La renovación del Audi Q5 Sportback puede ser vital para competir con el Mercedes-Benz GLC en España

La renovación del Audi Q5 Sportback puede ser vital para competir con el Mercedes-Benz GLC en España

Apreciaciones sobre la actualidad y lo que viene en la rivalidad de mercado entre estos dos SUV coupé y un tercero, el de BMW


Tiempo de lectura: 4 min.

Lejos está de representar una amenaza para el Mercedes-Benz GLC, que, a la espera de lo que nos arroje el reporte mensual de noviembre, en España viene acumulando 8.345 entregas en lo que llevamos del 2024. El de la estrella se posiciona como el 34° coche más elegido en el país, muy por encima del que está ingresando a su segunda generación. De Ingolstadt a sus mercados y, para el desempeño del modelo en las concesionarias españolas, la renovación de la versión fastback puede ser vital. De momento, con 3.409 ventas y ocupando el 72° lugar del ranking, no parece haber competencia a la vista que pueda proponer el Q5 con su rival alemán. ¿O sí?

Con el rediseño a estrenarse con este modelo 2025, el Q5 Sportback apuesta a un cliente que priorice algo más de deportividad por sobre la clase y la presencia del GLC Coupé –a menos que distorsionemos la comparativa, para lo cual no haría falta más que el simple acto de invocar al GLC Coupé de AMG, cuyos 680 caballos, como si fuera poco, no tienen oposición–, y se pone al día con el diseño frontal. Los de Stuttgart se habían anticipado con el patrón de múltiples estrellas que identifica a su gama actual. Por dentro, golpea fuerte. Su evolución es radical tanto en apariencia como en prestaciones digitales.

El conjunto tecnológico del habitáculo del Mercedes no necesita presentación. La pantalla central es un sello de la casa. El esquema digital de Audi, de momento, promete. La balanza estaba demasiado inclinada a favor del sistema MBUX y un abismo lo separaba del equipamiento del Q5 Sportback, que ya estaba quedando viejo. Mucho contraste con el nuevo cuadro de instrumentos del modelo 2025, una panorámica en curva a la cual se suma una pantalla para el acompañante, orientada hacia el acompañante, que es el que tiene a merced las acciones de navegación, ahora con inteligencia artificial y ChatGPT. Era una obligación en los tiempos que corren, para competir con el GLC.

Audi Q5 Sportback

Un conductor de BMW entenderá que lo más importante no pasa por cuán ostensibles y avanzadas sean las pantallas.

¿Su único rival alemán? Claro que no. El BMW X4, la versión coupé del SUV X3, merece, ante todo, respeto, a pesar de estar en desventaja por no ofrecer versiones híbridas enchufables, versiones que sí empezará a vender el Q5 Sportback a corto plazo y que el GLC Coupé ya comercializa con tres opciones de motores. Así y todo, el modelo bávaro acumula 1.800 nuevas matriculaciones en lo que va del 2024, de manera que la disputa con el de Audi por acabar el año como el más popular de España entre los dos –en el sentido cuantitativo de la palabra– es cosa no juzgada, pues las cifras del primer párrafo, les recuerdo, contemplan tanto los coupé como los no coupés, lo que significa que, sumando al debate al X3, las ventas de BMW entre sus dos SUV se traducen en casi 4.800 unidades, por lo cual son los Audi Q5 los menos pretendidos de este segmento D.

El BMW X4, además de ser el más potente –con 360 CV contra los 204 de los GLC Coupé y Q5 Sportback–, puede encontrar en los nuevos atributos tecnológicos del Audi una ventaja inesperada, aunque esto es a título personal. No apuntaría a un interior con la invasiva digitalización de la segunda generación entrante, me resulta demasiado. En este apartado, la propuesta del X4 es la más sobria de las tres, y un conductor que toda la vida ha manejado BMW y que sigue manejando BMW entenderá que lo más importante no pasa por cuán ostensibles y avanzadas sean las pantallas. Ambos son SUV coupé, pero una cosa es compartir segmento y otra el cliente específico.

Tres alemanes de alta gama con precios de entrada de entre 61 y 62 mil euros. Una competencia de mercado que hoy por hoy es dominada por el coupé del GLC, que ahora espera por el impacto del nuevo Sportback y en la que el X4 no necesita mucho más que tradición y la respuesta de su cuatro cilindros biturbo.

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Mauro Blanco

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