La denominación Land Rover, como marca, apareció casi por casualidad. Al inicio, tuvo el simple objetivo de hacer referencia a un solo modelo fabricado por Rover Company desde 1948. A instancias de dos de sus directivos, e influido por la situación del país tras la Segunda Guerra Mundial, la compañía decidió fabricar un automóvil de uso agrícola que estaba inspirado en el Jeep Willys. Poco más de dos décadas después, en 1970, una versión más civilizada del mencionado automóvil fue lanzada al mercado bajo la denominación Range Rover. En 1989 apareció un nuevo modelo, el Land Rover Discovery, lo cual obligó a renombrar el modelo original como Land Rover Defender, para evitar confusiones. Ahora, con el mismo objetivo o con uno completamente contrario, hemos conocido que estas tres denominaciones, Range Rover, Defender y Discovery, pasarán a constituir marcas por sí mismas.
No se ha determinado un horizonte temporal concreto para este cambio, que tendrá lugar de cara a la aparición de sendas versiones eléctricas para todos y cada uno de sus modelos, planificada para el año 2030. Seis años después, solo fabricarán modelos a baterías. Otro de los objetivos de Land Rover a corto plazo será el de reducir el número de plataformas utilizadas para construir sus vehículos, puesto que de las siete con las que cuentan actualmente, pasarán a emplear tan solo tres.
La de más reciente aparición, denominada MLA Flex y que sustenta a los Range Rover y Range Rover Sport comercializados desde hace tan solo un año, tendrá continuidad en el futuro, puesto que ha sido desarrollada para acomodar mecánicas de combustión, híbridas enchufables y cien por cien eléctricas. De hecho, se espera la presentación del primer Range Rover a baterías ya en 2024.
La realidad es que Range Rover ya es una marca. También lo es Defender. Todos amamos el nombre Land Rover, pero no tiene tanto valor como Range Rover, y Defender está creciendo rápido”, afirma Gerry McGovern, director creativo de JLR
Esta se complementará con una nueva plataforma denominada EMA, sobre la que se construirán los SUV de tamaño medio de la marca, como los Range Rover Evoque y Land Rover Discovery Sport. Las versiones eléctricas de estos modelos construidas sobre la mencionada arquitectura no se esperan antes de 2025.
Se trata de un momento clave para JLR —Jaguar Land Rover—, ya que están implementando su estrategia de completa renovación denominada Reimagine, que implica la inversión de 17 mil millones de euros en la electrificación de su gama. Con los cambios en Jaguar, orientados a incrementar la exclusividad de sus modelos y reducir su volumen anual de vehículos fabricados y que habrán de demostrar su efectividad, el conjunto de marcas que constituirán la futura Land Rover representará, como ahora, un eje fundamental para que JLR continúe mejorando sus resultados económicos.
En este sentido, los modelos Range Rover, Range Rover Sport y Land Rover Defender acaparan en la actualidad hasta el 76 % de las ventas totales del catálogo de JLR. Al mismo tiempo, han permitido que el precio medio de venta de cada uno de sus vehículos se haya incrementado desde unos 50.000 euros en 2019 hasta los 80.000 euros en la actualidad. El tiempo dirá si este movimiento es provechoso para la marca, en términos de rendimiento económico y, también, de orden y claridad percibida por parte de los consumidores en su gama.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS