Entiendo que estemos atravesando una era de diseño, una moda. Como décadas atrás fueron de una manera específica, hoy son así. Pero hay casos en los que se ha perdido todo rasgo de singularidad. El caso del Nissan Micra es especial, porque, por un lado, alguna vez recibió el concepto de diseño de carrito de helado que hoy se impone –pienso puntualmente en la segunda generación, la de los años noventa–, pero no se puede negar que esta nueva generación, la sexta, cuesta descubrir diferencias con el resto de los urbanos a los que les compite.
El nuevo Nissan Micra llega como el reflejo de un Renault 5 E-Tech que se mira al espejo y recibe de regreso una mirada japonesa. Y no, no tiene por qué ser excusa, en el contexto de una colaboración con un cuarto de siglo de antigüedad, que compartan plataforma, la AmpR, pero así está la cosa. De lleno en su renovación, lo primero a destacar es su conversión en modelo todo eléctrico. Urbano y del segmento B como toda la vida, con sus 3,99 metros de longitud –ni un centímetro más, ni un centímetro menos que la quinta generación–, pero ahora con baterías y motores eléctricos.
La exactitud replicada al sistema de propulsión. El nuevo Micra se nos presenta con las dos mismas capacidades de batería posibles del pequeño francés: la de 40 kWh, que ofrece hasta 122 caballos, y la de 52 kWh, que envía a las ruedas delanteras una máxima de 150 CV. Las pruebas reales determinarán qué tan cerca están de las autonomías que anuncia, de 319 y 419 kilómetros, respectivamente. Lo mismo en cuanto a las paradas de carga rápida y los picos de potencia que se experimenten, para confirmar que efectivamente las baterías logran recuperar del 15 al 80 por ciento de sus capacidades en media hora.
Sobre su eficiencia, hay que reconocer que va más allá de cuántos kilómetros es capaz de acumular con una sola carga y de funciones claves como el e-pedal para el frenado regenerativo –el uso de un solo pedal para acelerar al pisar y desacelerar y frenar al levantar el pie–, porque en su tecnología encontramos un sistema de carga bidireccional. Al contar con el denominado Vehicle-to-Load (V2L), el Nissan Micra 2026 puede usar la energía almacenada para alimentar dispositivos externos.

El nuevo Nissan Micra tiene precios confirmados
De las puertas para afuera destacamos la variedad de llantas, todas de 18 pulgadas, pero ofreciendo hasta tres acabados. También sus faros LED con animación y su total de 14 combinaciones de pintura exterior, de las que se puede obtener un Micra con tonalidad absoluta que incluya al techo o bien un bi-tono con techo negro o gris. Lo que nos lleva a sostener que, si quisiéramos encontrar algún rasgo japonés –reconozco que algo de estilo asiático se ve en el diseño de las luces exteriores–, deberíamos pasar al habitáculo.
En la cabina, me interesa todo ese equipamiento digital de la consola orientado al conductor y el impacto agradable de la iluminación ambiental producto de su acertada distribución. Sobre el compartimento que separa a los asientos delanteros, la silueta del Monte Fuji ha sido grabada en relieve como un toque de distinción. En tiempos de colaboración con Renault, un detalle en su interior para honrar las raíces que sabe a poco, pero detalle al fin.
Ahora que conocemos sus precios, digamos que con unos 20.000 euros te puedes llevar un urbano competidor. Cuando todos los intérpretes del segmento que están a las puertas estén en actividad –falta el de Volkswagen, por ejemplo–, pondremos en la balanza para comparar precio y calidad. Mientras tanto, el Micra se anuncia como una propuesta sólida y apetecible, con precio de entrada es capaz de descender hasta los 18,450 euros en su versión Acenta con batería de 40 kWh, gracias a los descuentos por financiación e incentivos estatales. De la misma manera, al acabado N-Connecta lo encuentras hoy desde los 20.550 euros. Eso sí, hasta diciembre del 2025 no lo veremos en las calles.
Mauro Blanco
Veo arte en los coches y en sus diseños una potencia que va más allá de las cifras. Ex conductor de Renault 12 rojo modelo 1995 de épicos e imprevisibles episodios, al que recuerdo por la hostilidad de su volante, pero, sobre todo, por nunca haberme dejado en el camino.COMENTARIOS