Cuando se anunció la llegada del Dodge Charger eléctrico, se esperaba que fuera un coche importante, no en balde, era el primer Muscle Car eléctrico y prometía ponerlo todo patas arriba. Los americanos no dejaron nada al azar, ni siquiera el tema del sonido, una cuestión delicada en lo que se refiere a coches deportivos; más todavía en el caso de un Muscle Car, siempre ligado al gorgoteo de los motores V8. Lo que nunca llegaron a pensar es que, el Dodge Charger eléctrico sería un rotundo fracaso.
Lo que ocurre con los coches eléctricos es algo digno de estudio, ¿acaso no se han hecho estudios de mercado antes de ponerse a crear coches eléctricos a cascoporro? No hablamos de un producto de 10 euros, hablamos de algo que cuesta de cara al público miles de euros y que, a la misma empresa, le ha costado millones de euros. Se entiende, hasta cierto punto, que coches como el Alfa Romeo 33 Stradale tenga una versión eléctrica –de la que nadie se acuerda, por cierto–, es un modelo muy exclusivo y la cuestión de los motores eléctricos podría ser un gancho para su venta. Pero, ¿un Muscle Car?
El resultado ya lo conocemos todos, se ha comido con patatas los Charger eléctricos y han tenido que volver al motor de combustión. No es que hubiera desaparecido de la gama, pero si es cierto que Dodge le doy máximo protagonismo a la versión eléctrica y algo menos al equipado con motor de combustión, hay que vender, por encima de todo, la variante eléctrica. Y si nos basamos en las declaraciones de la prensa yankee, siempre tan críticos con sus coches, vemos que, aunque tenía fallos, las versiones eléctricas “cautivaron” –así son sus propias palabras– a muchos de los periodistas del equipo.
Todo apuntaba a que el nuevo Dodge Charger iba camino del ostracismo, uno de esos coches que apenas recuerdan cuatro fanáticos y porque, sencillamente, es miembro de una saga mítica al otro lado del Atlántico. Sin embargo, la marca puso en circulación el Dodge Charger Sixpack y, al parecer, todo cambia bastante. No tiene un motor V8, pero sí un seis cilindros biturbo al que le sobra poderío y que ha llevado a revistas como Motor Trend, una de las portadas más potentes de Estados Unidos, a decir que “el nuevo Dodge Charger ha sido arreglado casi por completo”.
Los medios estadounidenses ha podido probar ya el Charger Sixpack y todas las portadas, o casi, lo destacan claramente. Además, casi todos afirman lo mismo: el Charger Sixpack es como debería haber sido esta generación de Muscle Car desde el primer día. Si tomamos otra vez a Motor Trend como referencia, nos encontramos que, en una de las partes de la prueba, dicen claramente que “en esencia, el Sixpack de gasolina resuelve las mayores debilidades del eléctrico. Es significativamente más ligero, tiene mucha más autonomía y además hace un ruido inconfundible y derrapa con espectaculares quemadas de rueda”. Esto último, quizá parezca un flipada yankee, pero allí, si un deportivo no es capaz de “quemar rueda” con facilidad, no merece ser llamado deportivo. Es como una obsesión, mientras aquí lo primero que buscamos son tres o cuatro curvas enlazadas y una recta para rematar, ellos se buscan una explanada para hacer ceros…
Ojo, por mucho que tenga un motor de combustión no es un “auténtico” Muscle Car, es casi lo que pedían los fanáticos del modelo. De hecho, resumen la conducción de forma bastante ilustrativa: se siente más como un sedán deportivo que como un Muscle Car. Un sedán deportivo grande, del etilo de un Mercedes-AMG S63.
El motor rinde 550 CV y 720 Nm de par y el año que viene se pondrá en circulación el Charger R/T con 420 CV y 635 Nm, que además, también contará solo con transmisión a las ruedas traseras. El Scat Pack, que es como realmente se llama esta versión del Charger, es tracción total con embrague húmedo que le permite presumir de un 0 a 400 metros en poco más de 12 segundos. Eso es muy rápido.


1
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS