Coches, automóvil. Automóvil, coche. Por lo general, dos palabras que se usan como sinónimos para identificar el mismo tipo de vehículo, sin embargo, automóvil y coche no son lo mismo, o bueno, si lo son, pero con muchos matices. Un coche es un automóvil y un automóvil es un coche, pero también es una motocicleta o un camión. Automóvil significa, sencillamente, que se mueve por sí mismo y si buscas motocicletas en el diccionario de la lengua española, pone claramente “vehículo automóvil de dos ruedas con uno o dos sillines”.
Teniendo esto claro, ¿podríamos considerar al Polaris Slingshot como un automóvil? Es obvio que sí, es un vehículo que se mueve por sí mismo, aunque no podemos considerarlo como coche, ¿Verdad? Tiene tres ruedas, dos delante y una detrás, aunque a más de uno nos gustaría ponernos a los mandos, ¿o no? ¿No te subirías en un aparto tan peculiar como el Slingshot? Es algo así como un Morgan 3 Wheeler pero moderno, el concepto de triciclo lúdico, llevado al extremo. Un auténtico juguete para mayores, así de fácil y así de sinsentido y por supuesto, así de caro. El más barato cuenta 21.999 dólares –unos 20.437 euros–, el más caro, nada menos que 40.299 –37.431 euros, más o menos–.
Los juguetes, sobre todo aquellos más nos gustan, siempre han sido caros, incluso cuando éramos niños. Aquellos juguetes que más molaban eran los más caros y ahora todavía lo son, de hecho, son más caros. Pero, como se suele decir, quien algo quiere, algo le cuesta y nosotros queremos un Polaris Slingshot, aunque sea la versión más básica, pues todas las versiones de este peculiar vehículo, están animadas por un motor de cuatro cilindros y dos litros de desplazamientos, con 205 CV a 8.250 revoluciones y un par de 195 Nm a 6.500 revoluciones.
El Polaris Slingshot no es nuevo, su primera iteración hizo acto de presencia allá por 2014 animado por un propulsor de General Motor con 2,4 litros hasta 2019, cuando adoptó un el motor actual, un Polaris ProStar 2.0 de desarrollo propio. Desde 2020, no ha cambiado nada de nada y seguirá, básicamente, sin cambios demasiado importantes. Por ejemplo, el Polaris Singhot Roush monta frenos ranurados Brembo, pedales Sparco y un volante con inspiración en las carreras, así como gráficos específicos para la instrumentación y acabados interiores igualmente propios. Por otro lado, el Slingshot SL, la opción, digamos, más equilibrada, incorpora nuevas llantas de aceleración y nuevos colores.
De hecho, los nuevos colores son para todas las versiones, al igual que el nuevo paquete de audio suministrado por Rockford Fosgate, que en las versiones más sencillas, se equipa como opción junto al sistema de navegación. También se pueden añadir asientos con calefacción y ventilación, y dos opciones de techo –duro o blando–.
Sinceramente, a nosotros nos vale con la versión más sencilla de todas, cambio manual –puede montar un automático– y unos buenos neumáticos.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS