De exportación a importación. De importación a producción nacional. De producción nacional a exportación. Así podría resumirse la historia del Volkswagen Sedán en su reducto más tradicional. ¿Alemania? En absoluto. Pocos coches son apropiados culturalmente de manera tan intensa y visceral como lo fue el clásico Beetle de parte de Volkswagen México. ¿Puede suceder lo mismo con el Volkswagen Golf de combustión?
Y si a la sinergia generada por el Beetle y su sucesor la tratamos bajo una situación cíclica parecida a la de la línea introductoria, de acuerdo a lo que sabemos sobre el futuro Golf eléctrico ocurre algo por el estilo. En los setenta, la era de los compactos, el Volkswagen Golf llegó para sustituir en Europa al que seguiría su intachable camino del otro lado del Atlántico hasta comienzos del siglo actual y, cuando su novena generación se haga realidad, el ícono vigente, en su modo tradicional, repetirá la historia.
Historia. Esa es la palabra. Con el Golf como novedad impulsada por la necesidad de época, el conocido como Vocho por los mexicanos abandonó la fabricación alemana en 1978 y se limitó a la planta de Puebla, donde desde mediados de los sesenta ya operaba Volkswagen México y donde en 1967 había salido la primera unidad del Beetle mexicano. Casi cincuenta años después…

El Volkswagen Golf de la octava generación continuará su andar de producción en el país latinoamericano, algo que se daría justo cinco décadas después de aquel traspaso de la línea de montaje del Sedán de Wolfsburgo a Puebla. Un dato de color entre lo que en realidad importa: el Golf con motor de combustión interna seguirá ofreciéndose desde tierras aztecas cuando la novena generación eléctrica –¿llevará el nombre de “ID.Golf” como se especula y como ocurrirá con el futuro GTI EV?– haya llegado a Europa. Esta posesión de parte de la plata mexicana se espera que se concrete en 2027, un año antes del estreno del Golf eléctrico, a debutar posiblemente en 2028 ó 2029 a más tardar.
Ahora bien, no será una desaparición completa la de los Golf ICE, ya que en el viejo continente, en simultáneo con el MK9, seguirán vendiéndose las versiones híbridas, en tanto las normativas de la Unión Europea lo permitan. Recordemos que el 2029 será el último año con la actualización de reducción de emisiones vigente desde este 2025 y que, a partir del 2030, las marcas se sujetarán a una nueva reducción, que será del 55% en relación con el máximo impuesto en 2021.
Este panorama abre un abanico de preguntas, todo sujeto a la globalización de los EV y cuánto tardan los eléctricos en expandirse a otras regiones como la latinoamericana. ¿Y si el Golf se mantiene por décadas en México? ¿Si se vuelve una leyenda como sucedió con su antecesor? ¿Sería un objeto hacia la creatividad de los entusiastas del diseño que hoy dedican su tiempo a esbozar versiones digitales imaginarias del viejo Beetle? El Sedán, en su tiempo, se consagró como ícono mexicano por ser el medio de transporte que invadió la capital. Difícil que adquiera la misma mística, pero, por lo pronto, el Volkswagen Golf de combustión parece estar destinado a repetir la historia del Beetle.
Mauro Blanco
COMENTARIOS