Hace 30 años la Fórmula 1 vivió una de sus páginas más gloriosas, el duelo de titanes entre Ayrton Senna y Alain Prost, compañeros del equipo McLaren Honda. El discípulo y el maestro ya habían tenido más de un choque, deportivamente hablando, y Senna se quedó a las puertas de la gloria aquel fin de semana de mayo de 1988.
El material que vais a ver no fue emitido en televisión por las limitaciones tecnológicas de la época. McLaren ha reconstruido lo que habría sido esa emisión utilizando simulación por ordenador y unos cuantos efectos de vídeo para envejecer el resultado. Senna estuvo “poseído” ese fin de semana, como reconoció al periodista Gerald Donaldson más adelante.
En la clasificación de aquel fin de semana marcó 1’25,6″, después 1’24,4″ y finalmente 1’23,998″. ¿Minucias? No, Alain Prost fue 1,427 segundos más lento que Senna, y con el mismo coche. El tercero, Gerhard Berger, estaba a una distancia sideral, 2,687″. El veterano comentarista Murray Walker lo ha aderezado.
Senna declaró más adelante que se dio cuenta de que no estaba conduciendo el coche de forma consciente, en la búsqueda constante del mejor tiempo, donde máquina y piloto estaban literalmente al límite. Era otra época, y ahora Daniel Ricciardo puede clavar el crono en 1’11,841″, pero el mérito no es el mismo. Quisiera ver el resultado si llevase el McLaren MP4/4 con los neumáticos que había entonces y sin las medidas de seguridad que hay ahora.
En este otro vídeo, que podemos poner sin miedo a reclamaciones de derechos de autor, vemos qué pasó en la carrera de ese fin de semana. Senna estaba liderando la prueba con autoridad sobre Prost, le sacaba más de 55 segundos. El francés dijo más adelante que Senna no quería ganarle, sino humillarle.
Era tal la ventaja que tenía sobre Prost, que el equipo le mandó un mensaje de radio, recordándole que tenía la carrera prácticamente ganada y que aflojase un poco el ritmo. Senna hizo caso omiso. En una de las últimas vueltas, antes de entrar al túnel, perdió el control del coche y la cámara de televisión apenas pudo captar nada.
Sus aspiraciones se dieron contra el muro, y la carrera la ganó Prost. Fue el éxtasis y el tormento.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.COMENTARIOS