¿El Valkyrie que no fue? Probablemente. Pero, aunque el hipercoche de Aston Martin se haya lanzado inconcluso, sin conocer el pico de rendimiento trazado desde un principio y entonces haya nacido este otro proyecto para saldar deudas de soñadores, cada uno con lo suyo. Aunque no se pueda pensar los orígenes del Red Bull RB17 por fuera de la existencia del coche británico, el RB17 se ha ganado el derecho de ser tratado como una bestia que ha empezado a desarrollarse por motus propio.
Esto es otra cosa y no solamente lo expresa desde su figura abrumadora. La fórmula mecánica planteada cuatro años atrás, cuando Adrian Newey empezó con los primeros bocetos, ya no es una posibilidad. El ocho cilindros no parece tener más cabida en el proyecto y, en tiempos en los que el regreso del V10 a la Fórmula 1 fue un tema que revoloteó al punto de arrebatarles de la boca opiniones a los propios protagonistas, ese motor es el indicado para hacer correr al RB17.
Y esta maravilla en puerta de Red Bull está concebida para “que sea más rápido que un coche de Fórmula 1”, según lo ha manifestado el director técnico de Red Bull Advanced Technologies, Rob Gray. ¿Les suena? El McMurtry Spéirling Pure y sus 999 CV lo han logrado en una prueba de Top Gear para no olvidar, claro que venciendo a un monoplaza de hace más de 20 años y, si bien su arranque de parado a los 100 km/h se presume mejor que el de un Red Bull actual de la máxima categoría, otra cosa es girar más rápido.

El Red Bull RB17: Claves de su fórmula mecánica
Además, el RB17 está predestinado a no conformarse con ese promedio de potencia que caracteriza a los hypercars. En este aspecto no puedo no estar de acuerdo con Gray cuando confiesa que quedarse en los 1.000 caballos sería conservador, por más que la potencia sea uno entre varios factores que definen el desempeño final.
Para marcar la diferencia, el RB17 debe ir más allá. Sin sobrealimentación, el V10 era lo que necesitaban los ingenieros para alcanzar las 15.000 revoluciones por minuto que promete –unas válvulas neumáticas estilo F1 será la clave para llegar a tremenda cifra–, con las que así, con aspiración natural, podrá llegar a los 1.000 CV, pero el coche podría llegar a los 1.200 con el aporte de un motor eléctrico a conectarse en la caja de cambios.
Red Bull quiere hacer realidad en circuito lo que, de momento, va probando en simuladores y a cuenta gotas –el coche no ha pasado por el túnel de viento, por ejemplo– y cuando hablo de hacer realidad en circuito me refiero, precisamente, a llevar a la práctica la misión de que el RB17 sea más rápido que un F1. Pero saben que, por más altísimo desempeño con el que lo doten, será en el fondo un hipercoche para el cliente, limitado a su uso en circuito, pero para el cliente.
Un hipercoche para clientes a la altura de un F1, pero con recaudos
En función de esto último, dos recaudos que ha tomado Red Bull me parecen interesantes. A la hora de la verdad se toparán dos contrastes: un piloto sin experiencia ni manejo profesional y la capacidad del coche de girar más rápido que un monoplaza. Si en la búsqueda de la proeza imprimes un manejo amateur, el que tiene las de perder es el V10. Darle al motor una vida útil mínima de 24.000 kilómetros creen que es la solución para que semejante máquina, en manos de su propietario, resista.
Un segundo recaudo radica en el hecho de que, a diferencia del McMurtry –ya que lo he mencionado–, el RB17 será un biplaza. No lo favorece en cuanto al peso que se está buscando para el coche, pero sí de cara a la necesidad de que el cliente vaya en la cabina acompañado por un experto, quien además irá unos centímetros rezagado para darle libertad de maniobra al conductor.
Un proyecto para saldar deudas de soñadores. Un coche de los sueños. Miren lo que es el RB17 y díganme si no lo es. Miren lo que es ese difusor que roza lo inverosímil y díganme si no es la puerta de entrada al infierno, el pasaje directo a la locura.
Mauro Blanco
Por fin alguien que entiende un poco del mundo Hyper Track-only. Linda nota.