Vamos a ser testigos del mayor cambio que llevará a cabo la industria del automóvil en los últimos 50 años. Un cambio que afectará a todo y a todos, y que no gustará a todo el mundo, pero al fin y al cabo es un cambio necesario y realmente importante. Quizá las formas no sean las correctas, quizá los políticos deberían haberse quedado a un lado, sobre todo cuando legislan sin tener ni idea de la situación, del coste ni de las necesidades de los usuarios, pero el cambio, en definitiva, había que hacerlo.
El objetivo es las cero emisiones, o las emisiones neutras, aquellas que el planeta puede absorber y, por lo tanto, no son perjudiciales, y el camino que han tomado muchos fabricantes es eléctrico. Que sea o no el correcto, no lo veremos hasta dentro de un tiempo, pero no son pocos los que han cambiado la estrategia, al menos un poco, para estudiar la viabilidad de los combustibles sintéticos. No obstante, eso no logrará detener la sangría que sufren los motores de combustión, que cada día que pasa pierde un miembro importante de la oferta.
Los motores de gran cubicaje son los primeros en decir adiós al mercado, dado que tendrán complicado superar las futuras normas de emisiones, a no ser que se recurra, como ha hecho Lamborghini y también Ferrari, a la hibridación. Porsche también hace uso de hibridación y de electrificación total, mientras Maserati, por su parte, tiene en catálogo híbridos enchufables y pronto, toda una gama de eléctricos denominados Folgore. Con esta tesitura, a nadie le debería extrañar que Maserati se despida de los motores V8 “by Ferrari”, un motor que dejara de fabricarse en 2024.
Se trata de un suceso importante para Maserati, pues monta en sus coches motores V8 de origen Ferrari desde hace varias décadas. Y dado que se trata de un momento importante, la marca ha anunciado que rendirá homenaje a tan ilustre colaboración cuando llegue el momento. Hasta finales de 2023 se podrá encargar cualquier modelo que haya tenido el V8 hasta el momento, es decir, los Maserati Ghibli, Quattroporte y Levante. Todos ellos con motor V8 3.9 Biturbo de 580 CV y 730 Nm de par.
El cese de la colaboración entre ambas compañías, viene dado, además de por la electrificación de la gama, por el hecho de que Ferrari no firma parte del Stellantis y Maserati sí. Se fijó un final para 2021-2022 –fechas pactadas en 2019–, pero los últimos años han sido turbulentos, así que se alargó hasta 2023. A partir de 2024, el propulsor V6 Nettuno será el que marque el futuro de Maserati.
No obstante, antes de que eso ocurra, la firma italiana lanzará una serie especial denominada “Ultra” para los Maserati Ghibli y Maserati Levante. Tomarán como base de partida las versiones Trofeo y serán presentadas con motivo de la celebración del Festival de la Velocidad de Goodwood.
De esta forma, Maserati cierra un largo capítulo de su historia, uno que empezó en 1936 con el primer motor V8 de la marca, diseñado por Ernesto Maserati. Un V8 4.8 para competición, alimentado por un carburador Weber de doble cuerpo y un sobrealimentador Roots, que generaba 325 CV. El primer Maserati de producción con motor V8 fue el Maserati 5000GT de 1959 –desde aquel año, se han fabricado más de 100.000 coches de Maserati con motores V8–.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS