¡A buenas horas! Después de meses de caída de las matriculaciones y haber acojonado tanto a clientes como fabricantes, el Gobierno empieza a suavizar sus mensajes. Raül Blanco, secretario general de Industria y de la PYME en funciones, ha dicho que “no hay ni habrá” prohibiciones a los diésel, entendiendo que se refiere a vehículos que ya están en circulación. Para futuras matriculaciones no lo tengo yo tan claro.
Las palabras de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, hicieron mucho daño, pero ella sola no fue la causante de que las ventas de gasóleo se desplomasen ya por debajo del 30 % del mix español. “El diésel tiene los días contados”, dijo, y claro, causó el pánico. Los fabricantes empezaron a descatalogar versiones de gasóleo y los clientes se están esperando a comprar otra cosa, o se han ido a motorizaciones alternativas, o directamente a versiones gasolina.
Luego suben las emisiones de CO2 medias y nos llevamos las manos a la cabeza
Híbridos, eléctricos y convertidos a GLP/GNC de fábrica han crecido por encima del mercado. El resto de matriculaciones perdidas de gasóleo se han ido a versiones de gasolina, que emiten más CO2 por kilómetro que los diésel, es una cuestión de química básica. El CO2 no contamina, aumenta el efecto del cambio climático antropogénico, el producido por el hombre y la mujer, ese que los necios, negacionistas y gilituercas no aceptan que está sucediendo aunque les estampen los datos en la cara.
Lo que empezó la espantada de clientes fue el anuncio de que gasóleo y gasolina equipararían su fiscalidad, es decir, 9 céntimos y pico más por litro de gasóleo en concepto de impuesto de hidrocarburos. Gobernaba todavía el PP, no se había producido la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a La Moncloa. Y el PP seguía instrucciones de la Unión Europea para armonizar fiscalmente los combustibles, ya que a estas alturas el gasóleo no hay que bonificarlo con menos impuestos porque no estamos en los años 80.
Lo peor que pasaría, y al cabo de años (ya que sería una subida progresiva), es que gasóleo y gasolina pasasen a costar lo mismo por litro. Un diésel seguiría siendo rentable a quien se mueve mucho, simplemente sería menos rentable y habría que mover más el coche. Hasta la patronal ANFAC ha desligado el desplome de matriculaciones solo a las palabras de la ministra.
Ahora mismo la gasolina padece una doble injusticia. La primera es que un motor Otto (gasolina), a igualdad de masa y forma que mover, se bebe más litros que un motor Diesel, dada la diferencia de energía por litro de un combustible y otro, y que el ciclo Diesel es más eficiente. La segunda es que un litro de gasóleo es más barato que uno de gasolina, por lo que llenar el depósito siempre sale más barato a un “petrolero”. Igualar los impuestos no debería ser percibido como un drama venezolano, pero se han explicado con el culo.
Mucha gente me ha transmitido su preocupación de que un diésel sea retirado de la circulación en el futuro, aunque esté nuevo, y claro, así cualquiera se “arriesga”. Lo cierto es que se han comentado en planes de limpieza del aire de un par de ayuntamientos sueltos la posibilidad de impedir la circulación de los diésel si la contaminación sube. Sí, en algunos ayuntamientos alemanes también se han empezado a prohibir los diésel, pero nunca los Euro 6 (nuevos), sino los más viejos y, como mucho los Euro 5 (hasta 2014).
Otra cosa bien distinta es que a partir de 2040 no se pueda matricular un diésel nuevo en España, medida que aún está en estudio, y que probablemente se suavice. Si las cosas avanzan en la dirección que esperamos que avancen, no será necesario. Los eléctricos y alternativos habrán evolucionado tanto que en 2040 apenas habrá oferta por parte de los fabricantes, y la demanda de los diésel por parte de los europeos será prácticamente inexistente. Eso sí que es que el diésel tenga los días contados, y faltan casi 20 años para llegar a ese punto.
Fabricantes como Mercedes-Benz siguen apostando a muerte por los diésel. De hecho, en un comunicado reciente, la marca alemana ha dicho que gran parte de sus modelos a la venta ya cumplen Euro 6d (2020), sin el “TEMP”, y que en pruebas de conducción real no llegan ni de casualidad a 80 mg/km de óxidos de nitrógeno (NOx), ni a 170 km/h o subiendo puertos de montaña con pasajeros.
¿Y cómo han hecho eso, con brujería? No, simplemente aumentando la complejidad del escape un paso más allá, añadiendo más urea (AdBlue), y con lo último en ingeniería. Lo que sale por el escape es, si nos fiamos de Mercedes-Benz, tan limpio como el aire que hay en un quirófano.
Ese argumento no es nuevo, ya lo usó Nissan en Japón en una versión especial del X-Trail -2.0 dCi GT- que cumplía con una de las normativas antipolución más estrictas del mundo, la nipona, allá por 2008. Entre un anuncio y otro tenemos la pila de mentiras del Dieselgate, tanto el de Volkswagen como el de fabricantes que se han acercado a la línea roja sin quemarse del todo, y la cosa no ha pasado de unas llamadas a revisión sin multas, ni juicios, ni directivos encarcelados.
Otros fabricantes han empezado a sudar de los diésel y a retirarlos del mercado. Tenían que invertir mucha más pasta en hacer que sus motores fuesen realmente limpios, y han preferido gastarse el dinero en otra cosa. Un diésel limpio solo es cuestión de dinero, el que el fabricante se quiera gastar, y el que el cliente esté dispuesto a asumir en forma de sobrecoste en la compra y en el mantenimiento.
Con toda la información de la que dispongo, y analizando las cosas con frialdad, en 2019 el que se compra un diésel no es un tonto de baba. Uno puede comprarse un diésel porque prefiere ciertas características de entrega de potencia, por ejemplo, para tirar de un remolque pesado, y tener par aunque nunca llegue a amortizarse la diferencia con un gasolina. Hay quien compra diésel porque lo prefiere a un gasolina tricilíndrico turboapretado. Hay quien compra diésel porque le da la gana. Hay gente que compra diésel porque realmente ahorra pasta con él, y un alternativo no le cuadra en sus esquemas mentales.
En el futuro, aquellas ciudades que tengan la contaminación alta pueden tomar medidas en contra de vehículos diésel con pegatina “C” o verde, sí, pero eso afecta tanto a los diésel del 2014 en adelante como a los gasolina del 2006 en adelante. Es decir, no se puede hacer, con la legislación actual, una prohibición ad hoc contra los diésel, sino contra una categoría de vehículos completa. Y ya tiene que estar la cosa mal para prohibir la circulación de los etiquetados como “C”.
Sí, cierto, en Madrid Central los “C” no pueden circular, a menos que vayan a un aparcamiento subterráneo o salgan de él, o a menos de que se trate de una excepción, como ser residente. En cuanto al combustible, no es el fin del mundo que el litro de gasolina y el de gasóleo cuesten prácticamente lo mismo. En el Reino Unido el gasóleo es más caro que la gasolina, también en Estados Unidos, y “no pasa nada”. Se usa la calculadora y las cuentas salen más tarde, pero salen, y al que le tienen que salir.
Al que se compraba un diésel para ir a repostar cada dos semanas no le saldrá tan a cuenta. Lógico
Escribo en un medio de comunicación, por lo que me trae sin cuidado que se vendan más diésel o menos, no es nuestro problema ni hay un interés detrás. Digo lo que digo para aportar una nota de tranquilidad. Ni siquiera está confirmado, a fecha de hoy, que vayan a salir las medidas que pretende sacar el PSOE porque no está garantizada la investidura de Pedro Sánchez. Aún nos vamos a una nuevas elecciones, y si gana una coalición centro-derecha, que no es imposible, la fiscalidad del gasóleo subirá cuando Bruselas tire a España de las orejas.
¿Tienes un diésel? Tranquilo, podrá conducirlo hasta que te reviente, incluso en las Baleares, la prohibición que habrá en 2025 es para nuevas matriculaciones, no para los que ya están matriculados. Si tienes un diésel viejo, en algunas poblaciones te tocará alguna vez fastidiarte y dejar tu coche en un aparcamiento disuasorio o ir en transporte público, pero no habrá incautaciones, ni achatarramientos obligatorios, ni prohibiciones arbitrarias o en carretera abierta. Podrás seguir contaminando sin perder el sueño.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.Dios, gracias por sacar un artículo pensando exactamente lo mismo que yo. Hace poco tuve una conversación sobre este tema y me daba la impresión de que me estaba pegando contra una pared. Erre que erre que diésel no, que igual en 2 años ya no va a poder usarlo y a saber cuánto le pagarían por el coche para venderlo si es que lo vende… Y me lo decía un comercial que hace unos 50 mil kilómetros al año y cambia el coche cada 4. Por más que le insistí que le sigue compensando diésel y que se olvide… Leer más »