Durante los tres meses que ha durado la primera fase de la crisis sanitaria por el COVID-19, muchos sectores laborales han tenido que sufrir las consecuencias económicas paralizando sus actividades. El caso del sector de transporte por carretera es especial, pero tampoco es para menos, pues las empresas no solo han tenido que ajustarse a la gestión del Gobierno para garantizar la seguridad, sino que también han tenido que lidiar con cambios en las normas de tráfico y los problemas (algunos inevitables) que se han derivado de ellos.
El 20 de marzo entró en vigor la orden ministerial INT/262/202, por la que “es preciso suspender temporalmente las restricciones a la circulación para el transporte de mercancías establecidas por la Dirección General de Tráfico y por los organismos responsables de las Comunidades Autónomas que tienen asumidas competencias en materia de tráfico.”
La medida fue tomada con el objetivo de que el transporte de bienes y abastecimiento entre ciudades fuera eficaz, apostando por la movilidad y la fluidez. En ella, a través del artículo 1, se aprueba el cierre de carreteras, mientras que con el artículo 3 se suspenden las medidas especiales que habían sido aprobadas en enero, y que atañe a vehículos de transporte general, de mercancía peligrosa, especiales y que superen la masa o las dimensiones máximas permitidas.
La población solo podía movilizarse para adquirir productos de primera necesidad como alimentos y medicamentos, acudir a establecimientos sanitarios, al trabajo, al cuidado de personas dependientes o entidades financieras. Pero cerca de 200.000 camiones españoles han seguido trabajando en toda la Unión Europea, según la patronal FENADISMER (Federación nacional de asociaciones de transporte de España). Esto ha sido especialmente observable en el sector de la alimentación europeo, que se han exportado más frutas y verduras. Dentro de esta cifra se encuentran los miles de vehículos que efectuaron entregas de proximidad o “última milla”.
Las restricciones de enero regulaban la movilización masiva de vehículos durante las fechas previstas para ello y tramos de carretera específicos (pruebas deportivas, marchas ciclistas y transp
orte de mercancías)
Muchos testimonios del sector apuntan a que las condiciones de trabajo han sido pésimas, tanto en la seguridad sanitaria como en los trámites administrativos. A pesar de todo, el grupo industrial IVECO, encargada de la fabricación de muchos de los camiones que se han desplazado estos meses, realizó un vídeo con el que se pretendía dar voz a los conductores que han continuado ejerciendo como profesionales en tiempos de coronavirus, homenajeando su labor.
El sector más afectado
Según un estudio epidemiológico elaborado por el Gobierno, que se hizo a más de 60.000 personas, constataron que el sector profesional más afectado por el COVID-19 era el del transporte. A pesar de eso, muchos transportistas han asegurado que en las plataformas logísticas no les permitían acceder a los aseos o no les proporcionaban protección sanitaria en las cargas y descargas. Además, al tener pocos retornos a sus puntos de origen con cargas, se les han reducido las tarifas que percibían, un gran desajuste económico.
Las administraciones públicas ampliaron el número de horas que podían trabajar y levantaron las restricciones de circulación, pero no aplicaron otras medidas demandadas por el sector, como un plan económico que se adaptase a las circunstancias. En muchas ocasiones también han sufrido el trato de las autoridades competentes que han multado, por ejemplo, al desinfectar y limpiar el vehículo, con una cantidad de 600 euros. El artículo 4.2 del Reglamento General de Circulación prohíbe limpiar o reparar el vehículo en la vía pública por los daños que se pudiera causar; artículo que no se ha revisado en ningún momento desde la llegada del virus.
Toda actividad administrativa fue suspendida con el estado de alarma, y por tanto se caducó el visado de las autorizaciones de transporte de al menos 30.000 empleados. Las autoridades no parecieron tener constancia de ello hasta que la Subdirección de Inspección del Ministerio de Transporte les informó de que la validez se alargaba cuatro meses y que no debían ser sancionados. Sin embargo, las multas por la caducidad ascendieron hasta los 4.000 euros en muchos casos.
El desabastecimiento no fue un problema, pero había cierto riesgo de que lo fuera si las medidas de seguridad sanitaria no fueran las suficientes. Patronales como UNO Logística solicitaron al Ministerio de Sanidad materiales (geles, mascarillas y guantes) para todo el sector de forma urgente
Hasta un 80 % de los conductores, según una encuesta de FENADISMER, estaban descontentos con la consideración que habían tenido las administraciones ante su situación, de la que se esperaba más implicación. El Comité Nacional de Transportes ya presentó al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana un decálogo de reivindicaciones a finales de febrero.
En ella se oponían a la tarificación de infraestructuras y al desvío obligatorio de vehículos por vías de peaje. También demandaron la derogación de la ley de contrato de transporte, junto con una mayor coordinación de los planes de movilidad mediante la creación de áreas de descanso y una armonización fiscal.
En el tráfico
Según una publicación de la DGT en febrero, las víctimas por accidentes de vehículos pesados habrían descendido un 50 % en 10 años. Algunas entidades, como la Asociación de transportistas autónomos (ATA), llevan tiempo denunciando las acusaciones de las autoridades sobre la siniestralidad del transporte pesado sin datos sobre la responsabilidad del accidente.
Antonio Villaverde, presidente de ATA, explicó su postura: “Estos datos son una buena noticia que deja sin argumentos a todos aquellos que imponen restricciones en determinados tramos de carretera a los vehículos pesados basándose en la siniestralidad, algo que últimamente se está dando sin ningún tipo de justificación y desde el desconocimiento absoluto de la realidad”.
Según la DGT, los accesos a las ciudades se han reducido todas las mañanas durante el inicio del estado de alarma (entre las 6:00 y las 10:00) a más del 50 % y los desplazamientos de vehículos pesados se redujeron un 7,6 %. A finales de marzo los números registraban un 87 % de descenso en el acceso a ciudades, siendo el 47,97% de vehículos pesados. Es decir, el tráfico de pesados disminuyó mucho menos que el del resto de vehículos.A principios de abril, se contaban 16 fallecidos en la carretera desde el estado de alarma: siete de ellos conductores de camiones de más de 3.500 kg. Esto es un 76 % menos que en 2019, pero antes de la segunda quincena de marzo la cifra era de un fallecido menos. Es decir, durante el estado de alarma hubo un fallecido más.
El tráfico de vehículos pesados descendió un 42,68 %, y se mantuvo estable hasta el 10 de abril, cuándo tiene su decrecimiento más bajo (81,20 %). Ese mismo día se publicaron los acuerdos internacionales sobre el transporte internacional de mercancías peligrosas por carretera (ADR). Estos atañen a los certificados de conducción, al transporte de desechos médicos, a las inspecciones de cisternas y a los consejeros de seguridad de conformidad.
Los siguientes 10 días mantuvo una recuperación inestable, pasando por el 29,36 % y acabando en el 47,31 %. El 21 de abril tuvo un repunte, volviendo al 29,25 %, y esta vez se mantuvo más o menos estable hasta finalizar abril. En total, un 24,49 % menos que el mes de marzo. En cuanto a la siniestralidad, abril tuvo 28 casos de fallecidos más. Sin embargo, la DGT quiso enfatizar en que, si bien la circulación se había reducido, no lo había hecho en la misma proporción que los accidentes mortales. Los usuarios de camiones han sido los más desfavorecidos en este caso.
Mayo fue el mes de la estabilidad en cotas más altas, pero con caídas pronunciadas hasta en cuatro ocasiones, cada 10 días, aproximadamente. El mes acabó con un 12 % de reducción en el tráfico de vehículos pesados, volviendo a cifras cercanas al comienzo del estado de alarma.
Las expresiones más significativas en honor a los transportistas han sido en localidades como Guardo (Palencia) y Albacete. En ambos lugares se han desfilado camiones durante el aplauso diario.
Desde aquí, nuestro homenaje y reconocimiento a todos aquellos profesionales que trabajaron duro en tiempos de máxima necesidad para que no faltasen los productos básicos en nuestros hogares y para que las empresas siguiesen funcionando en las actividades esenciales.
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Enrique Delgado
Terminando la carrera de audiovisuales y empezando en el mundo del periodismo con el espíritu de aprender sobre motor. Siempre tengo un ojo para lo que ocurre en el mundo y otro en absorber todo el conocimiento que pueda sobre él para escribir literatura, mi hobby personal.COMENTARIOS