El segmento de los utilitarios ha sido durante muchísimo tiempo uno de los que más ventas acaparaban en toda Europa, son coches que sin ser demasiado pequeños, ofrecen versatilidad y un precio accesible. Actualmente, y esto es algo que hemos podido ir viendo con los diferentes utilitarios que ha pasado por nuestras manos, el tamaño de estos coches está cerca del que tenían los compactos en los años 90, es decir, han crecido bastante y su versatilidad ha ido en paralelo, aunque también lo ha hecho el precio. Para que nos hagamos una idea, estamos hablando de cerca de tres millones de las antiguas pesetas por un Peugeot 208, el heredero, entre otras cosas, del Peugeot 205 y del 206.
Son estos dos coches los que marcan un poco la idiosincrasia del Peugeot 208, al menos desde mi punto de vista. Son dos coches cuyo éxito, más teniendo en cuenta su época de lanzamiento, fue arrollador. En mi caso, me crea más morriña y buenos recuerdos el Peugeot 206, no en balde, se lanzó al mercado cuando yo tenía 16 años y empezaba a comprarme todas las revistas que veía en el kiosko. Hay que decir, que también fue una de las opciones que me planteé cuando me saqué el carnet de conducir, así que probar el Peugeot 208 tenía algo de especial. Debo decir que no me ha defraudado, más bien lo contrario, sobre todo teniendo en cuenta que la unidad que nos cedió la marca estaba equipada con el motor 1.2 PureTech de 100 CV y el acabado Allure Pack. La versión más popular de la gama, la más vendida.
Esto quiere decir que hemos podido pasar una semana con el coche que se compra la gran mayoría de las personas y hemos podido comprobar si realmente es una buena compra. Que sea popular no quiere decir que sea bueno, solo significa que gusta a la gente y que tiene un precio accesible. Tampoco quiere decir que sea una buena compra, porque ahí está la obsesión por los SUV, todo el mundo quiere uno y luego solo recorren el kilómetro y medio que les separa del cole de los niños o de la parada de tren o autobús más cercana para ir a trabajar.
Pero dejemos los SUV en paz que ahora no pintan nada, vamos a centrarnos en el Peugeot 208, que es realmente lo importante aquí. Un coche que supone la última evolución de la saga 200 de Peugeot, cargada de éxitos en cada generación y que obliga al 208 a brillar de forma especial. Sus antepasados fueron best seller, coches casi de culto en el caso del Peugeot 205 y quizá también en el Peugeot 206, así que fácil no lo tenía la marca cuando lo puso en circulación.
Éxito de ventas. El Peugeot 208 es uno de los coches más vendidos de su segmento, como lo fueron sus predecesores antes que él
No cabe duda, es un Peugeot
Lo primero que hizo la marca fue romper moldes con el diseño. Peugeot está empleando unas formas para sus coches bastante llamativas y, en casos como el Peugeot 508, bastante espectacular. Una calandra enorme acompañada por esos dos “colmillos” luminosos que hacen las delicias de aquellos que gustan llamar la atención. Una zona trasera protagonizada por la banda negra que la atraviesa de lado a lado, enmarcando los pilotos, compuestos por tres módulos que parpadean, al igual que los colmillos, cuando abres el coche con el mando… Las formas generales del 208 son muy llamativas y son “muy Peugeot”.
No hay lugar a equivocación, cuando miras este coche sabes que estás mirando un Peugeot. Aunque cabe destacar que frente a sus hermanos de marca, el Peugeot 2008 por ejemplo o también el Peugeot 3008, este utilitario resulta más redondeado y menos exagerado. El Peugeot 2008 es posiblemente el menos equilibrado de los tres modelos nombrados, dejando al 208 como el coche menos exagerado y también el menos llamativo. Pero ojo, el menos llamativo comparado por sus dos hermanos, porque una unidad como la nuestra, con ese color azul tan bonito, es centro de todas las miradas.
Para los aficionados, el Peugeot 208 Allure Pack no es especialmente llamativo, algunos estarán de acuerdo en que es un coche bonito y otros pensarán que es un adefesio, pero no resulta un robacorazones, al menos al primer golpe de vista. Es más llamativo el acabado GT, con sus llantas grandes y los pasos de rueda pintados de negro (podrían haber puesto protecciones de plástico negro en lugar de pintarlo, me parece horrible). Sin embargo, durante la semana que hemos tenido este coche nos hemos sentido observados. Es curioso, porque es un modelo fácil de ver por las calles, no es una novedad absoluta ni tampoco es un coche que suponga una ruptura total con lo visto en el mercado, pero la gente lo mira por la calle y lo mira estando aparcado.
Evidentemente, su diseño es uno de los argumentos de venta que más público atrae y uno de los motivos que lo han convertido en uno de los coches más vendidos de su segmento. de hecho, llegó a ser el coche más vendido de Europa allá por el mes de mayo de 2021 y eso, en plena locura SUV, no es cualquier cosa. En resumidas cuentas, como sus antecesores, el Peugeot 208 es un best seller y en parte, es muy merecido, porque cumple con muchas de las exigencias que se pueden poner a un coche moderno. Incluso podría servir de coche de familia, con algunas apreturas, pero podría ser una opción para una familia de tres miembros, incluso cuatro.
A todo el mundo le sorprende su habitáculo
Mientras que su exterior gusta y te convierte en el centro de atención, el habitáculo provoca sensaciones encontradas. Peugeot ha tomado un camino delicado con este apartado del coche, porque por un lado ofrece un diseño llamativo y que no está exento de practicidad, pero por otro lado, las formas y las soluciones no siempre ayudan a una vida a bordo relajada y sencilla. El volante, por ejemplo, resulta una delicia, es muy agradable de manejar en el día a día, su diseño centra todas las miradas, tiene un tacto y un grosor que resultan muy acertados y te acostumbras muy rápido a sus peculiares formas (no ocurre lo mismo cuando vuelves a manejar un volante convencional, que parece una paellera tras varios días con un volante como este), pero su diseño condiciona mucho la posición en la que se debe colocar. Esto seguro que ya lo has leído o escuchado en alguna ocasión: hay que bajar mucho el volante para que no tape la instrumentación. Bien, si mides entre 1,70 y 1,75, el volante molesta en la instrumentación y, efectivamente, hay que bajarlo a tope. Tanto, que molesta al entrar y salir y acabas rozándote con las piezas al manejarlo.
Según dice la marca, sus estudios concluyen que esa es la mejor posición de conducción. Yo no voy a decir que estén equivocados, ni he tenido acceso a esos estudios ni soy experto en ergonomía, pero personalmente me incordia tener el volante tan abajo. Al final, como ocurre con todo, te acostumbras a su posición, pero te acuerdas de los diseñadores cada vez que entras o sales. También te acuerdas de ellos cuando tienes que poner la calefacción, porque el ritual no está exento de riesgos. Primero, debes presionar la tecla adecuada y luego, regular las funciones mediante la pantalla central. Apretar la tecla no tiene misterio y se puede realizar sin tener que mirar lo que haces, pero tener que manosear la pantalla para cambiar la temperatura creo que es un riesgo, además, si te pilla la policía tocando la pantalla en marcha te multarán. La normativa dice que manejar los sistemas de entretenimiento del coche durante la conducción está multado con 200 euros y la retirada de tres puntos del carnet. Básicamente, se trata de evitar que estés pendiente de la pantalla cuando conduces, para evitar que desvíes la atención de la carretera y si la Guardia Civil te encuentra tocando la pantalla te multará, de nada servirá que alegues estar regulando la calefacción.
El pequeño volante y la posición al volante no gusta a todo el mundo, aunque al final te acostumbras y cuando cambias de coche, el contraste es enorme
Por otro lado, dejando a un lado este suceso, hay otras cosas que merecen nuestra atención. La instrumentación, por ejemplo, es tremendamente llamativa. Es una pantalla donde se proyecta la información en un formato 3D que resulta muy bonito visualmente y además, no molesta y permite una lectura rápida mientras conduces. Se puede personalizar mediante módulos y cuenta con varias opciones de visualización programadas. Si nos centramos en algo menos visual, como la sensación general que ofrece el interior o los acabados, nos encontraremos con un coche que se sitúa muy arriba en su segmento. No es el mejor terminado de entre los utilitarios, tampoco es el que ofrece la mejor sensación de calidad en su habitáculo, pero se encuentra en un termino medio muy bueno. La sensación al conducirlo es agradable, las superficies tienen buen tacto y ofrecen buen aspecto y no hay ruidos parásitos mientras conduces. Al menos no hay ruidos que molesten y eso ayuda a ofrecer una mejor sensación general. Los asientos son cómodos, aunque no agarran mucho cuando subes el ritmo y tanto el selector del cambio como el pedalier se merecen una buena nota.
En cuanto a espacio, también le daremos un aprobado. Durante los últimos meses, me está tocando hacer de taxista, tengo que llevar al petardo que tenemos en casa al colegio, junto a los niños de un amiga. Son tres fieras de dos patas que cuando se juntan provocan terremotos. Es perfecto para comprobar si una familia puede viajar en este coche con soltura y, gracias a esta situación, puedo decir que mejor dos que tres. Es decir, los pequeños van un poco apretados atrás. En mi caso, llevaba dos alzas y una silla anclada a los Isofix (que gran invento, por cierto). Entrar entran, pero falta anchura. Poner los cinturones es toda una combinación de movimientos y contorsiones que vistas desde fuera debe ser llamativo. Una vez acoplados, atados y en marcha, no hay problemas ni quejas, pero imagino que si fueran ahí durante 500 kilómetros no habría quien les aguantara.
Con situaciones similares, la capacidad del maletero también se pone a prueba. Cubica 309 litros, las mochilas de los niños con sus respectivos carritos (eso de llevar las mochilas al hombro ha pasado a la historia) entran sin dificultad, pero no sobra el espacio. También te das cuenta de ello cuando vas a comprar, o mejor dicho cuando has comprado y vas a guardar las bolsas atrás. Hay sitio, puedes meter la compra de un semana para tres personas y tres perros sin problema, pero no apures un mes para comprar, porque quizá no haya sitio. Antes, lo usuarios hacían vida con medidas como las de este Peugeot 208 y no había problema, pero el aumento paulatino del tamaño de los coches ha provocado que nos hayamos malacostumbrado. Aún así, si sois pareja con un hijo y estáis pensando en un Peugeot 208 porque, en realidad, no os hace falta más, adelante. No tendréis ningún problema. Incluso con dos hijos.
Tan bueno y permisivo como una madre
Según van pasando los días, vas recorriendo tus calles habituales, completando tus quehaceres diarios y, por supuesto, te pegas un homenaje de curvas, se puede ir notando como este coche es como una madre, nunca te hará nada malo. Te avisa, te regaña, pero al final es permisivo y protector como lo es mi madre. La verdad es que te das cuenta después de haber recorrido un puñado de kilómetros, todo es muy suave, muy sencillo de accionar, la visibilidad es muy buena y el motor, aunque corre, no pone en apuros a nadie. La sensación es de control total. Me atrevo a decir que el Peugeot 208 es un inmejorable coche escuela, te enseña a aprovechar la potencia disponible, pero también a conducir de forma económica. Te permite explorar sus límites sin ponerte en aprietos y te ayuda a disfrutar y a coger experiencia en carreteras de curvas si así lo quieres. Ha sido una auténtica sorpresa ver lo permisivo que es este coche, pero lo rápido que puedes ir con él. Me ha gustado mucho este apartado.
El motor que montaba la unidad probada era el 1.2 PureTech con 100 CV, un motor que sin ser un prodigio de potencia, corre lo suficiente para el día a día y si no tienes un pie derecho de plomo, consume muy poco. Hemos podido lograr cifras de entre 6 y 7 litros en una conducción normal, en el día a día (ya sabes, frena, acelera, esquiva el agujero, frena fuerte que se cruza un “suicida” o aparece un carrito de bebé de entre los coches…). Buscando la economía, aparte de no ser nada agradable porque en ocasiones el motor ratea y vibra, los consumos no bajan tanto como me esperaba. No logré bajar de los 5 litros y eso que, tirando a la basura cualquier tipo de decoro, conseguir bajos consumos no se me da nada mal. Pedal a fondo tampoco te arruinará, porque ronda entre los 8 y los 9 litros. Cifras, no obstante, más que buenas para un motor gasolina de tres cilindros turbo con 100 CV, al menos a mi así me lo parece.
Respecto al comportamiento dinámico, voy a volver al inicio de este apartado: es una mamá cuidando de su retoño. El Peugeot 208 es un coche muy fácil de conducir, es cómodo y agradable en general durante le día a día, cosas que se repiten cuando vas a tu carretera de curva favorita e intentas sacar una biela por un costado. Puedes ir bastante más rápido de lo que parece, pero en cuanto aprietas demasiado el coche pierde la compostura y comienza a arrastrar el morro. Las suspensiones también se ven en aprietos para controlar los movimientos de la carrocería, al tiempo que son algo lentas en los cambios de apoyo. Sin embargo, no importa si frenas en medio de una curva, si aceleras a fondo, si mueves en volante en pleno apoyo o si haces brusquedades, el coche empezará a deslizar progresivamente y casi a cámara lenta, permitiendo todo tipo de correcciones. Como he dicho antes, es un gran coche escuela.
