En los tres artículos anteriores (parte I, parte II y parte III) hemos construido el chasis del coche de nuestros sueños. Los hemos construido en aluminio, en acero, en fibra de carbono y con cualquier combinación de ellos.
El paso siguiente es pintar la carrocería. La utilidad de la pintura es la de proteger nuestra carrocería, los metales se oxidan a la intemperie y los materiales sintéticos se estropean por la radiación ultravioleta emitida por el Sol.
La pintura es más que una protección, el color de un automóvil es, junto con su tamaño, lo primero que percibimos. Si para un automóvil de larga tirada el color es importante, para un vehículo de fuera de serie lo es mucho más.
Más especiales son los colores para los deportivos. A principios del siglo XX identificaban al país al que pertenecían: los vehículos italianos se pintaban en rojo, los franceses en azul, en verde los británicos, azul con rayas blancas o a la inversa si el vehículo es estadounidense o blanco si es alemán.
Sí, el color de los equipos alemanes era blanco, los Mercedes SSK eran llamados “elefantes blancos” por su tamaño y color. Este color cambió en 1932, cuando en la carrera de Avus el ganador fue un Mercedes SSKL que, gracias a sus paneles de aluminio, mejoraba en 20 km/h su velocidad máxima.
Por la velocidad y color el locutor Paul Laven le llamó “flecha plateada”, apelativo que pasó de una unidad a un equipo, de un equipo a una marca, de una marca a un país y nos llega hasta hoy en día.
Estos colores nacionales se convirtieron en emblemas de las marcas de deportivos. Tan especiales son los colores de los deportivos que uno de ellos ha sido enviado al espacio, más adelante lo veremos en detalle. En el caso de los automóviles de superlujo un vehículo puede depreciarse un 30 % si su pintura no es la original.
Por el contrario, si el vehículo tiene una pintura especial y única, el valor puede duplicarse, como vimos en el primer artículo de esta serie. Esto es mucho dinero por una capa de una décima de milímetro. De nuevo vemos que la estética es muy importante en este nicho de mercado tan exclusivo. Pasamos a ver cómo toma color el vehículo de nuestros sueños.
La técnica para el tratamiento de una carrocería fuera de serie suele ser la mismo que en el resto de vehículo y suele ser realizado de manera automática. Primero veremos un proceso muy automatizado, muy similar a los vehículos de larga tirada y luego veremos las particularidades por cada marca en otros procesos más manuales.
Cómo se pinta una carrocería de Porsche
Volvemos a empezar por Alemania, en las fábricas de los automóviles que “nadie necesita, pero que todo el mundo quiere”, en palabras de su fundador.
El primer paso es limpiar la carrocería, una pequeña mancha de grasa dejaría una falta de adherencia en la pintura que se convertirá en burbuja pasado un tiempo. Esto es, por descontado, inadmisible para nuestro vehículo soñado. Por este motivo, la carrocería se lleva a un túnel de limpieza de manera que la rocía con agua y un disolvente de grasa.
Después de eliminar cualquier mancha de grasa, la carrocería se enjuaga generosamente con agua que más tarde se reciclará. Antes de aplicar cualquier tratamiento, todas las carrocerías son limpiadas con plumas de avestruz y chorro de aire a presión, todo para evitar la adherencia de pequeñas partículas por energía electrostática.
El siguiente paso es sumergirla en un baño anticorrosión de fosfato de cinc, denominado electroforesis. La sustancia se encuentra disuelta en agua, de manera que se separa en iones con carga positiva y negativa. Se aplican unos 380 V de corriente continua a las carrocerías, de manera que se convierten en un cátodo y atraen para sí las partículas que están flotando en el baño.
Para acelerar el proceso, carrocerías y baño son calentados por encima de 100 ºC
Las carrocerías, además, se voltean completamente en el interior del baño. Con esta técnica nos aseguramos de que toda la carrocería estará en contacto con el líquido y que toda la superficie estará protegida. Lo que hay que tener en cuenta es que debemos prever taladros por toda la carrocería para que el líquido se desagüe.
