Exposición de clásicos hubo, hay y seguirá habiendo, pero, en lo que respecta a los superdeportivos italianos, pocos reductos se asemejan, para los amantes y fieles a la insignia del toro, a un paraíso como el Lago de Como cuando se celebra el Concurso de la Elegancia. En este paraíso te puedes servir de lo que quieras.
¿Íconos del diseño y la presencia? Lo tienes en el Concorso d’Eleganza Villa d’Este, a orillas de las aguas. ¿Los quieres de carrera y más bestiales? Los encuentras en el Fuoriconcorso, el evento inmerso en los jardines de Villa Grumello y Villa Sucota. Sea por una sección o por la otra, no quedan dudas de que la casa de Sant’Agata Bolognese llevó al norte de Italia lo mejor de sí.
En los jardines, los coches de competición llenaron sus caminos sinuosos y empinados y, aunque formaron parte de la categoría Velocissimo, allí se los vio, estáticos mientras los visitantes recorrían el circuito de la exposición. Dos Lamborghini generaron sobrada atracción en esta categoría exclusiva del automovilismo.
A su manera, un Lamborghini Diablo SVR, versión desarrollada en especial para las carreras monomarca, levantó sus tijeras –sus puertas– para seducir, pero sobre todo como si de un gesto en reclamo se tratase. Es que, por estas horas, estaba esperando a que se confirmara su Certificado de Autenticidad del Polo Storico, división de restauración de Lamborghini clásicos, luego de haber sido revisado en la sede de Lamborghini.

Velocidad y elegancia en los Lamborghini clásicos: Un asunto entre Diablos, Countachs y Miuras
Un ejemplar al que por fuera, luciendo una soberbia bitonalidad entre negro y naranja, no parece caberle objeciones. Por dentro, como expone el vídeo que acompaña a estas líneas –que recomiendo por ser de lo más completo y detallado que he visto de esta edición 2025–, no se distingue a la perfección su estado, pero no se lo ve nada mal. En todo caso, no esperes un habitáculo como el Lamborghini de calle. Este número 04, como se lee en una placa, es una de las mencionadas versiones modificadas para el Philippe Charriol Supersport Trophy, copa de Lamborghinis.
Lo que aportó el Countach LP400 S “Pace Car” blanco no fue solamente atracción, sino también un poco de rareza inesperada. Un coche que obtuvo el Certificado de Autenticidad en el Lamborghini Polo Storico, tras ser allí revisado. Pero es, por sobre todas las cosas, un ejemplar que nos abre oportunidades. Su pasado es digno de darle continuidad en una siguiente entrega: fue el coche de seguridad del Gran Premio de Mónaco de 1981.
Finalmente, la musa de los Lamborghini clásicos de todos los tiempos. Un rojo Lamborghini Miura SV, también poseedor del certificado del departamento de conservación –lo obtuvo en 2018–, participó en el Concurso de la Elegancia dentro de la Clase C denominada Renacimiento: La madurez del deportivo europeo de posguerra, donde fue el único coche representante del fabricante italiano.
Cada vez que aparece un Miura SV hay que detener lo que uno está haciendo y no es la primera vez que sucede. Este modelo 1972 es tan rojo por fuera como uno de 1971 conocido por ser el primero en importarse a Estados Unidos. Sin más de mi parte, aquí la secuencia completa de los coches de Villa d’Este 2025, cortesía del canal Acriore, con el Diablo SVR en el minuto 16.
Mauro Blanco
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