Llevamos tiempo esperando tras haber visto el concept car y algunas fotos de esas llamadas “espía”, para ver cómo se hace realidad lo que se venía diciendo. El nuevo Nissan Z, el reemplazo del Nissan 370Z y nuevo miembro de la saga “Fairlady” ya es una realidad, presentado en Duggal Greenhouse (Brooklyn, Nueva York), muy cerca de donde se presentara el Datsun 240Z. Un coche al que muchos estaban esperando y que seguirán esperando, porque no llegará a Europa.
El Viejo Continente no es un buen mercado para los deportivos, a no ser que tengan una carrocería SUV aunque entonces. como ya imaginaréis, no es un deportivo. Solo los sellos premium se permiten el lujo de tener un coupé deportivo y venderlo con relativa facilidad, para el resto es terreno vetado, como ya hemos podido ir viendo. Actualmente, los únicos coupés que sigue habiendo en el mercado son de marcas premium, principalmente alemanas, con la excepción de Toyota y los GR86 y Supra, así como el inmortal Ford Mustang.
Por eso no veremos al Nissan Z por aquí, al menos en un principio. Nissan solo ofrecerá modelos SUV en Europa, los coches más rentables del momento. Nos quedaremos con las ganas, aunque eso no impide que si alguien quiere, se lo traiga de Estados Unidos, donde sí estará disponible este nuevo modelo japonés que, por si te lo estás preguntando, tendrá los 400 CV que se han venido rumoreando y va, directamente, a enfrentarse con el Toyota Supra. Estaremos pendientes de las comparativas de la prensa yankee, donde el nuevo Supra ha calado muy hondo.
Propulsor V6, cambio manual y propulsión
Nissan se hace eco del primer lanzamiento del Datsun 240Z, para hacer hincapié en las prestaciones y el carácter de este nuevo Z. Aquel primer Datsun era un coche hecho por entusiastas, pensado para entusiastas, algo que según afirman, se ha trasladado a la nueva entrega de los “Fairlady”. Y hasta cierto punto, aceptamos dicha afirmación, pues curiosamente, apuesta por la transmisión tradicional con tres pedales y no por una automática, como se ha hecho costumbre durante los últimos años.
De todas formas, cabe destacar el cambio que se ha llevado a cabo en el mercado. Antes, los conductores estadounidenses siempre o al menos en el mayor número de casos, un cambio automático, sin importar el tipo de coche, mientras que en Europa el cambio manual era el predominante. Ahora es al revés, en Estados Unidos, los amantes de los coches quieren un cambio manual mientras que aquí, en el Viejo Continente, esta opción está desapareciendo a marchas forzadas incluso en el segmento de los coches urbanos (quizá, donde más sentido tengan).
El nuevo Nissan Z monta, por tanto, un cambio manual de seis relaciones, como hicieron el Nissan 350Z y el 370Z. De hecho, al igual que estos dos modelos, también se esconde un bloque V6 bajo el capó delantero, pero en esta ocasión sobrealimentado por dos turbos y no atmosférico. No faltará el cambio automático en opción, con nada menos que 9 relaciones, pero es un elemento opcional, no de origen. El motor, con 3.0 litros, rinde 400 CV y 475 Nm de par.
Por primera vez, un Nissan de propulsión tiene una transmisión con un sistema de control de asistencia de arranque avanzado. Las unidades equipadas con el cambio automático, equipan control de lanzamiento (launch control), pero no tendrán el árbol de transmisión fabricado con fibra de carbono que si tienen las versiones con cambio manual.
Diseño… ¿neo-retro?
Si por algo ha destacado el nuevo Nissan Z desde que se presentó el prototipo, es por su diseño. Desde el primer momento se ha dejado claro que la marca buscaba unir el pasado con el presente, recuperar lazos con aquel primer Datsun y en parte, se puede apreciar que así es. La versión final de producción mantiene todos los rasgos del concept intactos, sin cambios aparentes y eso, podría ser un revulsivo muy importante para el coche, porque desde el primer momento los aficionados han alabado su línea y sus formas.
A modo de apunte personal, el frontal no acaba de convencer, pero no cabe duda que la inspiración llega desde el Datsun 240Z y otros tantos “Fairlady”. La zona trasera, por ejemplo, es una reinterpretación de lo visto en el Nissan 300ZX de los 90, mientras que el frontal es una nueva visión de frontal del 240Z, incluso equipa en los faros dos semicírculos LED para imitar un faro redondo. Incluso la vista lateral recuerda ligeramente al Datsun 240Z.
Donde no hay parecido alguno es dentro, en su habitáculo. Aquí, la modernidad y las tendencias marcan la pauta, pues aunque es un coche para puristas, pocos aceptarían pagar lo que valdrá el nuevo Nissan Z sin tener pantallitas o mandos táctiles. Nissan afirma que para el diseño, el equipo responsable se ha inspirado en generaciones anteriores, pero ya se sabe lo que dicen desde las marcas en lo referente a sus propios coches. ¿verdad?
Indiferentemente, el diseño no es recargado y tiene la digitalización justa, manteniendo mandos físicos básicos (calefacción, luces…) combinados con una pantalla central y otra para la instrumentación. Esta última tiene 12,3 pulgadas y tiene tres modos de visualización. Los asientos se han diseñado usando los conocimientos técnicos adquiridos en el desarrollo del Nissan GT-R y todo se puede decorar en base a tres ambientes: grafito, rojo y azul.
Solo para tus ojos
Como se ha comentado al principio, no llegará a Europa, al menos en un principio. Al parecer, se está intentado que Nissan cambié de parecer y finalmente, traiga el nuevo Z al Viejo Continente, pero por ahora, no contéis con ver alguna unidad por las calles ni en vuestras carreteras de curvas favoritas. Solo podremos verlo en fotos.
No se han publicado precios, aunque será más caro que el Nissan 370Z sin dudarlo. Las entregas comenzarán en primavera de 2022 en Estados Unidos.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".El viejo continente es ya viejo hasta para las novedades automovilísticas con personalidad y carácter. Hemos aceptado sin rechistar el cambio de los automóviles pasionales o con “alma”, por electrodomésticos recargables a 220v, con el único propósito de llevarnos del punto A, al B, de una forma casi autónoma.
Me parece un acierto en todos los aspectos este nuevo Z, conservando todo aquello que lo ha traído hasta aquí desde 1969 cuando Yutaka Katayama ordeno el diseño y fabricación de la primera generación.
Nos estamos dando tiros en el pie continuamente. En Europa, los burócratas piensan que con soluciones locales (coche eléctrico en Europa) van a dar soluciones globales (polución de la atmósfera, por China e India en su mayor parte: https://ourworldindata.org/grapher/annual-co-emissions-by-region). Para contextualizar, India emitió aproximadamente el mismo CO2 en 2019 que toda la Europa de los 27. Y en medio, quedamos los apasionados del automóvil, privados de novedades como este nuevo Z de Nissan…
Los apasionados, señor Pablo, somos los peores compradores para las marcas. Lo sabes. De todas formas, las marcas están obligadas a seguir a “pies juntillas” todo lo que dicen desde el mando de la Unión Europea, un grupo de personajes que no tienen ni p*** idea de nada, pero lo controlan todo, ahí está la intención de prohibir los coches con motor de combustión en 2030 o 2035 (ya no se ni que fecha quieren… ), unos plazos que no son realizables y de serlo, lo pagaremos los usuarios.
Los plazos son realizables si la industria va en plan todos a una, no que cada uno haga la guerra por su cuenta. Coches como el Nissan Z se venden en números muy bajos en Europa, y ahí están las cifras. La gran mayoría se venderán en Estados Unidos.
“Todos a una”, ahí está uno de los problemas. Los fabricantes de coches son empresas, que luchan entre sí, para llevarse la mayor parte del pastel. Es decir, como cualquier otra empresa, incluso los bares de mi barrio “luchan entre sí”. A veces colaboran por reducir costes y poder tener mayores ingresos, pero a veces. Irán “todos a una” cuando nos les quede otra como han hecho en otras ocasiones.