El Rolls-Royce Dawn se despide definitivamente

El Rolls-Royce Dawn se despide definitivamente

Sale de la línea de producción la última unidad del lujoso descapotable de la marca de origen británico


Tiempo de lectura: 6 min.

Es esta una era de cierre y apertura de etapas para multitud de fabricantes. La necesidad de electrificar sus automóviles lleva a muchos de ellos a dejar de fabricar algunos modelos que han sido clave en sus catálogos durante los años recientes. En el caso de Rolls-Royce, hace unas semanas os contamos cómo se iniciaba la producción de la última y especial edición de su cupé de dos puertas, el Rolls-Royce Wraith. Hoy tenemos que decir adiós al que se puede considerar la versión descapotable de este modelo —aunque se diferencian ampliamente—, el Rolls-Royce Dawn, cuya última unidad acaba de salir de su línea de producción.

Se trata de un final largamente anunciado por la marca originaria de Goodwood, después de que ya abandonase el mercado estadounidense hace un año. Sin sucesor programado, es el final para los descapotables en el catálogo de Rolls-Royce, y el fabricante dependiente del Grupo BMW ha querido repasar algunos detalles de cómo se fraguó su lanzamiento años atrás.

Al revivir la nomenclatura Dawn, Rolls-Royce revitalizó algo más que simplemente un automóvil. Al igual que el glamuroso descapotable del que tomó inspiración, el Dawn contemporáneo vino para encapsular una moderna expresión de la dolce vita: una forma de vida que abarca la belleza y la riqueza de la vida”, ha comentado Torsten Müller-Ötvös, director ejecutivo de la marca, con ocasión de esta despedida

Fin producción Rolls Royce Dawn (2023) 01

Las cinco últimas unidades producidas del Rolls-Royce Dawn, con la final en primer plano

Un automóvil destinado a los practicantes de la dolce vita

Fue en el Salón de Fráncfort de 2015 cuando se presentó en sociedad este lujoso modelo, un descapotable de dos puertas que, si bien ha sido, de algún modo, la versión a cielo descubierto del Rolls-Royce Wraith, fue desarrollado casi desde cero. Torsten Müller-Ötvös, director ejecutivo de la compañía, desafió a su equipo para que dieran lugar a un digno heredero de la tradición de Rolls-Royce, pero que a la vez respondiera a las demandas de los nuevos clientes de la marca, con gustos y estilo de vida más contemporáneos. Habría de ser el vehículo perfecto para quienes ponían en práctica la dolce vita, con todo el glamur y romanticismo propios de la alta sociedad.

Para alcanzar este objetivo, los responsables de este proyecto en Rolls-Royce, en vez de tomar un Rolls-Royce Wraith y adaptarlo directamente a una carrocería descapotable, buscaron inspiración en la amplia historia del fabricante de origen británico. Repasando los libros de historia, se encontraron con la limitada tirada de versiones descapotables —drophead— que se produjeron, entre 1950 y 1954, del Rolls-Royce Silver Dawn. Lo consideraron perfecto, especialmente por su nombre —dawn es la palabra inglesa para “amanecer”—, puesto que permitía hacer referencia a un nuevo comienzo lleno de frescas oportunidades y, al mismo tiempo, a vistas gloriosas.

Pese a que el diseño exterior estuvo marcado por el conservadurismo, hasta el 80 % de los paneles de la carrocería de este modelo fueron de nueva factura. Uno de los detalles que se plasmaron por primera vez en este modelo fue la línea que se prolonga longitudinalmente sobre el capó delantero, en su parte central. Y, por supuesto, se hubo de prestar atención a su protagonista, su techo plegable. Según el documento con el que la marca ha querido acompañar esta despedida, se descartó la utilización de un techo duro para “conservar el romanticismo del sonido de las gotas de lluvia sobre su capota”… En todo caso, se desarrolló un muy complejo sistema para su apertura y cierre, denominado Silent Ballet y que destaca, obviamente, por su silenciosa operación. En este sentido, gracias a la utilización de distintas telas, como cachemira, y resinas compuestas, con el techo cerrado, el nivel de insonorización de su habitáculo estaba a la altura del que ofrece su pariente cercano, el Rolls-Royce Wraith.

Cuando la producción del modelo llega a su fin, podemos reflexionar sobre este extraordinario capítulo en la historia de la marca. Este precioso automóvil encarna el lujo contemporáneo a la vez que celebra los principios fundacionales de la marca y su legado”, ha añadido Torsten Müller-Ötvös

Rolls Royce Dawn (2015) 01

Diseñado para melenudas y melenudos

Otro de los detalles más llamativos que hemos podido conocer ahora acerca del proceso de desarrollo del modelo tiene que ver con el profundo estudio de su aerodinámica para aquellas ocasiones en las que se viaja a cielo abierto. Al parecer, durante esos estadios previos a su lanzamiento, Rolls-Royce recurrió a maniquíes provistos de melenas postizas, los cuales llevaban instalados numerosos sensores para estudiar los movimientos de este pelo. El resultado, según ellos mismos dicen, dejaba atrás a toda la competencia. Así como el espacio en sus plazas traseras, puesto que desde un inicio se plantearon que su configuración 2+2 no tuviera nada que ver con lo que habitualmente se ve en el mercado. Normalmente, las plazas posteriores no cuentan con un nivel de habitabilidad suficiente, y eso no era aceptable en un modelo que incluyese el Espíritu del Éxtasis sobre el capó. Así, sus dos asientos traseros individuales cuentan con espacio más que de sobra para el perfecto acomodo de cualquier ilustre miembro de la alta sociedad.

Este modelo también mantuvo vigente la tradicional idea de sensación a bordo equiparable a desplazarse sobre una alfombra mágica —si es que alguien la conoce—, complementada con el apenas perceptible rumor de su motor. En este sentido, se incorporó un V12 biturbo de 6.592 cc de capacidad, con 571 CV de potencia máxima y 780 Nm de par disponibles desde las 1.500 revoluciones por minuto, que demostraba que los responsables de Rolls-Royce no perdían de vista propiciar cierto disfrute también desde su puesto de conducción. Más tarde, en 2017, llegaría la versión Black Badge, que modificaba su sistema de escape para darle un “toque de barítono” a su sonido, además de incrementar el rendimiento de su propulsor. En este sentido, la potencia se incrementó hasta los 601 CV y su par motor hasta los 840 Nm, para poder mover con más agilidad si cabe a este lujoso descapotable de 2.589 kg de peso.

La fabricación del último Rolls-Royce Dawn pone punto y final a la etapa del descapotable más vendido en la historia del fabricante originario de Goodwood. También implica un vacío en cuanto a los descapotables en su catálogo, que habremos de esperar para comprobar si se llena con alguna versión de estas características del Rolls-Royce Spectre, su modelo eléctrico que está a punto de llegar a producción y que ya está siendo todo un éxito en términos de pedidos. Sea como sea, los practicantes de la dolce vita a quienes este modelo vino a complacer no habrán de preocuparse, pues como sabemos, todo ocaso solo es un anticipo del próximo amanecer.

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David García

No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.

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