Hay coches que se venden como churros y no sabes muy bien por qué, y sí, hablamos del SEAT Ateca, que va de cine. Es amplio, está bien hecho, gasta poco y encima se mueve con una agilidad impropia de un SUV… pero no se lo compra ni el Tato. El Ateca es ese compañero de curro eficiente, puntual, que nunca se queja y que acaba siendo ignorado por el jefe en favor del pelota que llega tarde y no da un palo al agua pero viene con llantas de 20 pulgadas y faros Matrix LED. Pues eso.
Este coche está viviendo sus últimos años de vida comercial y, sinceramente, nunca ha tenido más sentido que ahora. Te lo llevas bien equipado, con etiqueta C (vale, no es ECO, pero qué más da) y con una calidad de rodadura que ya quisieran muchos SUV de “nueva generación”. Además, si eliges bien, puedes tenerlo con hasta 10 años de garantía y 5 de mantenimiento por 500 euros más. Eso es lo más parecido a la paz mental que puedes comprar en 2025.
Una puesta a punto que sigue siendo referencia
SEAT siempre ha sabido poner a punto sus coches, y el Ateca no es una excepción. Sobre todo en la versión FR, con un chasis más firme pero sin llegar a molestar, que consigue ese equilibrio raro entre dinamismo y confort. Si disfrutas conduciendo pero tu vida ya incluye sillitas de niño, cochecitos y maletas con ruedas, este coche es lo más parecido a una reconciliación con tu pasado macarra.
El motor 1.5 EcoTSI de 150 CV es el punto dulce de la gama. No te va a pegar al asiento, pero responde bien, gasta poco y tiene el sistema de desconexión de cilindros para ahorrar cuando vas de tranqui. Si prefieres diésel, sigue disponible el 2.0 TDI de 150 CV, y sinceramente, es el combo ideal si haces carretera: bajos contundentes, consumo de mechero y autonomía para cruzarte media España sin parar.

Equipamiento sin sorpresas desagradables
El acabado FR Special Edition es, digamos, el “último cartucho” del Ateca. Incluye todo lo que se espera hoy día: cuadro digital, conectividad, asistentes de conducción, buena pantalla y unos asientos que te aguantan bien sin torturarte las lumbares. Pero es que, además, SEAT lo ofrece con paquetes de mantenimiento y garantía que convierten la compra en algo casi emocional: pagas poco y te olvidas de sustos durante años. ¡Milagro!
Y si no te llega el presupuesto, también está el Style Special Edition. Cuesta menos que un Style normal pero viene mejor equipado. Motor 1.0 TSI de 116 CV, tracción delantera y un conjunto más que digno para moverse a diario sin complicaciones. Lo mejor es que, incluso en esta versión, el Ateca mantiene ese tacto general de coche bien hecho.
Por qué no lo ves más por la calle (y por qué te conviene aprovechar eso)
El Ateca no está de moda. No lleva logotipo nuevo, no tiene versiones microhíbridas para bajar impuestos municipales, ni suelta pitiditos al aparcar que puedas configurar por app. Todo eso, ahora que parece que se busca el postureo sobre ruedas, parece penalizar más que si se incendiara solo (spoiler: no lo hace).
Pero para quien busca un SUV que conduzca como un coche, que gaste poco, que sea amplio y que no te obligue a hipotecarte para tenerlo bien equipado, el SEAT Ateca es oro molido. Precisamente porque ya no está en el candelero, está mejor de precio, tiene menos demanda y lo puedes cazar con promociones muy interesantes.
Nuestra opinión: no se lo digas a mucha gente
Cuantos menos sepan lo bueno que es el Ateca, más chollos quedaran para los que sí lo valoramos. Si puedes permitirte el 1.5 EcoTSI o el 2.0 TDI, ni te lo pienses. Y si vas justo, el 1.0 también cumple. No es un coche de “me lo compro por la moda”. Es un coche de “me lo compro porque quiero un coche que vaya bien, dure, y no me amargue la vida”.
Y en eso, el Ateca es simplemente brillante. Aunque no se note a simple vista.
Jose Manuel Miana
COMENTARIOS