Predecible y fácil de llevar al límite. El Peugeot 208 es un coche perfecto para empezar a conducir
El motor merece atención aparte, porque resulta casi lo mejor del coche. Su funcionamiento general es muy satisfactorio en todo momento y apenas te das cuenta que le falta un cilindro. Por un lado, es bastante silencioso circulando a baja velocidad, apenas se nota un ligero rumor, no vibra y responde bastante bien a cualquier régimen. Puedes dejar caer el tacómetro hasta las 1.500 revoluciones en tercera circulando a 40 km/h, que cuando solicites potencia no habrá ningún problema. No es fulgurante, hay que tener en cuenta que con 1.200 centímetros cúbicos y 100 CV no es la panacea en cuanto a prestaciones, pero la respuesta y la sensación de empuje son bastante buenas, tanto, que no echas de menos más potencia en la gran mayoría de las ocasiones. Y si quieres, puedes exprimir el motor a tope, que tampoco habrá vibraciones molestas ni cosas raras, mientras que el sonido del motor gana volumen, aunque no gana en garra o en emoción.
Tampoco podemos olvidar hablar del cambio. Peugeot siempre ha tenido cambios de tacto bastante malo, con holguras y recorridos kilómetros del selector. En este caso no ocurre así, hace tiempo que Peugeot mejoró mucho este apartado y en el caso del 208 1.2 PureTech, puedo decir que me ha gustado. Dejando de lado el pomo del selector, de formas cuadradas y poco cómodos, el resto merece el aprobado por tacto, por recorridos y por escalonamiento, que al final es lo más importante del cambio.
No es barato, casi 19.000 euros
Los coches modernos no son baratos, solo hay que mirar cualquier listado de precios para darse cuenta. Y eso no es únicamente cuestión de loa fabricantes, sino más bien de los usuarios. ¿Estarías dispuesto a comprar un coche sin pantalla táctil, sin automatismos varios como sensor de luces o lluvia? ¿Estarías dispuesto a comprar un coche cuya conexión Bluetooth te permita tan solo realizar llamadas?
Yo sé que no, ni tú ni la gran mayoría de los usuarios lo haría, aunque el precio del coche bajara notablemente. Y también lo saben los fabricantes y por eso, cargan sus coches a tope con este tipo de cosas. El problema es que luego hay quejas por los precios, pero no nadie está dispuesto a sacrificar cosas para que bajen.
En el caso de nuestro Peugeot 208 1.2 PureTech Allure Pack, la tarifa roza los 19.000 euros, concretamente son 18.750 euros. Sí, está bien equipado, la calidad general es buena y es tecnológicamente avanzado, pero no es barato.
Datos técnicos
FICHA TÉCNICA | Peugeot 208 | |
---|---|---|
MODELO | 1.2 PureTech 100 Allure Pack | |
MOTOR | Delantero transversal, cuatro cilindros, 1.199 centímetros cúbicos y turbo. Culata de 16 válvulas | |
RENDIMIENTO | Potencia máxima | 75 kW (100 CV) a 5.500 rpm |
Par máximo | 205 Nm a 1.750 rpm | |
TRANSMISIÓN | Tracción delantera, cambio manual de seis relaciones | |
DIMENSIONES Y PESOS | Largo por ancho por alto | 4.055 mm x 1.745 mm x 1.430 mm |
Batalla | 2.540 mm | |
Peso | 1.177 kg | |
PRESTACIONES | Aceleración de 0 a 100 km/h | 10,9 segundos |
Velocidad punta | 188 km/h | |
Relación peso-potencia | 11,77 kg/CV | |
CONSUMOS | Consumo medio homologado | 5,2 litros cada 100 kilómetros |
Consumo medio en prueba | 6,8 litros cada 100 kilómetros | |
PRECIO UNIDAD | 18.750 € |
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".He podido probar esta version con cuadro de mandos mullido y la básica de 75cv sin tantos mullidos y sobretodo sin turbo que es mucho mas aspera de motor y hasta desagradable -como ocurre tb en otros motores tricilindricos de p. ej. grupo VAG en mi opinion-. El volante la verdad que es una gozada en agilidad en rotondas y giros de 180 grados sin igual. ¿Plazas traseras? en mi caso me he llegado a dar de cabeza con el marco lateral del techo al inclinar el coche en desniveles, que no me habia pasado antes que recuerde… otros coches… Leer más »