Se aproxima a una curva-contracurva, un tanto a fondo, pues se presta para tomarla a velocidad. Con el eje trasero, golpea en el costado derecho del circuito. El resto sucede en cuestión de milisegundos. El coche se levanta de atrás, el frontal impacta y hace que gire en vertical. El siguiente impacto es con todo el peso del número 5 y lo sufre la parte trasera. La rueda trasera derecha, con secuelas por el golpe que ha desencadenado todo, no puede soportar este último impacto y sale despedida. En el siguiente giro, el escocés Colin McRae, el galés Nicky Grist y sus siete victorias conseguidas con el Ford Focus RS se encuentran de frente con el costado opuesto de la pista, aunque el Duratec 2.0 turbo de cuatro cilindros en línea es el que presencia mejor que nadie el último palazo antes del vuelco.
Quien conozca la vida y obra de McRae al detalle, incluyendo todos sus accidentes en el World Rally Championship, sabrán que esta secuencia nunca pasó, que, por el contrario, es producto de mi imaginación. Sí, aunque la foto esté y la puedan ver. Todo parte de la imagen y, a propósito, en estos casos, no creo en las casualidades, sino en los conocimientos del autor. De todas las puestas en escena que el fotógrafo nicography 77 ha compartido en su cuenta de Instagram, la única en la que se captura un accidente es la del Focus que ha dejado su huella en el WRC durante la década del 2000.
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Pero da la (no) casualidad que nuestro amigo ilusionista, entusiasta del motor y del arte hiperrealista a base de coches a escala –en su mayoría escala 1/18– eligió para la ocasión un Focus RS cuyo paso por la máxima competición del rally fue decididamente fugaz, cuyo prematuro final fue sentenciado, justamente, por un palazo. Habiendo obtenido el Focus RS WRC decenas de victorias desde su estreno hasta la sucesión por el Fiesta RS –44 en total entre 1999 y 2010–, a nicography 77 no se le ocurrió mejor gesto que hacer su magia con el Y5 FMC, un chasis que tuvo actividad entre el ocaso de la temporada 2001 y el comienzo de la 2002, con apenas tres participaciones.
Su estreno fue en el Rally de San Remo, con un octavo puesto que a la dupla McRae–Grist –piloto y copiloto respectivamente– no le dio puntos de cara al subcampeonato. Para la temporada siguiente, el Y5 FMC pasó de llevar el número 4 a correr con el número 5. Tras el debut con cuarto puesto y tres puntos en Montecarlo, el ahora número 5 iba a reaparecer en la tercera carrera del campeonato. Aquel fin de semana de marzo del 2002 significaría el punto final para este Focus RS.
Insisto, me resisto a pensar que todo fue casualidad. Prefiero dar por hecho que lo del Focus 1/18 fue un homenaje al recordado escocés, fallecido en 2007 en un accidente de helicóptero. “No es una buena manera de comenzar el 2023”, fueron las palabras de nicography 77 para acompañar la captura y el detrás de escena, y, aunque aquí sí se trate de una simple coincidencia, tras el desenlace del número 5 en el Rally de Córcega, McRae bien podría haber dicho “no es una buena manera de comenzar la temporada” en la intimidad del equipo Ford World Rally.
De la ficción a la realidad. Del ilusionismo del número 5 de repisa a la realidad de aquel número 5 en el Tour de Corse, donde McRae, imprimiendo velocidad para intentar acercarse a los líderes, mordió una zona embarrada y subviró hacia su destino final, un árbol que lo esperaba más allá de la curva. En el fuerte impacto, casi todo lo recibió el lado del conductor –por no decir todo, a juzgar por la foto–, McRae, además de una conmoción cerebral y una fractura en uno de sus dedos, sufrió en la zona baja debido a que el espacio para los pies se redujo a la mitad.
Fue esa acción la última del Ford Focus RS Y5 FMC en competición, pues de inmediato fue enviado a los talleres de la M-Sport, la encargada del diseño del exitoso Focus RS WRC. Allí, el número 5 conoció el olvido durante más de cinco años, período tras el cual la M-Sport, motivada por la muerte del escocés, decidió emprender su reconstrucción. Una vez acabado el trabajo, fue Steve Rimmer, propietario de la instructora de rally DirtFish, quien compró el coche.
Ocasionalmente, este mítico Ford Focus de McRae sació la nostalgia volviendo a la tierra, a su actividad definitiva, a su hábitat natural, bajo la órbita de DirtFish, donde en los últimos años ha estado exhibiéndose, gozando de su merecida segunda vida.
Mauro Blanco
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