La versatilidad del small block de GM parece no tener límites, el V8 es capaz de, con las modificaciones pertinentes, hacer palidecer a muchos big block. En este caso se trata del trabajo de un taller de McKinney, Texas, HorsePower Research, que está haciendo el motor LS más grande del mundo, y está dotando de una capacidad de 527 pulgadas cúbicas para este “small block”. Esto, traducido debidamente a un sistema que no utilice dedos como señal de medida, son 8.635,98 centímetros cúbicos.
A lo largo de la década de los sesenta, la distinción entre motores de bloque pequeño y de bloque grande se puso de moda en Estados Unidos, con la revolución de los muscle cars que puso en auge los motores de bloque grande con cilindradas cada vez mayores. En unos pocos años, números como 383, 390, 392 y 396 se transformaron en números como 429, 440, 454 y 460, y esos fueron los bloques grandes que ser pudieron ver. A este lado del atlántico esos números nos suenan a chino, pero allí era pan de cada día.
Hoy, el preparador HPR tiene la oportunidad de fabricar un par de motores de bloque pequeño que hacen que suene irónica esta denominación, gracias a un cliente del área de Dallas llamado Ed Loutherback, quien encargó dos motores de dicha cilindrada para dos coches distintos. Los motores tendrán varias diferencias, ya que uno será orientado a carreras de aceleración montado en un Pontiac Trans Am de 1995 (también conocido como Firebird) destinado a la Semana de Drag HOT ROD de este año, y el otro será para un auto de calle, un Chevy Biscayne de 1965.
Una de las cosas destacables de ambos bloques es que en ningún caso contarán con sobrealimentación, por lo que todo dependerá de la potencia y el par que sean capaces de extraer de su cigüeñal con aspiración natural. Esto hará que haya que tener en cuenta cada pieza del motor para que no haga de cuello de botella y limite la potencia final obtenida, cada pieza tiene que ser la adecuada, por lo que hagamos un repaso de los puntos críticos a los que se ha enfrentado el taller de Texas.
Para empezar la construcción de este monstruoso motor se partió del bloque LS de aluminio, pero fabricado por el preparador RHS, que añade casi 13 milímetros más de carrera al modelo estándar de 6 litros de cilindrada. Al instalar todo en este bloque fueron necesarias unas bielas acordes a esta carrera larga, fabricadas por Sonny Bryant, las bielas en H se encargarán de soportar el par. Aquí encontramos la primera diferencia entre ambos motores, el de calle alcanzará una relación de compresión de 11,75:1, mientras que el de carreras alcanzará los 15:1 gracias a la utilización de gasolina de mayor octanaje.
En la parte superior de ambos motores se encontrarán culatas trabajadas mediante CNC muy similares, con puertos de admisión ovalados, válvulas de titanio y balancines de acero. Para empujar esos balancines se contará con árboles de levas con mayor elevación, que alcanza los 25,5 milímetros, una alzada enorme para darle aire a esta máquina de convertir oxígeno en par. El punto en el que más se diferencian ambos motores es en la admisión, ya que a pesar de contar ambos con inyección electrónica sus objetivos son muy distintos.
El modelo de calle contará con una unidad de inyección Hilborn que alimentará los ocho cilindros con la ayuda de una admisión firmada por Holley. Esto hará que la respuesta al acelerador sea instantánea, con una curva de par temprana y suave para su uso en la calle, además del cuerpo de admisión que asomará por el capó del Biscayne y dejará boquiabiertos a propios y extraños. En el de drag encontramos algo similar a la admisión de un Fórmula 1, con inyectores que pulverizan gasolina a las mariposas individuales de 2,5 pulgadas.
Todo esto se traduce en unos monstruosos 825 CV para el Chevy Biscayne del año 65, que será equipado con un sistema de cárter seco. El precio de un motor así ronda los 38.000 $, pero no parece tan exagerado cuando el motor sobrealimentado de MOPAR, el Hellephant de 6,2 litros, sale por 30.000 $ y no tiene nada de artesanal. Si nos vamos al que se instalará en el Pontiac Trans Am de 1995, la cifra de potencia se dispara hasta los 1.150 CV, y el precio alcanza los 58.000 $, nada mal para un atmosférico de carrera larga.
Francisco Javier Rodriguez
En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.COMENTARIOS