La lista de automóviles deportivos británicos de bajo peso va mucho más allá de Lotus y esconde algunas joyas relativamente desconocidas que merece la pena recordar. En muchas ocasiones, el anuncio de la subasta o venta de un ejemplar de cualquiera de estos modelos es la excusa perfecta para que revisitemos su historia, como podéis leer aquí con frecuencia. Hoy le ha llegado el turno al Berkeley Foursome, uno de estos particulares automóviles con ambiciones deportivas, que basan su atractivo en una masa muy reducida y que, en este caso concreto, esconde algunas soluciones poco comunes en su momento. Este es el anuncio de su subasta en Car & Classic.
Berkeley Cars fue una compañía británica creada como división del mayor fabricante de caravanas del mundo a mediados del siglo pasado, Berkeley Coachworks. Su propietario, Charles Panter, inició una colaboración con Lawrence Bondand, piloto de competición y diseñador de automóviles, quien quería construir un deportivo ligero de fibra de vidrio. En 1956 se funda Berkeley Cars y, poco después, el Berkeley Sports, su primer modelo, es presentado en el Salón del Automóvil de Londres, para pasar a ser comercializado de forma inmediata.
Berkeley Cars, fundada como división para fabricar automóviles del mayor productor mundial de caravanas de la época, fue pionera en la fabricación de automóviles con chasis mococasco de fibra de vidrio
Fueron 4.100 unidades de diferentes automóviles las que Berkeley Cars produjo durante los cuatro años que se mantuvo en actividad. Se cree que solo unos pocos centenares sobreviven aún hoy en día, y el Berkeley Foursome, lanzado en octubre de 1958, riza el rizo de la exclusividad, puesto que solo 19 ejemplares fueron construidos —20, si sumamos un prototipo de preproducción—. El colapso del mercado de caravanas provocó que Berkeley Coachworks quebrara, llevándose consigo la división de automóviles. Hace unos años os contamos aquí su renacimiento con dos nuevos modelos, aunque no existe confirmación del inicio de su producción.
Se trata de un modelo muy particular, con un planteamiento, en cuanto a su concepto, poco frecuente por entonces. Para comenzar, porque estaba construido sobre un chasis monocasco de fibra de vidrio. Este material ya se empleaba desde hacía algunos años para la fabricación de carrocerías de diferentes modelos, también deportivos, como por ejemplo el Chevrolet Corvette de 1953. Sin embargo, en todos estos casos el chasis era de acero y ningún otro fabricante había probado anteriormente a utilizar esta resina compuesta también para dicha estructura. A modo de contexto, cabe apuntar que el Lotus Elite, el primero con un chasis de estas características del fabricante fundado por Colin Chapman, fue lanzado al mercado en 1961.
Por otro lado, tampoco el empleo de un esquema de motor delantero transversal y tracción en este mismo eje era moneda de uso común en la industria en aquella época. Si bien es cierto que algunos modelos de DKW y Saab ya empleaban esta disposición desde hacía algunos lustros, aún habría que esperar a 1959 para que el Mini original de Alec Issigonis la popularizara definitivamente.
El Berkeley Foursome, un 2+2, movía sus 350 kg de peso gracias a un propulsor de dos tiempos y tres cilindros, habitual en motocicletas Excelsior
Una y otra solución conferían al Berkeley Foursome un carácter diferencial entre la competencia, con su muy reducido peso como aspecto destacado, puesto que no supera los 350 kilogramos. Y eso que, en el caso del Berkeley Foursome, su chasis estaba reforzado con algunas piezas de acero y aluminio. Para moverlo se confiaba en un propulsor de dos tiempos, fabricado por Excelsior para impulsar sus motocicletas. Con tres cilindros y 492 cc de capacidad, envía su potencia a las ruedas delanteras mediante una cadena conectada a una caja de cambios manual de cuatro velocidades.
El chasis que había servido de base para los modelos anteriores de la marca fue alargado y ensanchado para dar lugar a este Berkeley Foursome. Su configuración es de un 2+2, aunque las plazas traseras son de muy reducido tamaño, solo aptas para niños o adultos de muy baja estatura. Esta es la razón de su nombre, un término en inglés cuyas jocosas interpretaciones nos abstendremos de comentar. Cuenta con suspensiones independientes en sus cuatro esquinas y frenos de tambor en ambos ejes.
Cuando fue puesto a la venta a finales de la década de los años 50 del siglo pasado, el precio del Berkeley Foursome ascendía a unas 700 libras esterlinas —equivalentes a 20.120 euros de hoy—, que podía incrementarse en 28 libras —correspondientes a 813 euros actuales— más si se optaba por el techo duro ofrecido en opción. En su anuncio en Car and Classic, la puja ganadora fue de 8.650 libras esterlinas —prácticamente 10.000 euros, según el tipo de cambio a día de hoy—.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS