Cuando parecía que lo peor ya había pasado para las plantas de automoción, algunas como la de SEAT en Martorell o la de Ford en Almussafes se han visto en la obligación de detener la producción e incluso aplicar de nuevo un ERTE. Sin embargo, en esta ocasión no guarda relación directa con las restricciones establecidas por el coronavirus, sino que se debe a no disponer de una pequeña pieza: microchips.
¿Por qué son tan importantes? Los coches de hoy en día no funcionan sin estos componentes, incluidos aquellos con motor de combustión tradicional. Y no afecta solo a los nuevos sistemas digitales y de conectividad que se han ido incorporando, como podrían ser el Bluetooth, las cámaras y sensores de aparcamiento, o los ordenadores de a bordo. También se emplean en las conexiones para el control de sistemas básicos como el ABS, los frenos o la dirección asistida.
Una vez resuelto esto, la siguiente duda que surge es por qué no hay suficientes microchips. Como decíamos al principio, esto no tiene que ver de forma directa con la COVID-19, pero sí es un daño colateral de ésta. El estallido de la pandemia en marzo detuvo las plantas de producción de automóviles, y con ellas, los pedidos de estos microchips para ensamblar coches.
No obstante, sí se seguían necesitando estas piezas, pero en otro sector: el de la electrónica. Precisamente uno de los que más beneficiados se ha visto por las consecuencias del coronavirus, debido al aumento de demanda de smartphones, tablets, ordenadores, videoconsolas, y demás aparatos electrónicos tanto para distraerse en el confinamiento domiciliario como para poder teletrabajar.
Esta situación se complicó cuando pudimos salir de nuevo de nuestras casas, y empezó la “nueva normalidad”. Mucha gente empezó a desconfiar del transporte público como método de transporte, y apostaron por el vehículo privado. Algunos no podían permitirse adquirir un coche nuevo, pero otros sí. Hay mercados automovilísticos como el chino, que se han recuperado a una velocidad sorprendente.
Sin embargo, cuando los fabricantes de vehículos han acudido a sus proveedores de microchips para reanudar la actividad, estos ya tenían vendida su producción a las empresas tecnológicas. Debido a esto, han rechazado pedidos del mundo del motor, o han priorizado las necesidades del sector tecnológico, que hacen pedidos más grandes y rentables para estos proveedores.
Si bien es cierto que muchos de estos fabricantes, al igual que ocurre con otros componentes tecnológicos, los encontramos en China, este factor no ha sido tan decisivo como el que hemos mencionado en estos retrasos. Esto se debe a que existen otras empresas importantes que fabrican microchips en Europa, Estados Unidos, Japón y Taiwán, por lo que el mercado no depende exclusivamente de un país.
Este problema, como se puede observar, es algo coyuntural. A una demanda mucho más alta de lo esperado se han sumado unos productores que no estaban preparados para asumir este incremento en la producción. Los pedidos de microchips descenderán cuando el teletrabajo y las restricciones lo hagan, y varios proveedores ya están tratando de ampliar sus líneas de producción de estos preciados componentes.
A pesar de esto, los próximos meses se prevén complicados para la industria automotriz. La escasez de microchips no tiene solución a corto plazo, y el sistema de producción just in time tiene como consecuencia que las plantas de producción no puedan seguir funcionando si el suministro de una única pieza se detiene temporalmente.
A las informaciones enlazadas sobre SEAT y Ford es bastante probable que se unan otros fabricantes como Volkswagen o Renault, reduciendo el número de líneas de producción, plantas en funcionamiento y objetivos de unidades fabricadas. Puede haber otros ERTE, o reducciones de plantilla, en un sector que ya ha perdido numerosos puestos de trabajo en los últimos meses.
Luis Martínez
Cuando era un niño, no podía pasar una semana sin el nuevo número de mi revista de coches favorita. De adolescente, descubrí que me apasionaba escribir, divulgar y comunicar ideas. Ahora me encuentro dando mis primeros pasos en la profesión que me apasiona de la mano de la afición que ocupó buena parte de mi infancia, toda una suerte que demuestra las vueltas que puede dar la vida.Tanta pijada tanta pijada… en mis tiempos ponías un carburador y a correr.
Ni micro chips ni micro chorradas…. caguen dieeeez
¿Ya no echas pestes de los “carburatas ponzoñosos”?