La cultura automovilística de los británicos es diferente a la de cualquier otro país. Es una de las grandes del planeta, no necesariamente en número de unidades producidas, pero siempre ha tenido gran impacto e influencia en la industria de la automoción. Marcas como Bentley, Aston Martin, Jaguar, Austin o modelos como el modesto Mini han dejado una huella duradera en generaciones de personas y aún lo siguen haciendo a día de hoy. Los británicos también se han labrado una buena reputación en la construcción de vehículos de carreras con soluciones de ingeniería siempre audaces e innovadoras.
Uno de los ejemplos de ese uso de la ingeniería es el vehículo que os traemos, el Pembleton T24, un coche de estilo retro construido a mano por una pequeña compañía fundada por Phil Gregory, excampeón británico de una curiosa especialidad de motociclismo, el ascenso de montaña, realmente vistosa y espectacular. Las reglas son sencillas, se elige una colina con una carretera llena de curvas, se coloca la salida en la parte baja y la llegada en la cima. El que más deprisa suba es el ganador. Aquí, en nuestro país, aunque no tan conocidas, tenemos algunas pruebas similares con automóviles.
Según cuenta la compañía en su página web, en abril de 1999, Gregory estaba planificando una escapada en moto por Irlanda. Para su ruta necesitaba usar el transbordador que une la ciudad irlandesa de Dún Laoghaire con la ciudad galesa de Holyhead y mientras veía los horarios y los precios del viaje se dio cuenta de que las motocicletas y triciclos estaban exentos de pago. Phil empezó a especular si esto sería extensible a los coches de tres ruedas, como el Morgan 3 wheeler o el Super 3. Gregory, además de ser un formidable corredor, algo sabía de carreras y de ingeniería. En su momento diseñó y construyó en motor V-twin y la motocicleta que le valió en Campeonato Nacional Británico de Ascenso.
En los primeros momentos, después de su fundación, la compañía se dedicó a la producción de vehículos de tres ruedas bajo demanda en formato de Kit, es decir, que el montaje final lo realizaron los propios compradores. En el 2015 el hijo de Phil, Guy Gregory entró a formar parte de la compañía y muy poco después el fundador del proyecto dejó la dirección de la empresa en manos de su hijo. En el 2018 la Pembleton presentó el V-Sport, un pequeño vehículo de tres ruedas ensamblado en su propia línea de montaje y con una fuerte inspiración en el famoso Morgan. Con una alta calidad de construcción y enfocado a proporcionar una experiencia de conducción simple, es, sobre todo, divertido.
Una vez desarrollado el modelo inicial fue cuestión de tiempo, y así se presentó en el 2020 el T24, que en esencia es el mismo coche que el V-Sport al que se le ha colocado una rueda más.
El T24 es un coche muy pequeño, muy ligero y que está inspirado claramente en los automóviles de la década de 1920. La experiencia de conducción se lleva a lo básico y mínimo necesario, no encontrarás ningún elemento de confort en el habitáculo, ni siquiera un techo en el que cobijarte de las inclemencias del tiempo. En su lugar, estás completamente expuesto a la Madre Naturaleza, con los controles estrictamente necesarios y con unas ruedas muy estrechas que te conectan directamente con la carretera. Todo ello pondrá tus sentidos al límite cuando subas por una carretera sinuosa de un buen puerto de montaña.
Cerca de una de las más conocidas colinas donde se realizan carreras de ascenso, Shelsley Walsh Hill, en el condado de Worcestershire, cada T24 está construido a mano usando solamente los métodos más tradicionales de fabricación. Pembleton construye su propio chasis y da forma a la carrocería de aluminio a la antigua usanza, moldeándola, perforándola y remachando a mano las distintas piezas que la componen. El método de construcción es el que se utilizaba para la fabricación de coches deportivos durante el periodo de entreguerras.
La parte trasera se corta abruptamente para albergar sobre ella la rueda de repuesto. Los estrechos neumáticos están cubiertos por estilizados guardabarros y delante de ti solo hay un pequeño cristal que desvía mínimamente el aire de impacto. No queda garantizado que los insectos no golpeen en tu cara y mucho menos que tu peinado permanezca inalterado. Es realmente el renacimiento de una experiencia de conducción de hace mucho tiempo atrás.
El interior del Pembleton T24 es espartano, pero de nuevo muy cuidado y de una gran calidad. Los asientos y tapizados se realizan en colaboración con varios artesanos locales. El panel de instrumentos tiene indicadores, medidores e interruptores muy clásicos y la palanca de cambios está en el salpicadero, al estilo de la que montaba el Citroën 2CV. El precioso volante de cuatro radios está forrado en cuero. Aunque técnicamente es un biplaza, asegúrate de que tienes buena afinidad con tu pasajero, ya que las plazas están colocadas muy próximas. Para nuestra sorpresa y a pesar de su pequeño chasis, el T24 es capaz de albergar 200 litros de equipaje en su maletero, algo muy similar a un Mazda MX5.
En la parte delantera, el vistoso motor Guzzi V-Twin de 744cc o 853cc queda al descubierto y da tracción a las ruedas delanteras. El más potente de los dos modelos rinde alrededor de 80 CV, que en principio no parecen muchos, aunque si pensamos que el coche pesa 361 kilos, la cosa cambia. La relación peso-potencia es de 218 CV por tonelada de peso, lo que está a la par de un Honda Civic Tipe R de 2021 o un BMW M3 de la famosa generación E46. Con esto no quiero decir que el T24 esté a la altura de estos dos modelos, ni mucho menos, solo indicar que la potencia es más que suficiente para este peso pluma de la carretera. Los escapes del V-Twin corren a ambos lados de la carrocería al descubierto, algo de gran belleza, pero que hace que entrar y salir del T24 deba de hacerse con cierta precaución.
El Pembleton T24 es una máquina pensada solo para conducir por placer. Un peso bajo, neumáticos delgados, motor Guzzi V-Twin y un habitáculo abierto deben convertir esta experiencia en algo muy sensorial y especial. El precio ya es la guinda del pastel, para un coche hecho completamente a mano y de forma artesanal es relativamente modesto, 32.995 libras esterlinas. Hemos consultado con la gente de Pembleton y nos han indicado un pequeño problema. Actualmente, la demanda es muy alta para su modesta capacidad de producción y solo están construyendo coches para clientes en el Reino Unido. Así que para todos los demás, entre los que nos incluimos, tristemente nos quedamos fuera de esta maravillosa máquina retro-cool de diversión.
Ángel Arias
La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.COMENTARIOS