Vaya formar de devolverle la vida a uno de los tridentes más importantes. Evento canónico, efecto mariposa, llámenlo como les parezca, pero sin Crisis del Petróleo no se llegaba a una de las soluciones técnicas que marcaría un punto de inflexión, sobre todo, para los fabricantes de deportivos de altas potencias, Maserati inclusive. La manera de concebir sus fórmulas mecánicas cambiaba para siempre con la implementación de los turbocompresores en los motores que, sin remedio, resignaban cilindrada para cumplir con el máximo de dos litros decretado en las nuevas normativas fiscales y así evitar los impuestos que cabían a aquellos modelos que excedían dicho desplazamiento.
Uno de los coches impulsores de esa era fue el Biturbo, el primero en Maserati con este tipo de motorización, el primero en general. Fue, además, el punto de partida de los modelos del fabricante italiano para las siguientes dos décadas. Sin esta disruptiva concepción mecánica no se hubiera llegado al Maserati Shamal 1990, probablemente el más indiscreto en el árbol genealógico del Biturbo –considero que más que el Karif y e incluso más que el Racing, contemporáneo a su ciclo, por mencionar otros que hacían gala de su apariencia agresiva– y en el que, para su comercialización, el doble turbocompresor pasó de acompañar al V6 a un V8 3.2 con el que generaría una potencia máxima de 326 CV.
Aquel Maserati Shamal es el que ya está en camino de merecida resucitación. Revitalizado, con una producción mucho más exclusiva que los 369 ejemplares fabricados durante sus seis años de producción en serie y con una aclaración con la que me veo obligado a introducir: a diferencia de casos recientes como el regreso del Bertone Runabout, este próximo lanzamiento limitado a 33 unidades no es asunto de Maserati, sino de una firma local que elabora versiones de modelos existentes. Modena Automobili, una naciente casa especializada en restomods, ha presentado en las últimas horas, a través de las primeras imágenes digitales, su proyecto debut: el Project MA-01.
Maserati Shamal vs. Project MA-01: Similitudes y diferencias
Su homenaje al Shamal, su gran carta de presentación, que, tal parece, será la culminación de un proceso que comenzó con bocetos que habían tomado como referencia al Maserati Biturbo. Comparo este restomod con el craneado por Marcello Gandini y es notable la fidelidad, tanto en sus líneas de diseño como en los guiños hacia los elementos que distinguían al modelo de serie. Sobre esto último, no podían no estar los característicos y peculiares pilares B unidos por la continuidad sobre el techo, que le daban al Shamal y ahora le dan al Project-MA01 la función de arco antivuelco. Cerca, una marca registrada del modelo original: el emblema del tridente sobre la tapa de carga de combustible.
El logotipo de Maserati también se aplica en la zaga, donde un alerón fijo se presenta como novedad y el resto es una secuencia de reinterpretación de secciones. Pilotos rectangulares y los dos tubos de escape por lado, aunque con una considerable diferencia entre ellos: un difusor que se aleja de la parrilla del Shamal y una reubicación de la hendidura destinada a la matrícula.
Los faldones laterales son parte del mismo concepto estético aerodinámico del difusor y es algo que lamento, pues los del Maserati aportaban a la identidad de diseño del Shamal. En una edición tan limitada, ir por lo fácil sin permitirse experimentar, apostando por tomar aquel elemento y darle una propia impronta sin dejarlo de lado, es, sin dudas, una decisión desacertada de parte de Modena Automobili.
En el perfil, las angulares líneas de los pasos de ruedas sí reaparecen, aunque con algo más de sutileza. Esto cambia al comparar los coches de frente, pues la silueta de la anchura del modelo de serie se respeta en el MA-01 a rajatabla. Cuando les hablaba de notable fidelidad, me refería, precisamente, al morro. Cada uno con su estilo, sobre todo en las parrillas –obsérvese el trazo curvilíneo de la del restomod– y en las ópticas, que ahora van todas juntas en la parte superior, despejando así la parrilla baja. En las molduras del capó y de los laterales, los amigos de Modena no han querido moverse ni a la más ínfima modificación, y está bien.
De regreso al V6: Un seis cilindros con ingeniería Maserati y Ferrari
En estos trabajos, los chasis del modelo original suelen escanearse y reestructurarse si es que al restomod se le aplica un motor diferente y más poderoso. El caso del Modena Automobili no es la excepción. En lugar de aquel V8 a 90 grados, el V6 de tres litros del Maserati Ghibli S, que ofrecerá a los 33 clientes una máxima de 500 CV. Con ese gran aumento de potencia, el Project MA-01 obtendrá mejores prestaciones: una aceleración de 0 a 100 que en el Shamal se cumplía en 5.3 y que para esta edición bastarán 4.7 segundos, una velocidad máxima que pasa de los 270 a los 285 km/h. Dato no menor para cerrar: los destinatarios pondrán en marcha un corazón que tiene tanto de Maserati como de Ferrari, ya que el V6 del Ghibli S es un motor desarrollado por ambas firmas italianas en conjunto.
Otro atributo que encontraremos en su tren motriz radica en la caja de cambios, heredada también del Ghibli S. El manejo y el alto rendimiento de esta versión de Modena Automobili promete, en buena medida, por las transiciones entre marchas bien cortas, de apenas 150 milisegundos, para ser exacto. Resultados producto, informan desde los canales oficiales, de una calibración especial a la cual ha sido sometida la caja automática de ocho velocidades.
Su interior, la deuda
Ahora, a esperar y confirmar cuando lo veamos quemando neumáticos en pista, pues más le vale a la casa creadora ponerlo a prueba cuando pase del ordenador a la realidad. Circuitos en la región abundan, no hay excusas. Si nos quieren convocar para hacer los honores, claro está, no nos haremos ningún problema. Lo olvidaba: Modena Automobili está en deuda, pues tanto información como imágenes preliminares del interior, de momento, brillan por su ausencia.
Mauro Blanco
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