Pagan 36.500 euros por un Chevrolet Corvette ZR1 (C4) de 1991 a estrenar

Pagan 36.500 euros por un Chevrolet Corvette ZR1 (C4) de 1991 a estrenar

Tan solo tiene 460 kilómetros y podría cotizarse aún más


Tiempo de lectura: 3 min.

Si bien no es algo completamente imposible de encontrar, lo cierto es que es realmente difícil encontrar un Chevrolet Corvette ZR1 de cuarta generación (C4) prácticamente a estrenar. Sin embargo, este podría ser tu día de suerte si este viajero del tiempo es tu sueño. Este ejemplar apenas cuenta con 460 kilómetros en el odómetro y acaba de ser vendido por menos de 40.000 euros.

Cuando el Corvette C4 aterrizó en los concesionarios en 1991, ocurrió algo curioso: algunas personas los compraron pensando que serían valiosos clásicos en un futuro. Los estacionaron en un garaje y los sacaron de vez en cuando; luego jamás volvieron a ver la luz. Al mismo tiempo, otras personas los adquirieron para conducir los fines de semana e ir a las exhibiciones, pero mantenidos con esmero dentro de cuatro paredes el resto de los días.

Y esta unidad en concreto pertenece a este grupo de personas. Estamos hablando de un automóvil que nunca ha sido matriculado y que ha sido propiedad de un concesionario Chevrolet que lo ha mantenido en su colección privada desde entonces. Como resultado, este Corvette ZR1 aún se encuentra bajo la declaración de origen del fabricante (MSO) hasta que se venda al próximo propietario.

1991 Chevrolet Corvette ZR1 Exterior (4)

Con algo menos de 7.000 ejemplares vendidos en cinco años, el Corvette ZR1 (C4) fue un deportivo bastante exitoso

Pero lo más importante es aquello que reside bajo el capó: un V8 LT5. Es decir, un bloque de aluminio de 5,7 litros desarrollado junto con Lotus, capaz de entregar 380 CV y 501 Nm a las ruedas traseras a través de una caja de cambios manual ZF de seis velocidades. El Corvette ZR1 (C4) sigue siendo rápido casi tres décadas después, ya que cubre el sprint de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos y puede alcanzar los 277 km/h de velocidad máxima.

El vendedor mencionaba que el vehículo acaba de recibir “un mantenimiento intenso” que incluye una limpieza para todo el sistema de suministro de combustible, electrónica revisada, cambio de aceite con el nuevo filtro y una batería de nueva factura, entre otros. Todo funciona correctamente, a excepción de dos altavoces que necesitan nuevos amplificadores Bose. Los neumáticos son originales, por lo que su nuevo dueño también debe reemplazarlos.

1991 Chevrolet Corvette ZR1 Interior (2)

Al ser el modelo cumbre de la gama Corvette en esa década, dispone un amplio equipamiento de fábrica. Eso se traduce en un techo desmontable de cristal, tapicería de piel de color negro y asientos ajustables eléctricos, aire acondicionado, sistema de control de crucero, ABS, airbag para el conductor, elevalunas eléctricos y cierre centralizado. El sistema de audio es el original, por lo que no dispone de lector de CDs, sino de cintas de casete.

Respecto al precio, los Chevrolet Corvette ZR1 (C4) han mejorado en los últimos años, pero están lejos del clásico valioso que algunas personas estaban dispuestas a especular a principios de la década de los 90. En 1991 se pagaba 58.995 dólares por este modelo, alrededor de 109.000 dólares de ahora (100.000 euros, aprox.). Este ejemplar ha sido adquirido por 40.000 dólares, 36.430 euros al cambio. Las matemáticas concluyen que no ha sido un buen negocio.

Al final acabará siendo un futuro clásico.

Galería de fotos

COMPARTE
Sobre mí

Luis Blázquez

Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.

COMENTARIOS

avatar
2000
 
smilegrinwinkmrgreenneutraltwistedarrowshockunamusedcooleviloopsrazzrollcryeeklolmadsadexclamationquestionideahmmbegwhewchucklesillyenvyshutmouth
Foto
 
 
 
  Suscribir  
Notificar de


NUESTRO EQUIPO

Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

Francisco Javier Rodriguez

En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.

Ángel Arias

La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.