Prueba: Lexus ES 300h

Prueba: Lexus ES 300h

Calidad y confort máximos, con consumos de risa


Tiempo de lectura: 13 min.

El Lexus ES 300h es un coche relativamente nuevo, llegó a España en 2019, mientras que en otros mercados va por su séptima generación (lleva 20 años en el mercado). A finales de 2021 recibió algunas mejoras, entre las que destacaban los retrovisores digitales, un sistema que acabaremos viendo en todos los coches tarde o temprano y que, por lo visto, ofrece una visión de lo que ocurre detrás bastante buena, pero que necesita de cierta adaptación por el enfoque con la vista. Algo que, personalmente, no me sorprende después de haber probado algunos modelos con el retrovisor central digital, que resulta incómodo de mirar hasta que te acostumbras a él, precisamente, por el enfoque.

Como se puede adelantar por lo antes mencionado, la unidad que hemos conducido durante algunos días no contaba con los retrovisores digitales, sino los convencionales, pero no es un problema precisamente. Si nos atenemos a las fotos, la solución empleada por la marca para dicho sistema, desde mi punto de vista, no cuadra con una firma que representa el lujo y la calidad al estilo japonés, los nipones son muy detallistas para algunas cosas y el Lexus ES 300h con retrovisores digitales tiene dos pantallas, una en cada pilar A, que parecen un pegote puesto de cualquier manera. Y casi se podría decir que así es, pues se trata de un sistema añadido a posteriori y por ello, las pantallas están colocadas donde buenamente han podido, afeando un poco el interior que, por otro lado, presume de un lujo clásico muy logrado, con una calidad al nivel de los mejores.

Lexus destaca, cada día más, por la calidad, por la suavidad y comodidad de sus coches

Ese lujo clásico volvió a ser un motivo para que aflorara una expresión que no termino de comprender: “coche de señor”. Como ocurrió con el DS 9, nada más ver el coche en casa me soltaron la tan manida frase y nuevamente, me quedé pensando… ¿Por qué “coche de señor”? ¿Por su color? ¿Por su diseño? ¿Todos los coches tienen que tener un diseño agresivo? Es cierto que tiene un diseño muy clásico y el color de la unidad probada también resalta esa sensación de lujo “de toda vida”, pero a mí el coche me gusta bastante. Es cierto que el color no es el mejor, al menos desde mi punto de vista, pero la expresión “coche de señor” lleva connotaciones negativas que no son justas. El Lexus Es 300h es, como se suele decir, un cochazo, pero es un cochazo cómodo, suave y muy bien acabado.

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No es una opción para quien busque un chasis rígido y unas reacciones deportivas, pero es un coche que se disfruta mucho. Durante los días que lo he tenido, cualquier excusa era buena para cogerlo, y eso dice mucho, porque cuando te apetece conducir un coche, es que algo tiene. Y en este caso es, como se ha comentado ya, la suavidad de funcionamiento en todo momento, su calidad de rodadura y la calidad general. No siempre hace falta deportividad para disfrutar al volante, cada coche tiene su personalidad, su “toque”. Cada coche se disfruta de una manera distinta y eso, ojo, que el ES 300h te permite ir bastante rápido en curvas, más de lo que se podría pensar en un primer momento.

La calidad es la nota predominante

El Lexus ES 300h es un coche grande, bastante grande de hecho. Mide casi cinco metros de largo, 4.975 milímetros exactamente, lo que complica las cosas a la hora de aparcar, sobre todo en la calle. Pero claro, si te compras un ES 300h no lo aparcas en la calle, tienes un garaje donde resguardarlo, aunque también me he encontrado con problemas en este sentido, todo sea dicho. No obstante, que sea grande no es un problema, porque dentro, en su habitáculo, se cuenta con mucho espacio para todos. En especial para las plazas traseras, que ha sido la zona del coche que más ha llamado la atención en casa, aunque, si tienes niños pequeños y son unos “enredas”, tendrás entretenimiento..

La importancia a las plazas traseras en el Es 300h es una de las características más destacadas y en el brazo central, incluye mandos para la calefacción, el volumen y la emisora de radio y para la cortinilla de la luneta trasera y la fiera de dos patas que tenemos en casa no dejaba de jugar con el volumen, cambiaba la emisora porque no le gustaba la música y subía y bajaba la cortinilla trasera constantemente. Al menos, los mandos para la calefacción solo afectan a las plazas traseras. Estuve a punto de amordazarle y meterle en el maletero, aunque curiosamente, tiene poca capacidad para lo grande que es el coche: 454 litros. La batería y el espacio para las plazas traseras afectan a este apartado.

