El Dodge Viper R/T 10 es, posiblemente, uno de los coches más bestias, pero al mismo tiempo más rudimentarios, de cuantos se han fabricado durante los últimos 30 años. Y cuando decimos rudimentario, queremos decir ausente de complicaciones, técnicamente muy básico; no hay complejos sistemas de admisión o escape variables, no hay controles electrónicos, no hay culatas multiválvulas –solo tiene dos válvulas por cilindro–, así como tampoco tiene emocionadísimos esquemas de suspensión.

Sin embargo, el Viper tiene algo. Quizá sea un aspecto rotundo, claramente amenazador. También cabe la posibilidad que sea su propia denominación: Viper, víbora, un tipo de serpiente que es mejor no tener cerca. El hecho de tener un motor V10 de ocho litros también ayuda a que desprenda un aura especial.

El Viper, que en España se vendió en primera instancia dentro de la gama Chrysler, se puso en circulación en 1991, hace más de 30 años, detalle que permite matricularlo como histórico en España. Entonces era una auténtica bestia, un coche que nació con la intención de crear un icono yankee como lo fue el Shelby Cobra –por eso se escogió una serpiente para darle nombre–, que con el paso del tiempo no ha perdido ni un ápice de su carácter.

Por lo general, la primera generación del Dodge Viper, el RT/10, siempre se ha dejado ver en color rojo –la marca lo llamaba Viper Red–, un tono que no le queda nada mal, pero que resulta un poco aburrido, es un color que se ve demasiado en toda clase de coches deportivos, ¿vedad? También es relativamente común ver unidades de color negro, que tampoco le queda nada mal pero que suele “matar” muchos detalles de la carrocería.

Lo que no verás muy a menudo es un Dodge Viper R/T 10 de color amarillo, como la unidad de 1994 aparecida a la venta en Internet. Ese año se fabricaron un total de 3.083 ejemplares del Viper RT/10, y solo 83 se pintaron de color “Dandelion yellow” –amarillo diente de león–. Esto lo convierte en un viper poco común, que además, tiene muy poco kilometraje –menos de 20.000 kilómetros– y se le ha puesto un precio de solo 44.900 dólares, poco más de 43.000 euros.

Por el precio de un SUV compacto híbrido, tienes nada menos que un Viper de 1994 con el que, no cabe duda, vas a disfrutar mucho más. El problema, si es que realmente es un problema, radica en lo delicado de conducir que resulta la primera generación del Dodge Viper. Son 400 CV y 630 Nm de par sin ningún tipo de ayuda electrónica, ni siquiera ABS. No todo el mundo está preparado para controlar algo así… También está la cuestión del consumo, pero eso es algo con lo que todo propietario de un Viper ya cuenta, ¿no?

Otro detalle a tener en cuenta es que trata de un primera generación, sí, pero de los últimos, de los que ya puede equipar aire acondicionado. El anuncio no menciona nada sobre ello, pero el botoncito con el icono de nieve está ahí. Es posible que algunos vean el aire acondicionado como un equipamiento superfluo, pero eso significa que les falta información. El motor del Viper desprende muchísimo calor –la zona de los pedales puede ser un verdadero horno– y la transmisión, que pasa entre los asientos, también calienta el habitáculo notablemente. El aire acondicionado es casi obligatorio.