El idilio de los estadounidenses con las pickup no es nuevo, y tampoco lo son las camionetas de alto rendimiento. Si bien, hoy día, las versiones deportivas de estos populares vehículos se enfocan más hacia el comportamiento off-road durante los años 90 y principios de los 2000, aparecieron en el mercado algunos modelos con elevadas prestaciones que igual podían hacerle frente a algún que otro deportivo, que ir a por madera para construir un granero…y todo en el mismo día.
Como ejemplo de Muscle Truck primigenios, tenemos el GMC Syclone de 1992, con su motor V6 turbo de 280 CV; o el Chevrolet C1500 454 SS, con su V8 Big-block y 230 CV. No son cifras exorbitantes, pero hay que entender que estos modelos son de principios de los 90, época en la que los fabricantes estadounidenses estaban comenzando a recuperar parte de las prestaciones que se perdieron con las normativas anti-contaminación extremadamente estrictas impuestas en los 70 y 80.
Avanzamos un poco en el tiempo y llegamos a los “cocos” de los Muscle Trucks, tanto por prestaciones, como por el aura que los envuelve, que les ha llevado a tener un puesto de honor en la mente de todos los quemados de la gasolina. Hablo del Ford SVT F-150 Lightning y de la Dodge Ram SRT-10: unos auténticos monstruos capaces de dejarse los neumáticos impregnados en el asfalto en un abrir y cerrar de ojos, al tiempo que desaparecen en una vorágine de ruido, olor a gasolina y goma quemada.
Si vamos en orden cronológico, comenzaríamos hablando de la Ford F-150. La primera vez que se usó el apelativo Lightning (relámpago) en una camioneta del óvalo fue en 1993, tras pasar por el equipo de vehículos especiales de Ford (SVT). Con un V8 de 5.8 litros y una preparación algo tímida, rendía una potencia de 240 CV. No obstante, la que se ganó por derecho propio el mote de relámpago fue la segunda iteración de la F-150, preparada por la división de alto rendimiento de Ford. Apareció en 1999 y, en este caso, estaba motorizada por un V8 sobrealimentado de 5.4 litros que, con una potencia máxima de 380 CV y un par motor de más de 600 Nm; ya era algo más serio. Esta generación estuvo en el mercado desde el 99 hasta el 2004, periodo en el que se vendieron algo más de 28.000 unidades.
Ford ha decidido rescatar el nombre de Lightning para su nueva F-150 eléctrica, que, teniendo en cuenta el tipo de motor que la impulsa, el apelativo le viene como anillo al dedo
Vale, es cierto que a día de hoy 380 caballos no llaman mucho la atención, pero para eso tenemos la segunda de las camionetas que abrazaron por completo la locura de principios de los 2000: la Dodge RAM SRT-10, que tomó prestado el motor V10 de 8.3 litros del Dodge Viper. Semejante planta motriz impulsaba a esta mole de más de 2.400 kilogramos hasta los 100 kilómetros por hora en algo menos de 5 segundos. Algo comprensible cuando se disponen de 500 CV y 712 Nm de par motor, ideales para levantar el asfalto si usas neumáticos con demasiado agarre.
Pese a la notable diferencia de potencia entre ambas camionetas, la Ford SVT F-150 Lightning alcanzaba los cien kilómetros por hora desde parado en 5.2 segundos, y es que, la F-150, con sus 2.200 kilogramos era claramente más ligera que la Dodge RAM que, por otra parte, podía adquirirse con cambio manual de cinco relaciones a diferencia de la F-150, que solo estaba disponible con una caja automática de cuatro marchas
¿Y qué pasa con la practicidad? Al fin y al cabo son pick-up que, con chasis de largueros, eje rígido trasero y un peso elevado, son vehículos que no están precisamente destinados a ser efectivos en pista, sino más bien a hacer labores de trabajo (al menos, hace 20 años). En el caso de la RAM SRT-10, aún podía ser algo práctica, puesto que se podía adquirir en versión con cabina doble, mientras que la Ford solo estaba en versión de cabina simple y dos asientos. Aunque si mencionamos el consumo de combustible, la SRT-10 se lleva la palma, con un consumo medio cercano a los 30 litros por cada cien kilómetros, cortesía de su gigantesco V10.
Ambas camionetas son muy diferentes en muchos aspectos y realmente nunca fueron rivales directos. De hecho, solo compartieron mercado durante el año 2004, último ejercicio de la SVT y primero de la SRT-10, que duró hasta el 2006, llegando a vender poco más de 10.000 unidades.
Hace ya mucho tiempo que se dejaron de comercializar, pero, de vez en cuando, emergen unidades en buenas condiciones dispuestas a hacer las delicias de alguien que sepa apreciarlas. El pasado martes se vendieron dos ejemplares de cada una de estas camionetas con algunas mejoras de suspensión y escape en el portal de subastas “Bring A Trailer”. En el caso de la SVT, la puja ganadora fue de 26.500 dólares, por 21.000, de la RAM. Quienes ganaron la puja se llevaron dos de las mejores Muscle Trucks estadounidenses que se han fabricado. Eso sí, espero que tengan algún tipo de tarifa plana con su gasolinera local…la necesitarán.
Francisco Jiménez
Ingeniero mecánico adicto a todo lo que queme gasolina… y por qué no decirlo, también de lo eléctrico. Mi meta es no dejar nunca de aprender la técnica que rodea a la automoción y si ya puedo transmitir lo poco que sepa, tanto mejor. Sí, soy de esos que no recuerdan muy bien los nombres de las personas pero jamás olvidan qué coche tienen.COMENTARIOS