La técnica es tan rápida que la carrocería se puede lavar en el momento de sacarla del baño. Cuando está la carrocería protegida contra la corrosión, hay que tapar cualquier posible resquicio que pueda almacenar humedad.
Para ello se rellena con PVC todas las uniones por soldadura y oquedades, como las uniones de los capós y las puertas. En la parte inferior de la carrocería se aplica sellador, de esta manera protegemos los bajos de las piedras del camino, el agua y la sal que previene el hielo.
El siguiente paso es aplicar la imprimación, que tiene dos utilidades principales. Por un lado protege la carrocería, por otro unifica el tono entre los diferentes materiales y ayuda a que se adhiera la pintura definitiva.
Esta imprimación es aplicada mediante robots, con los que nos aseguramos que llega a todas partes en la cantidad adecuada. Sin solución de continuidad se introduce la carrocería en un túnel de secado, donde se cura la imprimación a unos 190 ºC. Después de eso, se comprueban visualmente para asegurarse de que todo es perfecto hasta ese momento.
Ahora sí, ya está preparada nuestra carrocería para adquirir el color que hemos elegimos con tanto cariño. El proceso más habitual es el de la pintura por robots. Estos brazos mecánicos son programados de para que distribuyan la pintura de manera homogénea en todos los paneles.
El sistema está totalmente automatizado, resulta curioso ver cómo algunos de ellos son los encargados de abrir puertas y capós para que otros pinten su interior. Los pulverizadores de pintura pueden cambiar el color usado también de manera automática, ahora bien, siempre se procura que los cambios de color sean mínimos para ahorrar tiempo y material.
Después de la aplicación de la pintura, la carrocería se lleva a un túnel de secado para que la pintura se solidifique manera rápida y controlada.
Nos quedan dos pasos para dar por terminada la pintura. El primero de ellos es la aplicación de barniz y su posterior secado. Este barniz protege el color y le da brillo. El último paso es colocar la carrocería en un túnel de luz para comprobar que no hay ningún fallo en la superficie de nuestro deportivo. En caso de encontrar algún fallo, se corrige puliéndolo.
En caso de querer algo especial, Porsche ofrece el servicio Manufaktur, con el podremos personalizar nuestro vehículo. El último servicio que ha presentado Porsche es la impresión de nuestra huella dactilar en el capó, como ya vimos.
La pintura para un Aston Martin DB11
Volvemos a Gaydon, en el Reino Unido, donde vimos cómo se fabrica la carrocería de aluminio pegado, para ver cómo se le da color a un cupé purasangre. En esta fábrica el proceso es más artesanal que en Porsche. Los primeros pasos son muy similares, la carrocería se lava, se protege y se le aplica una imprimación.
A la hora de aplicar el color se realiza a mano, debido a las pocas unidades fabricadas (en comparación con marcas generalistas) y a la gran cantidad de colores utilizados, no sale rentable una línea de pintura completamente robotizada.
En la línea de producción de Aston Martin, los vehículos son pintados completamente a mano por técnicos expertos. Una vez que está pintada y seca, nuestra carrocería se pule completamente, también a mano.
El siguiente paso es el barnizado, que es aplicado por dos robots. Esta automatización sí es rentable porque todos los vehículos son barnizados con el mismo proceso. Estos dos robots, junto con el expendedor de cola, forman un total de tres en toda la planta de Gaydon. En comparación, una línea de producción generalista, como la planta de SEAT en Martorell, tiene 2.000 robots, un salto muy importante.
Una vez pintado, barnizado y secado, cada vehículo es pulido a mano de nuevo hasta que su acabado sea un espejo
El proceso total de pintura de un Aston Martin DB11 dura unas 50 horas, muchísimo tiempo para la aplicación de pintura, sobre todo comparado con las 12 horas que se tarda en construir totalmente un turismo generalista.
Aplicación de pintura para un Bentley
Seguimos en el Reino Unido, 160 km al norte encontramos la ciudad de Crewe (pronunciado “kruu”) que lleva construyendo motores de automóvil desde 1946. No hemos cambiado de país pero sí hemos cambiado de estilo, en una limusina de lujo es mucho más importante el tono elegido y su personalidad.
En el caso de Bentley se ofrecen más de 100 colores de serie a combinar con 24 colores de piel y nueve metales vistos. Esto en cuanto a colores de serie, si queremos algo más especial podemos ponernos en contacto con los diseñadores de Mulliner que encontrarán el color perfecto para nosotros y que además combine con el resto de elementos.
Por cierto, la casa Mulliner lleva trabajando para Bentley “solo” desde 1924, y digo solo porque esta firma ya trabajaba con carros de caballos desde el año de Nuestro Señor de 1500.
El primer paso para darle color a nuestra berlina inglesa es pulir a mano todo el exterior de la carrocería, hay que revisar las soldaduras externas de un total de 5.800. Se pulen a mano hasta que no puedan apreciarse y parezca que la carrocería ha salido de un bloque macizo.
El proceso de pintura es el mismo: limpieza, protección, sellado e imprimación. Una vez acabados estos trabajos comienza la pintura real. De nuevo las capas de pintura se depositan a mano, deben ser aplicadas varias de ellas para que muestren el color en toda su profundidad.
Estos vehículos también son pulidos a mano. Después del pulido habitual se pulen con lana de cordero durante 12 horas para alcanzar el acabado espejo, repito, 12 horas solo para el pulido, lo mismo que el montaje de un generalista.
Aplicación de pintura para un Rolls-Royce
Continuamos en la Isla de Gran Bretaña y nos dirigimos al sur, hacia Westhampnett, cerca de Chichester. Vamos a la planta de Goodwood.
Seguimos con las berlinas más clásicas del mercado. De nuevo la originalidad del color cobra muchísima importancia. En este caso la paleta básica sube hasta 44.000 colores. Si empleásemos un segundo para ver cada color para buscar nuestro tono, estaríamos más de 12 horas viendo colores sin parar, una locura.
Si os parecen poco, además de los colores de la paleta también podemos elegir cualquier color que nos imaginemos: el de nuestra equipo favorito, el de nuestro bolso favorito, el pintalabios que más nos gusta o un color nunca visto.
Por si fuera poco, también podemos elegir nuestra berlina a dos tonos. Para ayudarnos a elegir, la marca ha creado una aplicación para iPad para que el cliente (nosotros) podamos experimentar con los colores. Después el equipo de diseñadores de la marca británica nos ayudará a elegir el definitivo.
Volviendo a la planta, el proceso es el ya visto. En este caso la pintura también es manual. La marca nos dice que son necesarias un mínimo de cinco capas de pintura para conseguir el tono deseado. Si la pintura es bicolor son necesarias siete capas de pintura. Para alcanzar el acabado requerido por la marca, nuestro vehículo es pulido después de cada capa de pintura.
Después de la capa de barniz se vuelve a pulir durante cinco horas para alcanzar el ansiado efecto de brillo piano. Aún no hemos terminado con la pintura de estas berlinas. Por si no hubiera sido suficiente la elección de color y si es bitono o no, además tenemos la típica línea horizontal que recorre todo el lateral de nuestro vehículo.
Esta línea puede ser sencilla, doble o con algún motivo concreto y siempre es pintada a mano a pincel. Se necesitan tres horas por cada 5 metros de línea aplicada por el único pintor de automóviles cuyo nombre ha trascendido al público: Mark Court.
Mark calcula que ha pintado más de 2.000 vehículos, tanto en fábrica como fuera de ella. Comenta haber ido a Varsovia (Polonia) para pintar las líneas a dos modelos en revisión cuyos dueños decidieron añadirlas después de haberlos adquirido.