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La calidad es la nota predominante en el interior, mires donde mires y toques donde toques. Hay plásticos duros, sí, pero no tienen pinta de baratos ni son desagradables al tacto. Es más, ni siquiera les prestas atención porque todo lo demás está a un nivel muy alto. También ofrece una atmósfera lujosa y relajante, con mucho contraste entre el tono de la madera y el color del habitáculo. Personalmente, me gustan los interiores con aplicaciones de madera y además, me gustan los contrastes fuertes, con un interior negro y madera de tonos claros, justo una combinación que tenía el ES 300h que nos dejó la marca. En casa no gustó, nuevamente apareció la idea de “coche de señor”, más concretamente, usaron la palabra “pijo”, pero bueno, no se puede tener contento a todo el mundo.

Diseño y lujo clásico, pero al más puro estilo nipón

Si lo comparamos con el Lexus NX 350h que probamos hace tiempo, el diseño del interior no es tan moderno, se nota que tiene algunos años y la pantalla, por ejemplo, no destaca tanto como en el SUV. Yo lo prefiero así, además, la pantalla está colocada en una posición que me resultaba cómoda, pero habrá quien busque otra opción por no ser “lo último de lo último”. Hablamos de un coche que milita en un segmento donde los gadgets y la imagen que se ofrece frente a todo aquel que pueda cruzarse contigo, tiene un peso importante en la decisión de compra. Puro postureo, cierto, pero es lo que hay y si quieres vender, tienes que ofrecer lo que quieren los clientes. Lo estamos viendo con los SUV y con los habitáculos llenos de pantallitas.

Al igual que en el Lexus UX 250h, el Es 300h montaba el touch pad para controlar la pantalla sin tener que tocarla, pero sigue sin gustarme ni por funcionamiento ni por tacto. Es un detalle que contrasta con todo lo demás, porque en cuanto a tacto, el ES 300h es una maravilla. La terminación es soberbia, todo está bien ajustado, es sólido y seguramente, muy duradero. Los pedales, por ejemplo, no son blanditos de accionar, algo que personalmente agradezco porque aumenta la sensación de calidad y permite dosificar mucho mejor. La dirección también es ligeramente dura, algo que también aumenta la sensación de calidad.

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Calma y silencio

Sin embargo, lo que más destaca de este coche, como ocurría con el NX 350h, es el silencio de marcha y la suavidad general. Pocas veces encontrarás un coche que sea tan silencioso para todo. Abres el coche, sin usar el mando por supuesto, pero no escuchas nada, solo se encienden los indicadores de dirección. Cierras la puerta y aparece un sonido sordo y apagado realmente agradable. Accionas los elevalunas y aparece un ligero murmullo, muy tenue, mientras el crital baja a gran velocidad pero se ralentiza al llegar al final del recorrido para evitar el típico golpe y evitar, al mismo tiempo, un ruido molesto. Soberbio.

Rodando todo sigue igual, todo es silencio. Inicias la marcha y la inicias sin ruidos, con el motor eléctrico. Pasas por baches y guardias tumbados y más de lo mismo, silencio. Llega un ruido apagado, “plof plof”, procedente de las ruedas, pero no hay crujidos, no hay ruidos molestos. El sonido de rodadura de los neumáticos es inexistente y tan solo se aprecian ruidos aerodinámicos, aunque si hay un momento en el que los ruidos molestan un poco. Cuando el motor de combustión se pone en marcha, llega como un rumor al habitáculo que no resulta excesivo, pero después de tanta calma, molesta. Es curioso, porque acabas circulando de forma que el motor de combustión funcione lo justo, para que su sonido te llegue al habitáculo. Eso, al mismo tiempo, hace que conduzcas con mucha suavidad, para aprovechar el motor de combustión a bajas revoluciones y la calma no termine nunca. Es una forma muy particular de disfrutar de un automóvil que yo, desde aquí, desde un medio que busca siempre la pasión, te recomiendo que pruebes.

Una de las cosas que me gustó especialmente del Lexus ES 300h, es cómo funcionan las suspensiones. Ofrecen una suavidad máxima, buscan en todo momento aislar al pasaje de todo lo que ocurre entre las ruedas y el suelo, es casi obsesivo, como se tiene la sensación de ir flotando. No puede eliminar todas las imperfecciones y siempre llegan movimientos y pequeños golpes al interior, pero por lo general, la suavidad es total y el confort es altísimo. Es más, incluso en casa se dieron cuenta que este coche es un tragamillas, incluso el niño, que me dijo un día: “esto es un coche para viajar, pide uno para irnos a Jávea”. Vivimos en Madrid y solemos pasar unos días en Jávea, lo que suponen cinco horas de carretera y no me cabe duda que con el Lexus Es 300h serían un mero trámite.

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Los consumos son muy bajos para el tamaño del coche, sea cual sea la situación y la conducción

Un trámite y además, no sería caro, porque el consumo es ridículo para su tamaño. El Lexus ES 300h monta el mismo grupo motor del Toyota Camry, un híbrido compuesto por un motor de combustión, gasolina, de cuatro cilindros y 2.487 centímetros cúbicos que rinde 131 kW (178 CV), asistido por un eléctrico de 88 kW (120 CV) . En conjunto, son 160 kW (218 CV), que mueven con soltura el conjunto aunque no resulta sorprendente ni especialmente rápido. El 0 a 100 km/h lo completa en 8,9 segundos y la velocidad máxima se cifra en 180 km/h, pero es más que suficiente para las aspiraciones del coche, que no busca ni un ápice de deportividad, pero que logra unos consumos de risa. Lexus homologa poco más de 5 litros cada 100 kilómetros y aunque yo no llegué a ver esa cifra, los 6,3 litros que marcaba el ordenador me parecen más que buenos. Si conduces de forma normal, sin aprovechar el motor eléctrico en algunas ocasiones, lo normal es que sean unos 7 litros de consumo, que me siguen pareciendo buenos. Además, para su tamaño y siendo híbrido, no pesa mucho, 1.680 kilos y tiene una aerodinámica muy cuidada, con un Cx de 0,26.

No es coche para curvas

Todo ese confort, toda esa calma y tranquilidad, toda esa suavidad tienen su lado negativo, que aparece cuando se afrontan curvas a buen ritmo. No puedo evitar probar todos los coches en carreteras de curvas, pues los pruebo como si fuera mi propio coche, los uso para todo y yo, personalmente, quiero un coche que tenga un buen comportamiento en curva porque me gusta salir “a jugar”. Mucha gente se piensa que solo los motores salen los fines de semana a conducir sus motos, pero somos muchos los automovilistas (también me considero amante de las motos, aunque por desgracia para mí, ni moto ni carnet tengo) que salimos con nuestro coche precisamente a lo mismo, a conducir por conducir, por simple vicio.

Con el Lexus ES 300h he disfrutado mucho, es un coche que, como he dicho antes, apetece conducir, pero no es un coche para curvas. Y no es que sea un coche lento, puedes ir muy rápido, más de lo que parece, pero no se encuentra cómodo atacando virajes ni con el modo Sport activado. La suspensión está diseñada para mimar a los pasajeros, para ofrecer mucha comodidad y en curvas a ritmo rápido, hacen que sea un coche torpe y lento de reacciones. También dejan la carrocería relativamente suelta, permitiendo grandes movimientos tanto en longitudinal como lateralmente. Son movimientos pausados, como a cámara lenta y por tanto, super sencillos de controlar y de prever, pero no te dejan llevar un ritmo alto porque en seguida te ves obligado a aflojar para que el coche no pierda la compostura.

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Se puede disfrutar en carretera de curvas de otra forma, exactamente igual que en otras situaciones, es decir, explotando su suavidad y su silencio, afrontando las curvas a un ritmo más comedido y buscando negociar el viraje con suavidad y al mismo tiempo, con velocidad. Si lo haces bien, lo que implica movimientos de volante calmados y actuar sobre los pedales con suavidad y antelación, verás como todos los coches que llevas detrás te van quedando rezagados poco a poco, aunque si te encuentras con otro amante de las curvas con un coche más adecuado para conducción deportiva, déjale pasar porque no podrás mantener su ritmo ni aunque te lo propongas. Además, los asientos tampoco te darán la sujeción que necesitas en esos momentos y no tendrás la soltura y ni la sensación de control que se necesita.

No es un coche para curvear, es un coche para carreteras amplias y virajes abiertos donde disfrutarás enormemente

En definitiva, el Lexus ES 300h me ha parecido un gran coche, yo lo compraría en otro color más oscuro, negro o gris grafito y con el acabado F SPORT, por poner unos ejemplos, pero obviando eso, no creo que sea, ni de lejos, un coche de señor como dicen por casa. Es un coche para quien busca comodidad al máximo, calidad y consumos muy ajustados, con un diseño tradicional pero con cierta garra. Es un coche caro, el más barato de la gama parte de los 51.300 euros y el más caro, con el acabado Luxury, son 77.600 euros, pero tendrás un coche diferente, lejos de los típicos BMW o Mercedes, fiable (Lexus es una de las marcas más fiables del mundo) y con una calidad muy elevada. Tendría que probar el acabado F SPORT para saber si me lo compraría, pero aun así, me parece, como he dicho, un gran coche.

Galería de fotos

Lexus ES 300h Luxury

77600 euros
Lexus ES 300h Luxury
6.9

Comportamiento en carretera

7.0/10

Comportamiento en ciudad

8.0/10

Confort

9.0/10

Consumo

9.0/10

Habitabilidad

8.5/10

Infoentretenimiento

6.0/10

Prestaciones

6.0/10

Relación valor/precio

7.0/10

Seguridad

8.0/10

espíritu RACER

0.5/10

A favor

  • Calidad general
  • Consumos
  • Suavidad y confort de marcha

En contra

  • Prestaciones algo justas
  • Lento de reacciones en curva
  • Sonido del motor
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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.

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