Hoy en día proliferan los SUV de todos los tamaños y colores, incluso de altas prestaciones. Sin embargo, a finales de los 90 no eran la tónica habitual. Teníamos como representantes más rápidos al Range Rover y el Mercedes-Benz ML con opciones V8; el BMW X5 y el Porsche Cayenne no llegarían hasta el 2000 y 2002 respectivamente. Desde el otro lado del charco salía este Ford Explorer que, tras pasar por las manos de Saleen, recibía la coletilla XP8.
Este SUV de tamaño medio (basado en el chasis de la camioneta Ranger) se vendió en nuestras tierras en su cuarta iteración (1995-2001); y ahora de nuevo. Respecto a sus contrapartes europeas, el Explorer basaba su atractivo en un amplio equipamiento a un precio más contenido, pero ni en cuanto a los ajustes del interior o a la dinámica de conducción se aceraba a ellos. Bajo el capó se escondía un V6 de 4 litros con 207 CV y 339 Nm como única opción, cuando el diésel empezó a imponerse.
Pero como en Estados Unidos las cosas funcionan de otra manera, siempre se puede hacer una máquina aburrida y algo que bien puede ser es uno de los SUV más geniales que la mayoría de nosotros nunca tenemos en cuenta. Saleen no solo modificaba Mustang, también construyó el Explorer XP8 entre 1998 y 2001, con un total de menos de 300 producidos. No es un coche fácil de encontrar, pero la unidad que ves en las imágenes ha sido publicada en el portal de compraventa Bring A Trailer.
La historia dice que Saleen solicitó un lote de Ford Explorer V8, pero, accidentalmente, Ford les envió modelos V6. En lugar de devolverlos, Saleen aplicó una capa de maquillaje y los vendió como XP6
Bajo el capó, como no podía ser de otra manera, se escondía el mismo propulsor V8 del Ford Mustang coetáneo. Con 5 litros de cilindrada y un compresor volumétrico, entregaba 290 CV y 451 Nm a las cuatro ruedas. Saleen también vendió algunos Explorer XP8 sin sobrealimentador, generando entonces 225 CV y 404 Nm. En el momento de ser presentado al mundo, tan solo el Mercedes-Benz ML lo superaba, con un ocho cilindros de 4,2 litros de 272 CV y 390 Nm (ML 430).
Para hacer que el ronroneo del bloque fuese más musical, el equipo de Saleen instaló tubos de escape firmados por Borla. El Explorer XP8 venía asociado a una transmisión automática de cuatro velocidades y un sistema de tracción total permanente. Desconocemos sus cifras en el 0 a 100 km/h o velocidad máxima, pero sabemos que hay una suspensión Racecraft más dinámica que baja la altura en cinco centímetros, cuatro frenos de disco y llantas de magnesio Speedline a juego.
Este ejemplar de 1998 es el número 28, y fue adquirido por el concesionario que actualmente lo tiene en venta este año, después de más de dos décadas con su primero y único propietario en Nueva Jersey. Sin duda, su tono rojo tinto con ruedas doradas no ayuda si lo que quieres es pasar desapercibido. Ni tampoco el kit de carrocería de Saleen, pero en parte es lo que lo hace también atractivo. No solo es un SUV más, es uno que puede ir muy rápido haciendo mucho ruido.
El interior cuenta con una tapicería de cuero marrón sobre una pareja de asientos deportivos Recaro (opcionales) con ajuste eléctrico. El equipamiento incluye ventanillas y seguros eléctricos, un equipo de sonido radio CD/cassette con controles de audio en la segunda fila de asientos y un subwoofer en el maletero, o un volante tapizado en cuero y madera. El velocímetro, tarado a 120 mph (193 km/h), alberga un odómetro mecánico de seis dígitos que indica 37.780 kilómetros.
Recientemente se le realizó un cambio de aceite, y viene con la factura original, el historial de mantenimiento y un informe Carfax completamente limpio. En su día costó 52.228 dólares, el equivalente actual a 82.000 dólares (75.000 euros). Al momento de escribir este post, la mayor puja ofrecida por este Ford Explorer XP8 de Saleen es de 9.300 dólares (8.600 euros). Es poco por todo un pionero en la industria, aunque está algo lejos: reside en Manheim, Pennsylvania (EE. UU.).
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS