El Shelby Mustang Code Red es, por decirlo de una manera suave, una auténtica bestia. Es cierto que, por lo general, todo lo que lleva Shelby y Mustang en el mismo nombre suelen ser bestias, pero pocos son capaces de completar el cuarto de milla en menos de nueve segundos. Se trata de una cifra brutal para un automóvil “de calle”, y pone al Mustang casi al mismo nivel que, por ejemplo, un Ferrari SF90 Stradale y un Tesla Model S Plaid, que a pesar de ser eléctrico, presume de unas aceleraciones salvajes.
La cuestión es que hacerse con un Mustang Code Red no es tarea fácil, para ello, necesitamos un Mustang GT500 fabricado entre 2020 y 2022, un coche que cuando era nuevo costaba 225.000 dólares, 203.474 euros. y necesitamos un GT500 porque el llamado Code Red es un paquete de piezas de altas prestaciones que, sin el coche, es un conjunto de adornos muy caros.
Así, el Predator V8 que da vida al Shelby GT500 pierde el compresor en favor de dos turbos, nuevo conjunto de válvulas y muelles, pistones y bielas suministrados por Manley, colectores de admisión y escape de mayor flujo, cuerpo de acelerador más grande, tuberías de mayor diámetro… También se acompañan, entre otras cosas, de un nuevo sistema de alimentación, nueva gestión del motor, suspensiones y frenos reforzados y llantas diferentes.
El Mustang Code Red esconde un sistema de combustible flexible, pues en Estados Unidos hay gasolinas con muy bajo octanaje. Puede funcionar con gasolina de 93 octanos –así es la gasolina “regular”, más común y usaba, como aquí la 95–, con la cual, rinde poco más de 1.000 CV y casi 1.060 Nm de par, mientras que si emplea gasolina con algo de E85, puede superar los 1.300 CV y los 1.350 Nm de par. Con cifras así, cuesta entender como es capaz de completar el cuarto de milla desde parado en menos de nueve segundos, debería destruir los neumáticos en menos de ese tiempo y sin embargo, el Mustang Code Red lo hace en 8,593 segundos.
La cuestión está en el control de tracción que incorpora el nuevo software que se incorpora al proyecto. También hay, por supuesto, un anti-lag –en España muchos lo conocen como “bang”– y además, también se monta un control de salida. En el vídeo que acompaña a la presentación de este nuevo desarrollo, se puede ver como en la pista de aceleración, el Shelby Mustang Code Red acelera como alma que lleva el diablo, pero claro, esas pistas tienen truco y la zona de salida es muy, muy pegajosa. Además, tampoco se conoce los neumáticos empleados.
De todas formas, el aspecto del coche es impactante, tanto como solo un Shelby Mustang puede serlo, y además, se ve completado con un sonido de escape sencillamente espectacular. Pocas cosas llaman tanto la atención como un Mustang con el sello de Shelby…
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS