Los coches anfibios son una realidad, aunque quizás no sea con una línea estética muy atractiva. La industria de la automoción está lleno de diseñadores con ideas locas y que rara vez cuajan, pero cuando lo hacen solo hay que admirarlos. Este es el caso del TVR Scamander, un coche polivalente que versa entre el todoterreno y los coches acuáticos, que parece que no, pero existen. Ahora, tras más de 12 años guardado, el nuevo prototipo británico se ha vuelto a poner en circulación y sus resultados son sorprendentes.
Esta brillante idea se quedó apartada en la lista de proyectos de sus creadores, quedándose en un viejo granero, pero ahora ya es apto para circular por las carreteras de Reino Unido. Su ideólogo, Peter Wheeler, falleció hace unos meses y su hijo, Jo Wheeler, ha sido la persona que lo ha puesto en funcionamiento. Después de hacer unos cambios, el heredero no se lo pensó dos veces y solicitó al Ministerio de Transporte británico (MOT), la homologación para circular, eso sí, sus intenciones a corto plazo pasa por ser expuesto en la Honourable Artillery Company de Londres del 4 al 6 de junio.
La intención de Jo Wheeler es ponerlo en circulación a gran escala de nuevo, ya sea en carretera o bien en un medio acuático. Este modelo, que sorprende por su capacidad de flotación y su alto grado de impermeabilidad, puede convertirse a corto plazo en uno de los prototipos que tomen por referencia en la producción de vehículos eléctricos por su rendimiento.
Una larga agonía
Su puesta en marcha no fue tan bien como se esperaba desde el inicio. Cuando se replantearon volver a poner en circulación el TVR Scamander hace unos meses, se evidenció que tenía varios problemas técnicos que hacían prácticamente improbable su circulación. La parte positiva para Wheeler era que al arrancar este prototipo antiestético y futurístico, el motor V6 de 3.0 litros de Ford arrancaba sin problemas, igual que su instrumentación y sistema de frenado, aunque tuvieron que reparar la pantalla digital del tablero y un problema sin determinar del tren motriz, algo que ya es cosa del pasado.
Este modelo, que comparte marca con el “coche más peligroso del mundo” que se conoce, el Cerbera Speed 12, rompe con cualquier lógica. Un ejemplo claro se encuentra en su sistema de tracción, que en vez de hacerlo a cuatro ruedas y se decidió hacerlo solo en dos con la intención reducir su peso. Al mismo tiempo, viene con una caja de cambios automática, que permite gestionar mejor la potencia del mismo. A este inusual coche se le suma una extraña posición de conducción, donde el conductor estaría sentado en el centro del coche y su motor estaría justamente detrás de él. Con un diseño propio de un escarabajo mutado, tiene un volante que puede elevarse para entrar y salir del coche con más facilidad y al mismo tiempo, tiene una importante capacidad de almacenaje. Sin duda, se trata de uno de los coches más raros que se recuerdan, pero que puede establecer las bases de esos coches del futuro.
Alejandro Delgado
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