Más exótico fue el viaje de 5.000 km a Dubai para pintar el vehículo de un príncipe. Así que no os preocupéis si no os decidís por aplicar la línea en el momento de la compra, siempre podéis llamar a Mark para que os la pinte en casa, pagándolo y bien.
Aplicación de pintura para un Bugatti Chiron
Cruzamos el Canal de la Mancha en dirección a Francia. Nos movemos muy cerca de Estrasburgo y de la frontera con Alemania, a la ciudad de Molsheim. En esta ciudad se fabrican unos de los deportivos más extremos del mercado. Sabemos que la tecnología de los Bugatti actuales es enteramente Grupo VAG. Es un deportivo de motor central trasero con 8 litros de desplazamiento, 16 cilindros en W y 1.500 CV.
Como en el resto de hiperdeportivos, la estética es muy importante. En este caso, los Bugatti son espectaculares simplemente por sus proporciones, queda poco espacio con el que trabajar al tener el motor tan grande. Además de ser extremos en el grupo propulsor, se ha buscado que los modelos Bugatti sean extremos en el lujo, renovando la máxima de Ettore Bugatti: “nada es demasiado bello ni demasiado caro”.
Si vamos al catálogo básico de colores de un Chiron vemos que tiene 23 colores básicos. Ahora bien, podemos elegir entre ocho variantes de fibra de carbono a la vista. Si nos parece insuficiente en la paleta extendida disponemos de miles de colores a elegir.
Por descontado, disponemos de un servicio de creación de colores para que nuestro hiperdeportivo vaya a juego con lo que se nos pase por la cabeza. Todos estos colores exteriores se pueden combinar con 31 tipos de piel para el interior, ocho colores de tejido Alcantara, 30 tipos de costuras, 18 tipos de moqueta y 11 colores de cinturón de seguridad.
Además de los colores, también podemos elegir cualquier motivo para la costura de los cabezales o la consola central, para que podamos cumplir cualquier deseo de diseño que tengamos. Entremos a la fábrica a ver cómo se pinta una joya de 1.500 CV.
Un mes antes del inicio de la producción en Molsheim la carrocería se monta por primera vez uniendo el monocasco de fibra de carbono, los subchasis delantero y trasero y los paneles exteriores para comprobar que todo encaja perfectamente. Una vez comprobado, se identifican todas las piezas, se desmontan y se llevan a la línea de pintura, que es totalmente manual, como el resto de procesos en Molsheim.
En este caso no hay baños para la carrocería, solo los subchasis son metálicos. Como no van a la vista, se suelen pintar en negro con pintura de protección. Volvamos a la fibra de carbono. En el artículo pasado ya comentamos que actualmente es muy común mostrar la fibra de carbono en los paneles externos, pero eso no quiere decir que estén en crudo. En el caso de un Chiron, los paneles de fibra de carbono que van a la vista necesitan seis capas de tratamiento.
Si los paneles van pintados, se necesitan hasta ocho capas de pintura, dependiendo de si el acabado de la pintura es liso, metálico o con efecto perla. Si os parecían lentos los otros procesos de pintura, el tiempo total de pintura de un Bugatti Chyron es de unas tres semanas. Esto es debido a que todas las piezas son pulidas después de cada capa agregada. Esto es, seis capas de pintura, seis manos de pulido.
Ahora cruzamos los Alpes para ir a Italia.
Aplicación de pintura en Ferrari
Esta vez sí vamos a Maranello, pero no entraremos por la Via Abetone, si no por la Porta Vecchia, puerta original de la fábrica, como cualquier otra persona importante. Previamente habíamos elegido un color para nuestro modelo. Quizás elegimos un rojo de entre Rosso Corsa, Rosso Scuderia, Rosso Mugello, Rosso Dino, Rosso Fiorano, Roso Monza, Roso F1 2007, Rosso Fuoco, Rosso Berlinetta, Rosso 70 Ani o Rosso Portofino.
Hablando del Rosso Corsa, este color tiene el récord de velocidad entre el resto de colores de deportivos, pues viajó a 10.800 km/h impulsado por un cohete Soyuz para salir de la órbita terrestre. Esto es debido a que en el año 2003 se envió la primera sonda europea para explorar a Marte, el planeta rojo.
El proyecto fue denominado “Mars Express” y a bordo de la sonda se envió una esfera de 2 cm de diámetro conteniendo el famoso color de Ferrari. La misión no se completó con éxito, pero nos queda el hito del color de deportivos en el espacio.
Ahora bien, el rojo no es el único color, si bien en los primeros años el 85 % de los vehículos producidos tenían este tono y en la actualidad la cantidad ha bajado al 40 %. Hablemos de más tonos, además de la gama básica, tenemos dos estilos: colores históricos y colores especiales, solo hay que pagar un suplemento de unos 6.000 euros si elegimos alguna de estas gamas.
Si no nos satisfacen estos colores podemos contratar los servicios de “Tailor Made” en los Atelier Ferrari, mediante los cuales configuraremos nuestro deportivo de la manera más personal y única posible. Parece un servicio moderno, pero Ferrari presume de que sus modelos ya se personalizaban desde el principio.
Este servicio lo podemos encargar en una parte reservada de concesionarios selectos o justo en la misma fábrica, el precio ronda de 60.000 a 100.000 euros. Como soñar es gratis en este momento, encargamos nuestro deportivo con una imagen única en la fábrica.
Con la ayuda de un diseñador personal, trazos rápidos en papel y Photoshop en una pantalla gigante, poco a poco vamos diseñando nuestra joya. Además de los colores de la carrocería se puede personalizar el interior, alojamiento del motor, llantas, escapes, calibradores de los frenos, elementos aerodinámicos…
En el pasado artículo dejamos la carrocería de nuestra joya en la sala de metrología de Carrozzeria Scaglietti, hoy la traemos a la línea de pintura de Maranello. La tecnología es la misma que hemos visto: limpieza, imprimación por electroforesis, protección, imprimación y limpieza de motas de polvo con aire y plumas de emú.A la hora de aplicar el color el trabajo se reparte entre robots y técnicos, las superficies más amplias son pintadas por robots y las más complejas son pintadas a mano. Todas las piezas de la carrocería se pintan a la vez para conseguir un tono homogéneo.
Hasta ahora hemos visto procesos para la pintura de carrocerías de metal o de fibra de carbono. Desde 2018 Ferrari utiliza un nuevo barniz bicomponente que permite bajar la temperatura del horno de secado de 140 a 90 ºC, por lo que se puede utilizar el material y la línea del horno tanto para carrocerías metálicas como de fibra de carbono.
Nuestra joya tiene un camino algo diferente. Aunque la hemos pedido en un color muy especial, nos envían una foto de la línea de producción en la que nuestro modelo está pintado de blanco. Este color no es el definitivo, es el lienzo sobre el que se aplicará nuestro color especial. Este color especial será aplicado manualmente, pero fuera de la línea de producción de Ferrari.
El trabajo es más complejo que pintar, pues los automóviles personalizados suelen tener diseños lineales, a veces asimétricos, que lo complican. Después nos envían una sesión de fotos de estudio de nuestra unidad recién pintada. Ahora nos queda una duda para cuando esté acabada, ¿pedimos que nos la lleven a casa o volemos a Italia para recogerla en la fábrica?
Aplicación de pintura en Lamborghini
Sin salir de la provincia de Módena nos desplazamos a Sant’Agata Bolognese, a unos 35 km al noroeste de Maranello. En vez de ir directo, pasamos por Módena, nos tomamos un capuccino en la fábrica de Maserati y nos damos una vuelta por Borgo Panigale, donde está la única fábrica de motocicletas del grupo VAG, Ducati, cuya historia te animamos a conocer.
Salimos por la circunvalación y tomamos la SP255. Antes de la llegada a la población vemos la fábrica a mano derecha. El edificio es fácilmente reconocible porque toda su fachada está construida en cristal oscuro, y por los carteles, claro.
El proceso de pintura de las deportivos de Sant’Agatha es similar a todo lo que hemos visto. También disponemos de 39 colores para elegir, unos cuantos vienen incluidos en el precio base, el resto los medimos en miles de euros.
Los metálicos un par, efecto perlado cuatro y si pedimos pintura con efecto mate nos cuesta unos 14.000 euros más. Parece barato si queremos un color propio, pues son unos 9.000 euros.
Por supuesto Lamborghini dispone de un servicio de personalización denominado Ad Personam, con un amplio abanico de opciones tanto interiores como exteriores. En este servicio podemos decorarlo todo, ahora bien, debéis saber que si queréis que vuestro Aventador SV lleve el vinilo correspondiente nos cuesta un par de miles más.
¿Os han parecido caras estas opciones? ¿Os imagináis ir a por un Ibiza de 15.000 euros y volver con el mismo modelo, mismo chasis y motor pero con 10.000 euros más en opciones? Ahora veremos algo muy parecido.
La pintura en Pagani
Aprovechando que estamos en Sant’Agata vamos al sur, a un polígono industrial a 20 km de distancia en San Cesario Sul Panaro, donde se encuentra la fábrica de Pagani. Nosotros no vamos a la nueva fábrica, cuyo interior está decorado como una plaza de pueblo renacentista, vamos a la vieja, pegada a la casa de Horacio Pagani, para charlar con él.
En primer lugar, no vamos a hablar de dinero con Horacio, pues siempre dice: “si preguntas por el precio, este auto no es para ti”. Después de hablar de las bondades del Huayra y de sus posibilidades de personalización nos ponemos a trabajar.
Ya sabéis que en Pagani todo es fibra de carbono y titanio. Elegimos colores exteriores, interiores, combinación de materiales con fibra de carbono vista a juego con la piel interior y diverso equipamiento interior. A la vuelta, cuando debemos hacer la reserva nos damos cuenta de que el precio “básico” del automóvil es de 1,5 millones de euros y que con las opciones elegidas nos subimos a 2,5 millones. Lo que sugerí con el Ibiza, pero multiplicado por 100.
Estas cantidades no son elegidas al azar ni inventadas, son valores promedio de venta proporcionados por la empresa. Claro que este dinero no solo es para la pintura, en un Pagani se puede modificar hasta las salidas de la ventilación. Todo por la personalización única.
Lamentándolo mucho, abandonamos la Terra dei motori y nos vamos a casa, pero con mucho visto, mucho aprendido y con nuestro superdeportivo encargado
En este artículo hemos visto cómo se pintan los automóviles de serie reducida, que básicamente es la misma técnica que la producción en masa pero con un trabajo más manual, a veces totalmente artesanal.
Utilizamos la pintura para proteger la carrocería, pero se convierte en un elemento estético de primer nivel al ser lo que primero se aprecia cuando se vislumbra un automóvil. En el caso de un fuera de serie la imagen es mucho más importante que en un turismo, por lo que su pintura es otro atributo más.
Aquí tenéis un miniconsejo: si tenéis la suerte de tener un superdeportivo y no os gusta el color u os habéis hartado de él, os aconsejo vinilarlo en vez de pintarlo. Será más barato, podréis cambiar en cualquier momento y no corréis el riesgo de depreciar vuestro automóvil, es más, con el vinilo protegeréis la pintura y mantendréis su valor.
Ahora sí, con nuestra carrocería lista, en el próximo artículo veremos cómo se construye el motor de nuestros sueños.
En espíritu RACER | Cómo se fabrica un automóvil de serie limitada – Vuelve a leer la parte III | Lee la parte V
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J.J. López
Portador del contagioso virus de los coches desde los once años. Ingeniero en informática, programador de robots y visión artificial que lo piensa todo en coches. Amante del arte, técnica y tecnología en movimiento, esto es, apasionado incondicional del automóvil.COMENTARIOS