aumentada proyecta un “coche fantasma”, como en los videojuegos, para ayudar a mejorar los tiempos en circuito, así como proyectar información sobre la carrera –nuevamente, como en los videojuegos–.
Cadillac lo describe como un estudio de diseño, así que podemos decir que su paso a producción no se realizará nunca. Otro tema será la presencia de los rasgos de diseño, ideas o soluciones, que sí podrían llegar a los modelos de producción de la compañía yankee en un futuro. Futuro que, posiblemente, podamos ver en vivo y en directo si finalmente Cadillac empieza a traer sus coches a España –ya los comercializa en algunos mercados europeos–.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS