En pleno verano de 2020, en fatídico año que será recordado por la pandemia de SaRS-CoV2, Cadillac nos presenta un enorme SUV de motor eléctrico que, junto a su nuevo lenguaje de diseño, también anunciaba otra serie de cosas. Por ejemplo, Cadillac será un fabricante, en exclusiva, de coches eléctricos, para el año 2030. Un camino que han decidido tomar muchas otras marcas y que, esperemos, sea el acertado porque actualmente un coche eléctrico no es ni mucho menos la mejor opción del mercado.
Aquel SUV era el Cadillac Lyriq, un automóvil que se dio a conocer en formato concept y que ahora se muestra en su versión definitiva, la que se podrá comprar en cualquier concesionario Cadillac a partir de 2022. Será el primer modelo en la estrategia de electrificación total de la marca americana y a simple vista, apenas varía nada respecto a concept car presentado hace casi un año (se presentó en agosto de 2020). Y es que, como hacen todos, los futuros coches eléctricos deben ser especiales y además, parecerlo. Será la excusa para que los diseñadores tengan algo más de libertad en cuanto a imaginarse nuevas tendencias.
El coche eléctrico, como ya hemos comentado muchas veces, supondrá un enorme cambio en el sector del automóvil, pero no solo en lo referente a tecnología. También habrá un cambio radical en cuanto al uso que se da al vehículo, la interacción con el mismo, el diseño o incluso la interacción del propio coche con el entorno. Es la puerta de entrada a una nueva era para la industria y la nueva hornada de vehículos eléctricos es el primer paso. Sobre todo teniendo en cuenta que, como siempre ocurre con las nuevas tecnologías, los grandes avances en la tecnología se aplican a coches caros, muy caros. Y grandes.
Quien acuda a un concesionario de Cadillac a por un Lyriq, se encontrará con un enorme SUV de casi cinco metro de largo (4.996 milímetros) y casi dos metros de ancho (1.977 milímetros), que gracias a una batalla de 3.094 milímetros, ofrecerá un habitáculo tan grande como su exterior. Habitáculo, por supuesto, plagado de lujo y materiales nobles, donde destaca la instrumentación digital con pantalla curva de 33 pulgadas. La madera y las aplicaciones de metal se han tratado con láser y esconde un equipo de sonido AKG con 19 altavoces, así como un sistema de cancelación de ruido que hace todavía más silencioso desplazarse en el Cadillac Lyriq.
El maletero, con 793 litros, es de los más grandes que se pueden encontrar un automóvil que no es un vehículo comercial, llegando a los 1.723 litros en caso de abatir el respaldo trasero. Al ser un modelo diseñado desde el primer momento para ser 100 % eléctrico, no hay problemas con las baterías que roban espacio habitable, pues van colocadas, como cabe esperar, en el piso. Contarán con una capacidad de 100 kWh, ofreciendo una autonomía de 483 kilómetros, alimentando un motor que se coloca sobre el eje trasero y rinde 345 CV y 440 Nm de par. No, no hay más motores, solamente uno.
Las baterías admiten carga rápida de hasta 190 kW, pudiendo, en estas circunstancias, recargar 122 kilómetros de autonomía en 10 minutos. A través de una toma doméstica, la carga es de 84 kilómetros por cada hora que esté enchufado.
Esto será en el momento del lanzamiento, pues Cadillac ha confirmado que irán llegando más versiones según avance la comercialización del coche. Habrá versiones más potentes, una variante tipo “V” (la letra que usan en la compañía para sus versiones más prestacionales) y también habrá otra con tracción a las cuatro ruedas. No han dicho cuándo llegarán, pero seguramente sea a lo largo de 2022, tras el inicio de las ventas.
La lista de equipamiento y de funciones es similar a la de cualquier otro eléctrico, con regeneración de energía según demanda (el conductor puede regular la cantidad de regeneración y por tanto, de retención que genera el motor). Destacar igualmente el sistema Super Cruise, una conducción semi autónoma ya conocida de la marca.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS