Noviembre de 2024. Volkswagen Classic y el museo de Autostadt deciden sacar por un rato algunos de sus íconos de competición. El propósito es celebrar los 50 años del Volkswagen Golf y del Volkswagen Scirocco, y no hay mejor escenario y evento que la carrera de montaña de coches históricos en Baviera, la International Edelweiß-Bergpreis Rossfeld Berchtesgaden.
Volkswagen y el rallye, el hilo conductor para reunir vehículos con pasado en la actividad. Hay dos Golf GTI con pasado en los años 80. Como representante del Grupo 4, en azul y amarillo, el Volkswagen Golf GTI “Pierburg”, el primer Golf que vio competencia. No menos especial es el número 7 blanco, el “World Champion”, el laureado paralelo del Grupo A de 1986, campeonato contemplado por el World Rally Championship por fuera de la temporada.
Con sus 200 km/h, el Oettinger 72 participa por cortesía de Autostadt. Es el Volkswagen Scirocco Grupo 2, un pionero en el automovilismo de la marca alemana. Pero hay otro que ofrece la colección de la casa garante de la historia de Volkswagen y es el Rally Beetle 1302 de 1970. Junto al Baja Bug, uno de los Beetle de carreras más notables.
El Rally Beetle 1302 1971: Vigencia en cuerpo y espíritu
Entonces, a través de un vídeo de Get your classic, paso a recordar de lleno un Rally Beetle que se las ingenia para construir lazos. Resbaladizo pero firme, el camino entre los bosques de Berlín invita a jugar y a que lo tracen. El Rally Beetle, como exclamando que no se olviden de su existencia, responde al llamado y juega con el peso de su 1.6 trasero de 120 caballos al doblar, pero también lo hace sonar.
Es el verde de 1971 que en sus marcas se cuentan las vivencias de sus participaciones unos 50 años atrás. El verde es el original y esas marcas se expresan, por ejemplo, en las calcomanías de competición de sus días de acción. Se ve entero en cuerpo y espíritu, mantenido y vivo. Parece llevar consigo el secreto de la juventud eterna.
Escuchen y vean sus coletazos. No parece haber perdido la esencia, tampoco los cimientos, porque además de su color y su motor, conserva chasis y la carrocería toda. ¿A qué me refiero cuando es un coche que construye lazos? Quienes conocen a este coche en particular, sabrán de qué nombre hablo.
Un amigo fiel y ganador
Este Rally Beetle 1302 1971 perteneció a un piloto con talento demostrado en reductos que no son para cualquiera. Leo Kinnunen fue el primer finlandés en correr en la Fórmula 1. Fue en la temporada 1974 y, aunque su paso haya sido sin pena ni gloria –su única participación fue en el Gran Premio de Suecia y debió retirarse en la octava vuelta por fallas en el motor–, nadie le quita que haya sido el primero de una nación que nos ha dado a leyendas como Räikkönen.
Pero para llegar a la máxima categoría, antes su experiencia la forjó en la Targa Florio, donde estableció en 1970 el récord de velocidad, firmando una media de 128,6 km/h en los 33 minutos que le llevó la vuelta. Al año siguiente entró en acción nuestro amigo de tracción trasera. Fue en el exótico Rally Northern Lights y fue con victoria. Kinnunen no lo dudó: lo compró y siguió corriendo con él. Pequeñas historias, no tan trascendidos episodios que merecen ser contados.
Mauro Blanco
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