Las Vegas, donde los ojos del mundo se están posando por estas horas. Del mundo del motor y no necesariamente un público seguidor de la máxima categoría. La Fórmula 1 hace correr sus monoplazas y los pilotos van en búsqueda del pecado, el gran tesoro local. Ya había convocado a los entusiastas del tuning el SEMA Show días atrás y, al respecto, ya que definitivamente es el mes de Las Vegas, no me parece un mal momento para recordar lo hecho por Toyota en la edición del máximo evento de personalización a nivel nacional celebrado dos años atrás.
¿De qué hablamos cuando hablamos del “10 Second Twins”? Si nunca has escuchado sobre este Supra, seguramente alguna pista has notado en su nombre. No se trata de uno, sino de dos ejemplares, y la puesta a punto se entiende desde la pasión a perpetuidad por una de las disciplinas del motor más convocantes de la cultura norteamericana.
Aceleración, aceleración y aceleración. Nunca parece ser suficiente en Estados Unidos y de allí esta declaración de intenciones de optimizar dos unidades del Toyota GR Supra, de parte del equipo de Toyota Motorsports Garage. Ambos modelos 2020, ambos experimentos a los cuales se les ha destinado un presupuesto no precisamente elevado, pues todo lo modificado para la ocasión, para intentar dar lo mejor en los célebres 400 metros, se tradujo en un total de unos 10.000 dólares.
El trabajo del equipo a cargo apuntó a un objetivo más que claro: aumentar la potencia máxima del motor de serie, el BMW 3.0 de 340 CV y par de 495 Nm, hasta entre un 30 y un 40 por ciento. Tres aplicados claves sobre el seis cilindros y la transmisión original automática de ocho velocidades para lograr el cometido: de la firma Pure, un turbocompresor; del fabricante CSF se incorporaron dos intercoolers de alto rendimiento y, para coronar, Titan Motorsports aportó un escape de 3.5 pulgadas. Todo este esquema concluyó en un considerable aumento de la potencia máxima, que ahora se transmitía con hasta 628 CV y un torque de hasta 800 Nm.
Para soportar el tremendo incremento, Motorsports Garage cambió en consecuencia las ruedas, ambas de la empresa Weld Racing Wheels, y los frenos. El eje delantero recibió un par de llantas Belmont Drag de 18 pulgadas, mientras que al eje trasero se aplicaron dos Belmont Beedlock de 17 pulgadas. ¿Pero cómo obtener la potencia de frenado necesaria tras imprimir una salvaje aceleración? Los discos con pinzas Brembo de cuatro pistones y 13,7 pulgadas al frente y los traseros de 13 pulgadas con pinzas flotantes de un pistón hicieron su trabajo.
El presupuesto, además, contempló una mejora en el eje trasero, el reemplazo de los cinturones de fábrica por unos cinturones y unos arneses de carreras de seis puntos G-Force Racing Gear, y un repintado de la carrocería inspirado derivado de Gazoo Racing. Con todo esto, entonces el GR Supra “10 Second” estaba listo para ir por su objetivo de lograr la mejor salida sobre el caliente asfalto americano y firmar el cuarto de milla en 10 segundos.
Las primeras pruebas fueron simplemente eso: primeras pruebas. Costó en principio bajar de 11 segundos, pero se realizaron algunos ajustes en la unidad de control electrónico y el cuarto de milla se tocó en un tiempo exacto de 10:984. Este tiempo final, sumado a que el equipo finalmente había excedido el presupuesto de U$S 10.000, generó que algunos se mofaran del desempeño del equipo de Toyota.
Aunque en las drag race es una costumbre redondear hacia el segundo que aparece en pantalla más allá de si las milésimas se acercan más al siguiente, no está mal la apreciación de los colegas de Autoevolution –Fue más como un “11 Second Twin”–, aunque más insólito fue que, según contó el medio con sede central en Rumania, se apuntó en aquel momento a la responsabilidad de la política de garantías del fabricante japonés, debido a que algunos perjudicados usuarios, tras este experimento, no habrían recibido sus coches.
Mauro Blanco
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