Una región eclipsada por esos 20 monoplazas dando vueltas a altas temperaturas. El Gran Premio de Qatar convierte a la ciudad de Lusail en el epicentro temporal del automovilismo, de manera tal que toca hacer un poco de justicia, porque a no muchos kilómetros de distancia, en los Emiratos Árabes, otro evento también promete convocatoria, aunque no una popular como la que genera la Fórmula 1.
Por segunda vez en el año, los subastadores seriales de RM Sotheby’s llevan su martillo a Dubái y, en asociación con la 1000 Miglia Experience UAE, celebran la llegada de diciembre con un encuentro en el Emirates Golf Club, que es precisamente el punto de largada de la carrera exhibicionista a realizarse en simultáneo. Deportivos, superdeportivos e hiperdeportivos para saciar la sed de la ostentación, la de los coleccionistas árabes, aunque también se anuncian coches como el Tesla Cybertruck. Paso, gracias.
En uno de los lotes que esperan cambiar de cochera quiero detenerme. En una de las creaciones más preciosas –pienso también en el sedán XJ de mediados de los noventa– que le ha nacido a Jaguar, y me refiero estrictamente a su diseño exterior, sin atender a la fama obtenida en su época, pues es uno de los que supo tener en sus manos el título de coche de homologado para la calle más rápido del mundo, con su récord de velocidad comprobado de 350 km/h. Después del Porsche 959 y del Ferrari F40, después del Lamborghini Diablo y justo antes del McLaren F1.
Técnicamente, el motor con que se desarrolló el Jaguar XJ220 fue el V6 3.5 biturbo y sus 542 caballos que lo llevaron a hacer historia registrando 349,4 km/h durante aquella jornada de 1992 en el circuito italiano de Nardò, de la mano del piloto británico Martin Brundle, quien había sido el campeón de los prototipos con Jaguar en 1988 y al momento del récord corría para Benetton en Fórmula 1. Ahora bien, el motor simbólico, la inspiración en la época de probablemente la mejor camada de los más veloces, fue el Jaguar XJR-9, mítico ganador de las 24 Horas de Le Mans en aquel glorioso ’88.
De aquella victoria arrebatada a Porsche, el nuevo superdeportivo de la marca no podía no estar a la altura de los acontecimientos y la estrategia comenzó con la colaboración entre el fabricante y el equipo de la gesta de Le Mans, que también obtuvo el título por equipo en aquella mencionada temporada: Tom Walkinshaw Racing. El resultado fue entonces el XJ220, una edición de producción limitada a 281 unidades, y una de ellas, modelo 1993, es la que se ha loteado para su inminente subasta en Dubái.
Un ejemplar conocido por Sotheby’s, debido a que la casa ya lo había subastado en una ocasión anterior. En 2008, para ser exacto. Su acabado, interesante atractivo. Tanto por fuera como por dentro, este Jaguar luce las especificaciones de fábrica: el tono de carrocería Spa Silver y el tapizado de cuero Smoke Gray. La reseña oficial no lo describe en detalle, pero cuenta que los escapes y los frenos no son los originales, sino unos agregados luego de la venta al primer propietario –para lo cual este XJ220 debió esperar cuatro años desde su salida de la línea de ensamblaje– para aumentar la deportividad.
Mauro Blanco
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