Es imposible no fijarse en el cambio que ha dado Hyundai desde que llegó a Europa, no parecen la misma marca y si además, nos fijamos en sus versiones N, las cosas se tornan más interesantes. Aunque sería todavía más interesante, ver un Hyundai Coupé o un Hyundai Genesis con esa N adornando la carrocería. El caso es que ese cambio también lo se ha llevado a cabo en otros mercados donde ha estado presente durante más tiempo y con otros modelos de mayor nivel que en Europa y donde todavía mantiene ciertos modelos en activo.
Coches como el Hyundai Sonata, que abandonó Europa hace muchos años, atesoran un buen nivel de ventas en otras partes del globo, sobre todo en Estados Unidos, donde acaba de presentarse la última puesta al día del modelo, cuya generación actual se lanzó al mercado en 2019 y que, sinceramente, ya podrían comenzar a venderlo de nuevo en Europa. La marca surcoreana ha adoptado una estrategia de diseño que funciona a la mil maravillas, y logra, además, que sus coches sean completamente identificables desde el primer golpe de vista. Comenzó con el Hyundai Kona, luego rompió todos los modes con el Hyundai Tucson y ahora, el Hyundai Staria, un modelo que ha pasado muy desapercibido, ha marcado el camino a seguir por el resto.
Sí, el Staria ha sido el modelo que ha estrenado la actual línea de estilo de la marca, la misma que ha adoptado el nuevo Hyundai Kona y la misma que luce ahora el Hyundai Sonata que no llegará a Europa y por ello, estaremos permanentemente cabreados con la compañía. Posiblemente, sea uno de los sedanes más interesantes y atractivos que hay a la venta en el mundo, pero solo para Estados Unidos –el Hyundai Accent, que se venden en países como Colombia, también luce este nuevo lenguaje de diseño–. Con este cambio en su imagen, el Sonata es muchísimo más interesante que nunca, y si lo comparamos con las ediciones que hemos tenido en nuestro país, ni siquiera parece tener el mismo enfoque comercial .
Ha dejado de ser el clásico sedán, un coche con carrocería de tres volúmenes pensado para ser elegante y práctico, pero no deportivo, y ahora es un automóvil de imagen agresiva, con un frontal que destaca por la gran tira de LED que las veces de DRL –Daylinght Running Lamps, básicamente, luces de conducción diurna–, mientras que los proyectores de cortas y largas están semi ocultos. La parte trasera es igualmente contundente y atractiva, con una tira de LED que también cobra protagonismo y otorga una personalidad que será seña de identidad de Hyundai durante los próximos años. Además de todo esto, merece la pena destacar o bien integrado que están los cambios realizados, pues no se trata de una nueva generación, en realidad es un restyling y el lateral del coche, así como la curvatura del techo y detalles menores, proceden, sin cambios, del Sonata lanzado en 2019.
Donde se tira todo a la basura y se empieza de nuevo, es dentro, en el habitáculo. Aquí, se siguen las modas imperantes, pero a su ritmo y sin dejar que las soluciones que no tienen sentido se adueñen del diseño solo por vender. Con esto queremos decir que Hyundai, como se afirmó hace poco, mantendrá los botones físicos porque son más seguros e intuitivos de manejar. Así, nos encontramos con el peor apartado del coche en cuanto a imagen, pues o resulta bonito ni atractivo, donde vemos que se ha desechado el volante que se ha usado hasta ahora, con unos radios bastante particulares –pero bonito– y se monta uno volante con tres radios más sencillo –y más feo–.
Es la primera vez que el Sonata monta un cuadro de instrumentos digital y de gran tamaño. Se trata de una pantalla curva con dos zonas separadas, una para la instrumentación y otra para el equipo multimedia, ambas con 12,3 pulgadas. El selector del cambio está ubicado en la columna de dirección para liberar espacio en la consola central.
Lo referente a los motores se desvelará próximamente, pero algunos medios estadounidenses afirman que no debería haber muchos cambios. Esto quiere decir que contará con un motor 1.6 turbo, un 2,5 turbo –para el Hyundai Sonata N Line, con 290 CV y 421 Nm–, un híbrido y un 2.5 atmosférico
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS