Cadillac ha mostrado en redes sociales un proyecto secreto desarrollado hace seis años

Cadillac ha mostrado en redes sociales un proyecto secreto desarrollado hace seis años

Un coche con el que se experimentó con líneas de diseño que finalmente acabaron en producción


Tiempo de lectura: 4 min.

Expressive Coupé. Así es como Cadillac define a un proyecto de estudio que han dado a conocer en redes sociales. Un modelo que no tiene visos de llegar a producción pero que, al parecer, es el resultado de seis años de trabajo. Un secreto que bien podría ponerse en las calles, pues presenta unas formas y unos volúmenes interesantes y musculosos, y por supuesto, porque sería un jarro de agua fresca en un mercado saturado de aburridos SUV carentes de personalidad.

Hace cosa de seis años, apareció una noticia sobre el registro de unas patentes sobre un coupé de Cadillac, que, como suele ser habitual, provocó toda clase de especulaciones. Lo menos, afirmaron que se trataba del próximo “coupé eléctrico” de la compañía norteamericana, algo así como un segundo intento tras el fiasco del Cadillac ELR, lo que más, apostaban, incluso, por su puesta en escena durante la celebración del Concurso de Elegancia de Pebble Beach, que se celebraría el 26 de agosto de 2018, un evento donde Cadillac ya había presentado otras creaciones anteriormente.

La idea de un modelo de producción estaba ahí y por lo general, todo el mundo se olvidó de que los fabricantes registran toda clase de patentes constantemente y muchas de ellas nunca pasan de eso, de un registro de patente. Incluso existen casos que han terminado completamente olvidados, o casi. Y este podría ser el caso, al menos para nosotros, que tras aquello y tras la celebración del evento en Pebble Beach, no volvimos a acordarnos del coupé yankee ni de su registro en la oficina de patentes. La propia Cadillac mantuvo un total silencio al respecto y ahora, nos muestra imágenes de lo que escondía aquella patente.

Cadillac Expressive Coupé

De entrada, como hemos dicho al inicio, nos encontramos con un coupé más que interesante, un coche atractivo visualmente, con ciertos rasgos que recuerdan un poco al Chevrolet Camaro –las proporciones de carrocería, la línea que dibuja el capó con el parabrisas y el techo, las formas de la parte trasera… – y que, además, lleva el lenguaje de diseño de la marca un nivel bastante agresivo a la par que elegante e incluso con clase. Una combinación que no suele ser común, sobre todo ahora, en la era del postureo, de las salidas de escape falsas y de tomas de aire que no son tales. Destaca la simpleza de las superficies, la ausencia de líneas de tensión y el buen equilibrio entre el tamaño de las ruedas, la superficie de chapa y el tamaño de la superficie acristalada.

Obviamente, no es un coche que vayamos a ver en producción, a no ser, claro está, que la marca comience a recibir ofertas muy jugosas que hagan cambiar de opinión a los responsables y por lo general, ni siquiera eso suele hacer que un coche que no tiene destinada la producción, acabe en la línea de montaje.

Cadillac no ha dado muchos detalles sobre el coche, tan solo han comentado que “fue creado como una exploración interna de la estética de Cadillac. Dio forma a una cartera de productos que se encuentran actualmente en circulación, incluidos el CT5 y CT5 V-Blackwing”.

 

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Y he ahí el motivo de su registro en la oficina de patentes, pues los rasgos que presenta han sido la base para modelos que actualmente están en las tiendas. Obviamente, no lucen igual de bien, ya se sabe que los prototipos no tienen que lidiar con regulaciones y limitaciones presupuestarias.

La firma yankee retiró su último coupé del mercado allá por 2013, cuando presentó una edición final del Cadillac CTS Coupé y no hay intenciones de volver a poner en circulación ninguno en un futuro próximo. Ahora, solo interesan los SUV, y además, SUV eléctricos.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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