Rolls-Royce vendió en 2019 exactamente 5.152 de sus coches de lujo, el número más alto en sus 116 años de historia. Y todos ellos han ido a parar a clientes en más de 50 países de todo el mundo, con un aumento del 25 % con respecto al máximo anterior en 2018. Con razón Torsten Müller-Otvös, el director ejecutivo de la marca, ha manifestado estar “muy sonriente y feliz” al anunciar un “año extraordinario”.
Rolls-Royce Motor Cars, como la compañía es oficialmente conocida por distinguirlo de la división de motores a reacción Rolls-Royce (aunque pertenece a BMW), dijo que las ventas fueron más fuertes en Estados Unidos. Alrededor de un tercio de sus vehículos fueron entregados a clientes en América del Norte, seguidos de China, que representaron aproximadamente una cuarta parte. Los países individuales más destacados incluyeron Rusia, Singapur, Japón, Australia, Catar y Corea.
Müller-Otvös explicó que las ventas aumentaron, principalmente, por la demanda del Rolls-Royce Cullinan, su SUV de tres toneladas. Llamado así por el diamante más grande jamás hallado del que se tenga constancia, cuesta 290.000 euros y se lanzó en mayo de 2018. “La demanda mundial el año pasado de nuestro SUV Cullinan ha impulsado este éxito y se espera que se estabilice en 2020”, dijo Müller-Otvös. Y parece que el cupo de ventas de 2020 ya ha sido adjudicado.
Desde que Rolls-Royce fuese comprada por BMW en 1998, no ha hecho más que incrementar sus ventas año tras año, especialmente tras la llegada del Cullinan en 2018
“Es un testimonio contundente de la calidad e integridad de nuestros productos, la fe y la pasión de nuestros clientes y, sobre todo, la habilidad, la dedicación y la determinación de nuestro equipo excepcional en Goodwood y en todo el mundo y nuestra red mundial dedicada de concesionarios”. Y eso que la marca no solo se dedica a vender coches. “No estamos realmente en el negocio de automóviles, estamos en el negocio de los artículos de lujo”, dijo a la BBC.
Müller-Otvös manifestó que la cantidad de vehículos diseñados según las especificaciones de los compradores alcanzó un nuevo máximo en 2019. “Todos nuestros clientes tienen varios coches en sus garajes. Es más la búsqueda de algo que sea muy especial. Somos famosos por la personalización, por lo que, básicamente, puedes personalizar un Rolls-Royce para construir tu propia obra maestra, y creo que eso ha atraído a muchos clientes en todo el mundo”.
Por su propio lado, el Phantom conserva el lugar que le corresponde como buque insignia de la compañía, mientras que el Dawn y el Wraith continúan dominando en sus respectivos segmentos. Sin embargo, 2019 también marcó el final de la producción de Ghost después de 11 años, siendo el modelo de la casa más vendido en toda su historia. Su sucesor, mejor en todos los aspectos, se lanzará a mediados de 2020 tras haber estado más de cinco años en desarrollo.
Los fuertes números de la marca de superlujo propiedad de BMW contrastan con un período en el que la industria automotriz del globo entero todavía está lidiando con varios desafíos. Y todo ello en medio de una desaceleración económica más amplia que está obligando a los fabricantes a renovarse o morir. Las economías de escala mandan, y es algo que podemos ver en cómo las marcas buscan asociarse con otras como nunca lo habían hecho. Pero el mercado de Rolls-Royce es una burbuja aparte.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS