El Aston Martin Cygnet es, casi con total seguridad, el Aston menos Martin de todos los que han podido salir de la fábrica de Gaydon (Reino Unido) desde que fue fundada la marca. La necesidad de bajar las emisiones de su gama de vehículos obligó a la firma inglesa a lanzar este urbanita. Siendo sinceros, tan solo era un Toyota iQ con un interior más lujoso y cuatro tonterías más que era cobrado a precio de diamante.
Tan solo estuvo dos años en venta, pero ahora renace para el Goodwood Festival of Speed con ciertas mejoras que sí que lo hacen más Aston Martin y menos Toyota gracias al departamento Q de Gaydon. Bueno, de Toyota queda la base, ya que sus entrañas han sido profundamente modificadas. En lugar de un quisquilloso motor de cuatro cilindros y 1.3 litros, bajo su capó encontramos el V8 de 4.7 litros y 430 caballos del Vantage S, con su caja de cambios automática de siete velocidades.
Entre 2011 y 2013, tan solo se vendieron 593 unidades del Cygnet en todo el mundo.
Pero eso no es todo, este Cygnet único, creado a petición de un cliente muy especial, se ha pasado a la propulsión. Por esta razón, el micro-Aston Martin ha dado un giro de 180 grados frente al modelo original: el chasis ha sido modificado en profundidad para acoger el nuevo tren de rodaje, el eje de transmisión y caja de cambios del Vantage se ha recortado, existe un nuevo túnel de transmisión y las aletas han sido ensanchadas para asumir con dignidad el nuevo incremento de potencia. A opinión personal, se podría haber resuelto mejor este último aspecto.
El coche apenas mide 3,71 metros de largo y su distancia entre ejes es de 2,02 metros, por lo que ha sido un logro instalar el tren de rodaje del V8 Vantage en un coche muchísimo más pequeño. Pensemos que antes tenía un motor transversal y era de tracción delantera. Ahora, tanto caja de cambios como propulsor están colocados de forma longitudinal sin haber aumentado en un solo centímetro la longitud del coche. Sin embargo, la posición de conducción y el cortafuegos delantero ha tenido que ser retrasado para acoger este V8.
No solo se ha ensanchado y se ha metido el ocho cilindros de 4.7 litros bajo el capó. El departamento Q también ha tenido que fabricar una admisión, un escape y sistemas de refrigeración a medida. En su interior hay unos asientos baquets Recaro, un tablero de fibra de carbono, instrumentación del Vantage -así como su electrónica y cableado-, sistema de extinción de incendios y un pedal de freno construido específicamente para este coche.
El Aston Martin Cygnet original hacía el 0 a 100 km/h en 11,8 segundos y alcanzaba los 171 km/h de velocidad máxima. Nada que ver con esta reinterpretación.
Por otra parte, estas modificaciones han incrementado el peso del conjunto. No es un coche ligero, pues pesa 1.375 kilos, aunque su reparto de pesos es 50:50. Su relación peso-potencia es de 313 CV/tonelada, lo que le permite cubrir el 0 a 96 km/h (0-100 mph) en 4,2 segundos y alcanzar una velocidad punta de 274 km/h. No solo es más rápido que el Cygnet original, sino que también es más rápido que el Vantage S del que toma prestado tantas piezas.
Para detener tanta potencia en un frasco tan pequeño, las llantas de 19 pulgadas alojan en su interior discos de freno de 380 mm sobre el eje delantero, con pinzas de seis pistones pintadas en amarillo. Un color que contrasta a la perfección con el clásico Buckinghamshire Green de la marca. En el vídeo lo podemos ver en movimiento y, al menos su sonido no decepciona. Desde luego, hay que tener manos para pilotarlo.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS